El silencio del tiempo.

Esperanza

Alguien me preguntaba donde quedaba mi departamento, tenía voz de hombre y era el que me cargaba, la adrenalina ya había pasado y la borrachera era fuerte, le indique el edificio y me dormí, luego ya me desperté en mi departamento, estaba sorprendido, balbuceando pregunte quién me había ayudado, y ahí vi a una mujer, era un rostro familiar pero no la reconocí me pareció ver que tenía mi carta de suicidio en la mano, me miró y meneo la cabeza, le pregunté quién era y me volví a dormir, con la cabeza aun dándome vueltas me pareció escuchar que me decía: valora tu vida.

Al día siguiente me desperté con una terrible resaca, mamá me llamó e invitó a pasar el fin de semana con ellos y me contó que había preparado tallarín para el almuerzo, cuando estuve ahí finalmente reuní todo el valor que pude para contarles lo que me estaba pasando y lo que intente hacer. Ambos lloraron y yo también llore por tristeza y vergüenza, nos abrazamos y me expresaron todo su apoyo y me pidieron que vuelva con ellos mientras se asentaban mis emociones, me dijeron que siempre podría contar con ellos para lo que hubiere, que no estaba solo, sus palabras eran reconfortantes. El cielo ese fin de semana era hermoso, era increíblemente azul y el ambiente agradable, conversar con mis padres me hizo sentir renovado, sentía que podría volver a intentarlo y tomé como una señal que no me pasó nada la noche anterior. Después de un tiempo volví a asistir a la universidad, enfoque mi tiempo libre en estudiar, deje de ingerir bebidas descontroladamente y hasta encontré un mejor empleo.

Siempre me pregunté quién fue la mujer que me salvó esa noche, me era muy familiar. Pasaba todos los días por el mismo lugar con un obsequio por si la reconocía, hasta que un día me detuve a mirar el puente donde quise acabar con mi vida y ahí vi a una joven, observando el paisaje, la reconocí de inmediato, luego se le acercó un hombre y se abrazaron, se podía ver el anillo brillando en las manos de ambos, busque en mi mente los recuerdos de esa noche y complete el rompecabezas; comencé a sonreír ante tal ironía, fue ella la que me salvó. Deje el regalo y todo el dolor del pasado en ese lugar y me dirigí a mi hogar a continuar con mi vida y con la segunda oportunidad que el destino me otorgó.



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En el texto hay: soledad, realismo

Editado: 04.08.2020

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