Seis

Lindsey se limpio las lágrimas que caían por su mejilla y salió del baño para irse a su casa.

Ya no soportaba más estar en ese lugar.

Al llegar a la casa, subió corriendo a su habitación.

Enzo preocupado subió detrás de ella.

Lindsey se encontraba tirada boca abajo llorando sobre su cama.

Su hermano se acercó a ella y empezó a acariciar su espalda.

— ¿Que pasa Linds?

Levantó la cabeza y lo miro a los ojos luego de limpiarse el resto de lagrimas.

— Me quiero morir. —Sollozo.

— No digas eso, ya vas a ver qué lo que te tiene así va a pasar.

Si ten solo Enzo hubiera tomado más en serio las palabras de Lindsey, tal vez ahora ella no estaría muerta.

O quién sabe tal vez igual hubiera muerto.

El destino es impredecible.

Pero de seguro la atencion de Blas hubiera servido de algo.














 

(…)

Al siguiente día de lo ocurrido en el baño, pasó lo que llevo a Lindsey al suicidio.

Iba caminando como siempre por los pasillos de la escuela con la mirada baja.

Hasta que los murmuros de todos se empiezan a escuchar haciendo que Lindsey levanté la cabeza.

Unos gemidos retumban dentro de todo el colegio.

Al mirar al frente, Lindsey ve que alguien está proyectando un vídeo.

En el vídeo se ve bien claro como Lindsey había sido violada.

Ella mira hacia todas las personas que se encuentran allí mirando el vídeo y todos la miran a ella.

Algunos se reían mientras otros solo la veían con lastima.

Ahora sí ya estaba harta de todo.

Harta de que se rieran de ella a sus costas.

Ya había pasó su límite de tolerancia.

Estaba cansada de seguir sufriendo y que a nadie le importe.

Ese día no se quedó, se fue a su casa.

Enzo no había visto lo que le hicieron a su hermana ya que cuando iba hacia la escuela lo habían robado, pero cuando llegó ya habían sacado el video.

Si tan solo ese día él hubiera llegado unos minutos antes, tal vez ahora Lindsey seguiría con vida.

Pero el destino no se puede controlar y lo que pasó ya es historia.