En ese entonces no hice caso, no aceptaba que había muerto, así que con la poca fuerza que tenia me levante de la cama y jale la bolsa de suero, se rompió, pero lo que en realidad tenia era….. mi alma y ahora …. Ya no estoy ni en el cielo, ni en el infierno, tan solo …… desaparecí, mi alma y mi espíritu ahora solo es una brisa tan fina que ni la persona mas sensible podría persivir.
AUTORA: Evelin Gumesindo