-¿QUIEN EEEREES Y DOONDE EESSTAAAAAS?
Gritó Lilth estando de pie en el quicio de su ventana, en Lúa Dark muy pocas veces se veían las estrellas y aquella noche era estrellada, un susurro del viento había llevado hasta su habitación, aquél poema que hablaba de un marinero, navegando sobre la piel mojada de su amada y emocionada, la bella chica de ojos orientales vestida con velos negros, a la velocidad de las sombras, emprendió el vuelo hacia el cielo nocturno, 4 sombras más se unieron sigilosas a su trayectoria: Moriath Tilazo; Aztelán Composto; Marcus Dimitri, que ya había sido declarado inocente y Zeth Core, los 4 maestros Omega que la escoltaban en su paseo por órdenes del rey Vlad; Lilth llegó hasta los límites de la muralla Oeste y antes de poder cruzarla, Dimitri se interpuso en su camino, la bella princesa oscura casi choca con él y al verlo, furiosa le dijo:
-¿Qué haces imbécil? ¡Retírate de mi camino y vuelve al castillo, es una orden directa de tu princesa!
-Lo siento su majestad Lilth pero no puedo complacerla, como ve he sido liberado de mi castigo por decisión unánime, y tenemos ordenes de su padre de escoltarla a donde quiera que vaya, además estaba a punto de salir de Lúa Dark y sabe que eso está prohibido, si la captura una de las patrullas de interferencia del ejército tecnológico de Alcalá, la usarán como rehén y la torturaran hasta el amanecer, exponiéndola al Sol y tendrá que sufrir mucho mientras el encanto de Aurora lleva su cuerpo hasta Nosferália, y créame su majestad que la luz solar duele mucho, únicamente pueden salir nuestras guerrillas de asalto en alguna misión programada y usted ni siquiera es militar.
Le dice Marcus arrogante; Lilth iba a replicarle algo, pero sin decir nada continuó su vuelo hacia el Sur bordeando la muralla, sin salir de su territorio mientras sus escoltas la seguían, volando como sombras en la noche, al llegar al portón negro descendió, y al ver una figura conocida en una de las torres de vigilancia se dirigió a ella, la bella no muerta Lukímia, que era la eterna vigía de aquel acceso por las noches, la saludó al verla llegar.
-¡Lilita! Tenía tanto tiempo que no venías a visitarme, que me da más gusto el verte.
-Si Yun, pero como ves no vengo sola
-Si ya veo que traes a tus pilmamos; ¡Pero no me llames Yun! Sabes que no me agrada, mi nombre es Lukímia desde que llegué aquí y para siempre, pero; ¿Qué te trae a la puerta en esta extraña noche?
-Una voz en el viento que cada noche llega a mi ventana, que se escucha como un trueno en la distancia, constante y rítmica llevando preciosas palabras que alcanzan a tocarme el alma, salí a buscar su origen para conocer al autor; ¿Tú lo has escuchado?
-Si claro, las tengo guardadas en pergaminos mágicos, cuando escucho esa voz en el viento extiendo uno, y las tengo todas o casi todas, no sé, aquí están las que capturé.
Le dice Lukímia mostrándole un grupo de pergaminos enrollados; Lilth tomó uno y al extenderlo, los versos de Yurik atrapados en aquellos papiros mágicos empiezan a escucharse, y a leerse como escritos con sangre.
-¡Que bellos son! ¿Sabes tú algo sobre el autor?
-Aún no Lilita, al igual que tú, las escucho cuando entran por todas las ventanas de esta torre, tan solo sé que vienen del Sur, tal vez las trae el viento que desciende de los Montes Lunares, pero eso es tan solo una de las cosas raras que están sucediendo últimamente.
-¿A qué cosas raras te refieres amiga?
-¿Acaso no te has dado cuenta? Claro, el castillo Stoker se encuentra muy lejos de la muralla y las noticias te llegan después. –le contesta Lukímia. -Raras son las palabras en el viento, así como la aparición de la Luna en el cielo nocturno con casi una semana de anticipación, también raros son los movimientos de nuestros enemigos de Alcalá, que se están replegando en su ciudad, retirando todas sus patrullas de interferencia y escuadrones de asalto, nuestras patrullas no han encontrado resistencia esta noche, porque todo el ejército tecnológico se ha refugiado en su ciudad, esta noche más que rara ha sido aburrida, aunque nuestras legiones vigilan, nada sale ni nada entra a Alcalá, ni por tierra, ni por aire, ni por las aguas del cauce del río antiguo, ni por los rieles del tren de los muertos, ni por las playas del Mar del Olvido.
-Mmmh. –piensa Lilth recelosa. -¿Así que todo eso sucede en mi reinado y yo ni por enterada, has informado de esto a mi padre?
-¡Claro que sí! Los informes han sido entregados puntualmente a los mensajeros Alfa, tu padre sabe todo esto, el decretó el estado de alerta y la cerrada vigilancia a la ciudad de Alcalá.
-¡Dimitri!
Le grita Lilth al maestro Omega líder de su escolta, y comandante en jefe de las legiones no naturales de Nosferália de Lúa Dark.