Juro que aún siento el rocío de la fragancia que caía sobre tí cuando entrabas a la recepción de la academia. En esa ocasión, mi primera vez en las instalaciones, me pareció de lo más irritante. No te imaginas cuanto me encantaría regresar el tiempo para revivir esa experiencia.
No tendría nada que perder, al fin y al cabo esa fue la primera vez que te ví.