Capítulo 1: La Llamada de la Desesperación

El sonido del teléfono rompió el silencio en la elegante habitación de Catherine Devereaux. La joven, con los ojos enrojecidos y una expresión de angustia en el rostro, tomó el auricular con manos temblorosas. Sabía que no podía demorar más la llamada; la situación se volvía más insostenible con cada minuto que pasaba.

Al otro lado de la línea, la voz del detective Manu resonó con autoridad y calma, una combinación que había convertido a Manu en uno de los investigadores más respetados de la región. "Detective Manu, ¿en qué puedo ayudarle?".

Catherine vaciló por un momento antes de encontrar las palabras adecuadas. "Detective Manu, soy Catherine Devereaux. Necesito su ayuda. Mi padre ha muerto en circunstancias... sospechosas, y tengo razones para creer que la familia está involucrada".

El detective Manu frunció el ceño al escuchar las palabras de Catherine. La reputación de los Devereaux como una familia distinguida y adinerada era conocida por todos, y tales acusaciones eran inesperadas y alarmantes.

- Estoy escuchando, Miss Devereaux. Por favor, continúe -..

Catherine, con voz quebrada, compartió los detalles de la misteriosa muerte de su padre, Charles Devereaux, ocurrida solo unos días atrás. Sus sospechas apuntaban a un oscuro complot entre los miembros de la familia, incluyendo a su propia madre, a los tios y primos. La familia, una vez unida en apariencia, ahora estaba dividida por secretos y traiciones inconfesables.

El detective Manu escuchó atentamente mientras Catherine le relataba la creciente tensión y desconfianza que asolaba la mansión Devereaux. La joven imploró a Manu que descubriera la verdad detrás de la muerte de su padre y expusiera a los responsables. Aunque el detective Manu estaba acostumbrado a casos complejos, la oscuridad que acechaba a los Devereaux lo intrigó profundamente.

- Lo investigaré, Miss Devereaux. Pero necesito que entienda que la verdad puede ser peligrosa y perturbadora. Si está dispuesta a seguir adelante, estaré a su disposición, pero deberá enfrentar la realidad, sin importar lo que descubramos - . advirtió Manu.

- Catherine, con determinación en su voz, aceptó -

Al día siguiente, en una tranquila cafetería en las afueras del pueblo, el detective Manu se encontró con Catherine Devereaux. La joven había insistido en la discreción, consciente de que no podía arrojar luz sobre sus intenciones de investigar a su propia familia, y que cualquier indiscreción podría resultar peligrosa.

Los rayos del sol matutino se filtraban por las ventanas, arrojando una luz tenue en la mesa donde se habían sentado. Manu estudió a Catherine con atención mientras ella le relataba detalles adicionales sobre la muerte de su padre y las dinámicas familiares que sospechaba que se ocultaban tras el fallecimiento.

Catherine parecía inquieta, con los ojos aún cargados de tristeza y una sombra de miedo en su mirada. Había tomado la decisión de investigar por su cuenta, pero sabía que necesitaba la experiencia y el conocimiento de Manu para avanzar en este oscuro camino.

- Detective Manu, mi familia no puede saber que he contratado a un detective privado. Necesito que esta investigación sea completamente discreta - insistió Catherine.

- Entiendo la importancia de la discreción en un caso como este. Puede confiar en mi profesionalismo, Miss Devereaux. Investigaré con la máxima cautela - Manu asintió con solemnidad. 

Manu tomó notas meticulosas y formuló preguntas perspicaces mientras trataba de comprender la complejidad de la situación. La familia Devereaux parecía ser un rompecabezas de pasiones, desconfianza y codicia, y Manu estaba decidido a descifrarlo.

- Entiendo que esta investigación puede ser peligrosa y que está en juego mucho más que la resolución del misterio, Miss Devereaux - declaró Manu. - Pero si estamos decididos a descubrir la verdad, debemos estar dispuestos a enfrentar cualquier adversidad -.

Manu había propuesto a Catherine que investigar a su hermano podría ser un buen punto de partida, ya que William parecía ser alguien que no sabía guardar secretos y podría haber sido manipulado o involucrado sin siquiera darse cuenta. Catherine, consciente de la personalidad de su hermano, aceptó la sugerencia con una mezcla de alivio y preocupación.

- William siempre ha sido un idiota -, suspiró Catherine. - Es tan ingenuo que a veces me asombra cómo logró llegar a su edad. Pero tienes razón, detective, podría ser una presa fácil si alguien en la familia está involucrado en esto -.

- Bien, entonces, comenzaré investigando discretamente a William. Quiero conocer sus movimientos, sus amistades, y cualquier cosa que pueda arrojar luz sobre su posible participación en este asunto. Sin embargo, quiero que entiendas que esta investigación puede abrir puertas que no podrán cerrarse, y debes estar preparada para lo que podamos descubrir - Manu asintió.

- Estoy dispuesta a enfrentar la realidad, detective. Mi padre no merece que su muerte quede en la oscuridad, y mi familia, sea lo que sea lo que estén ocultando, no puede seguir viviendo en una farsa -.

Después de haber llegado a un acuerdo sobre el enfoque inicial de la investigación, Catherine y el detective Manu abandonaron discretamente la cafetería. La luz del día se intensificaba a medida que salían a la calle, y el mundo exterior parecía ajeno al oscuro secreto que habían comenzado a desvelar.

Catherine, decidida a mantener en secreto su colaboración con Manu, condujo al detective hasta su automóvil, estacionado en una calle cercana. Mientras estaban en el vehículo, Manu preparó un dispositivo de comunicación seguro para mantenerse en contacto con Catherine y darle actualizaciones sobre el progreso de la investigación.

Tras la configuración, Catherine extrajo su teléfono y procedió a realizar una transferencia electrónica. Manu la observó con gratitud cuando, de manera discreta, Catherine le transfirió la suma de $45,000 dólares, un anticipo para cubrir los costos de la investigación. La transferencia fue una prueba de la seriedad de Catherine y un acuerdo sellado en silencio.