El templo de los caídos.

Capítulo 4.

  ─¿Qué sucede?─Connor se metió una papa frita en la boca.

  ─¿Por qué crees que algo sucede?─Alissa lo miró e intento sonreírle─, todo está bien.

  ─Ya, claro─rodó los ojos─, es sobre Kyle, ¿no?─ella se sonrojó─, no paras de decir que lo de ésta mañana no fue nada, pero sé que para ti significó algo.

Alissa miró la mesa como si fuera lo más interesante del mundo, recordó entonces de lo que hablaba Connor.

Había estado a punto de besar a Kyle, estaba segura de que lo hubiera hecho si Connor y Leyla no los hubieran interrumpido, aún estaba fresco en su memoria cómo sus alientos se mezclaban debido a su cercanía.

  ─Yo no... no sé de qué hablas─él fruncio el ceño.

  ─¿No sabes de qué hablo?, vamos, Lissa, no pasa nada si admites en voz alta que sientes algo por Kyle.

  ─Si, si pasa, Connor─lo miró durante unos segundos─, ¿qué crees que pensaría Luca?, no puedo traicionarle de esa manera─su voz se quebró─, no puedo engañarlo así.

  ─Alissa─suspiró─, sé que te sientes triste, que lo extrañas y eso, Leyla aún llora algunas noches por él, pero ella y yo coincidimos en algo─hizo una mueca─, tienes que dejarlo ir, Luca ya no está, se fue y no va a volver, sé que suena mal, pero es la verdad, además, él siempre quiso que fueras feliz y lo sabes.

  ─Es sólo que tengo miedo, Leyla es su hermana y...

  ─Y tu mejor amiga, esa no es una buena excusa─pensó un segundo─, Kyle no va a tener el mismo destino que Luca, lo sabes, ¿cierto?.

Ella cerró los ojos porque, para variar, Connor había dado en el clavo, lo había descubierto un segundo después de que interrumpieran su beso.

Al ver el rostro de Leyla había recordado a Luca sin vida y su corazón se estrujó más al pensar en Kyle yendo hacia el mismo final.

  ─No puedo permitirme pensar en eso ahora mismo, Tay─miró su reloj─, es hora de irnos, sí seguimos como hasta ahora, en una semana estaremos frente a Lucifer y podremos acabar con esto.

Ambos se levantaron y salieron a la calle, ninguno habló durante todo el recorrido hasta el auto, donde habían prometido ver a Kyle y Leyla, pero antes de llegar hasta ahí Connor la tomó del brazo.

  ─No puedes evitar el tema para siempre, Lissa, vas a tener que enfrentarlo en algún momento.

  ─Lo sé─fue lo único que salió de los labios de la chica.

°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Alissa miraba el mapa con el ceño fruncido mientras Leyla tarareaba una canción a su lado.

Los chicos estaban en los asientos de enfrente platicando acerca de algo, Alissa alzó la vista cuando sintió una mirada sobre ella.

Kyle elevó las cejas como esperando una respuesta.

  ─Lo siento, ¿qué?─dobló el mapa y miró alternadamente entre Connor y Kyle.

  ─Estaba diciéndole a Tay─el mencionado frunció el ceño al oír su apodo─, que podemos turnarnos para manejar y detenernos hasta mañana en la noche, eso va a ahorrarnos más tiempo, ¿qué opinas?.

  ─¿Crees que es una buena idea?─miró al chico en el volante, él asintió─, pues entonces vale.

Connor siguió manejando sin detenerse durante muchas horas, el camino se tornó obscuro y fue hasta entonces que Alissa habló.

  ─Es mi turno─puso una mano sobre el hombro de Connor y sonrió─, necesitas descansar.

Cambiaron de lugar y Alissa siguió manejando.

Ella sonrió más para si misma.

Un secreto que había guardado con llave dentro de ella, era que amaba manejar, su padre le había enseñado a los catorce años, para ese momento era muy pequeña para obtener su licencia, pero lograba convencer a sus padres de dejarla dar una vuelta por los alrededores.

No supo cuánto tiempo pasó hasta que Connor y Leyla se quedaron dormidos, pero Kyle, que había permanecido callado, la miraba de reojo de vez en cuando.

  ─¿No quieres que cambiemos?, debes estar cansada─Alissa negó sin despegar los ojos del camino.

  ─Estoy bien, quizá dentro de un par de horas más─sonrió un poco─, podemos jugar a algo si estás aburrido.

  ─¿Cómo qué?─Kyle le devolvió la sonrisa.

  ─¿Veinte preguntas?.

  ─Vale, empieza.

  ─¿Cuál es tu color favorito?.

  ─Azul─la miró intensamente─, pero no cualquier azul, es más como el azul que adquiere el mar cuando una tormenta está a punto de empezar, debes saber bien de lo que hablo.

  ─¿Por qué estás tan seguro?.

  ─Porque es exactamente igual al azul de tus ojos.

Alissa sintió como su corazón latía con fuerza y luchó con todas sus fuerzas para que la sangre no se acumulara en sus mejillas.

  ─Bueno, mi turno─pensó un segundo─, ¿cuál es tu segundo nombre?.



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En el texto hay: brujos, angelescaidos, kayrells

Editado: 20.03.2018

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