Inesperadamente el chico se volvió arena entre mis manos, que cayó en la caja de
arena. Los edificios y calles en la arena cambiaron de color y fueron haciendo más y
más grandes, como una ciudad., como una de verdad.
Hasta que desapareció ese jardín de la infancia por una ciudad nocturna, al principio
había un silencio era devastador pero luego aparecieron sonidos que ensordecían mis
oídos. Salí del callejón en donde me encontraba y en la calle había cauchos en llamas,
vidrios rotos, balas. Pero ni una sola alma.
Hasta se vi una silueta caer desde un edificio y estamparse contra el suelo e irse como
si nada. Como siluetas rompían vidrios y muchos más actos delictivos, esto le daba mal
aspecto a la ciudad o más bien esto parecía una revuelta o levantamiento. Había
alcohol por todos lados, las siluetas bailaban al sonar de la bulla, parecía una fiesta
universitaria, de las que pasan en televisión, en donde todos se vuelven totalmente
locos. Y las cosas nunca pasaron.
Saben eso me recuerda algo que hacía con mis amigos "el lunes de olvido" pero eso ya
no importa, eso me dejo claro algunas cosas que no sabía.
Pero bueno que persona no guarda secretos.
Me fui de marte y en unos instantes volví a mí. Cuando me di cuenta, estaba encima
de un edificio, sentado mirando la conmoción en la ciudad, no sabía cómo había
subido, pero me quede observando.
Como las siluetas se volvían locas por el alcohol, y alborotaban las demás, como se
golpeaban unas a otras, reventaban ventabas y tiendas, dibujaban grafiti en las
paredes, destruían carros con bates de baseball y golf, quemaban cosas por todos lados,
colocaban luces de colores, se pintaba, mordían y eso era solamente lo que podía ver
desde arriba.
Después de un rato me canse de ver todo ese desorden, e intente bajar de ese edificio,
me encontré con unas escaleras laterales. Por donde baje, y me puse a caminar por la
calle. Vi a muchas siluetas a bajar al subterráneo y las seguí, había muchas de ellas
alrededor de lo que parecía un ring de boxeo, pero en vez de peleadores profesionales
eran siluetas borrachas.
Bailaban literalmente en vez de pelear o algo así. Más bien parecían de esos programas
humorísticos que sonaban cuando se peleaban, pero estos no solaban, rechinaban como
esos juguetes que exprimías y sonaban algo así.
Que escenas tan patéticas.
––– ¡que están haciendo! ––– grite fuertemente para que todos me escucharan.
Todas las siluetas del lugar voltearon.
––– ah...bueno... que hay... han... hola... ¿saben dónde estoy? ––– y al final sonreí.
––– va bala va ha ha ah la bula la.
––– ¿Qué?
En ese mismo instante todas las siluetas vinieron corriendo hacia mí. Y yo al verlos
venir, precipitadamente también Salí corriendo y me escondí en una tienda, y vi pasar
a todas esas siluetas a un lado de mí.
––– fs. ¡En, Donde, Estoy!
––– ¿es que no lo sabes? ––– Se escuchó en los adentros de la tienda.
––– ¿Quien está allí...? ––– dije preocupado.
––– no te preocupes, no soy como esos descerebrados llenos de alcohol.
––– ¿quién eres...?
––– nadie importante...
––– y ¿desde dónde te escucho?
––– desde el piso.
––– ¿desde el piso?
––– ¡si...! Mira hacia abajo.
Estaba allí tirada en el piso la silueta, tranquila y relajada. Como un monje.
––– entonces... ¿dónde estamos?
––– estamos en el lugar llamado paraíso, pero en realidad es la "ciudad paradisiaca"
en donde las reglas no existen por lo que pudiste ver. ¿Y tú quién eres?
––– eso no es de importancia, dime como salir de este lugar.
––– salida, ja, ja, ja, ja no bromees. Una vez empieza la fiesta hay que esperar que
acabe...
––– ¡-¿cómo?-!
––– que aquí no hay aguafiestas... tienes que esperar que todo se tranquilice por
ahora solo quedate sentado y mira el techo ya que no podemos salir a ver el cielo.
––– ah... Que más me toca.
––– si relajate...
Me tuve que mantener con esa silueta por un rato, luego me levante y fui a revisar más
como estaba la cosa, esto me recordaba a los apocalipsis o algo parecido, en donde ya
no importaba el mañana porque no existía en realidad, solo que aquí por lo que vi
nadie moría.
La luna casi caía, y eso significaba que la noche casi acababa, pero eso no era lo único
que iba a acabar, los edificios empezaron a desmoronarse y las siluetas salían de los
escombros como si nada, todo era muy extraño. De pronto viene hacia mí una gran
roca en picada y al verla corrí, pero ella era más rápida y cuando ya estaba por
alcanzarme caí en el suelo. Y predije lo peor de los casos ser aplastado por una roca,
pero todo cayó en un absoluto silenció de un instante a otro.
––– ¿qué paso? ––– dije y me di la vuelta.
Al voltear la roca había desaparecido, y no era lo único, todos los estragos que había
en la noche también lo hicieron, carros totalmente destruidos aparecieron intactos al
igual que toda la ciudad. Tanto silencio no se podía creer a mi parecer. El señor ya no
se encontraba en la tienda, las siluetas desaparecieron por completo, no había rastro de
que algo paso anoche.
Este paraíso del desorden se había vuelto un lugar del ayer, una ciudad como
ninguna. Sentí que alguien me llamo y di la vuelta y vi una puerta con un letrero que
decía "salida" en rojo. Me acerque lentamente a ella, pero desde lejos se veía que era un
poco rustica, pero después le perdí miedo y cuando iba a girar el picaporte se abrió una
trampilla en el suelo y caí en ella.