De pronto aparecí tirado en un lugar esplendido, una colina llena de césped con el
cielo rosado por un atardecer a mis espaldas y cerca, había un templo griego. Al que
por cierto me acerque.
Era tan resplandeciente, y en el habían siluetas vestidas con batas blancas y coronas de
olivos, haciendo referencia a la era mitología de los griegos. Unas pintaban rostros de
mujeres, otras esculpían y las otras hacían manualidades con paja.
––– hola.
––– holis... ––– dijeron dulcemente las siluetas.
––– am-m... me podría decir ¿qué es este lugar?
––– estas, en el templo del amor.
––– ah gracias...
––– de nada.
––– y ¿qué hacen?
––– inspiraciones del ¡AMOR...!
––– y ¿porque las hacen?
––– en el nombre del ¡AMOR! Se debe hacer.
––– y porque piensan ah... espera esta es verónica, la de 3er grado, y esta es angélica,
de 1er año, no me digas que todas estas son las chicas de la que...
––– ¿de las que? ¿Qué?
––– no nada olvidalo.
Están son las chicas de las que me eh enamorado, en mi corta vida, y una silueta está
pintando uno nuevo pero no se de quien es apenas estaba empezando. Todo era muy
hermoso y más si era en nombre del amor, pero no sé qué me paso en ese momento ese
beso y esa confesión.
––– ¡no pienses en eso!
––– ¿en qué? ¿Qué te pasa?
––– no nada lo siento, se me fue la cabeza.
–––Estas pensando en pajaritos preñados. ––– dijeron las siluetas en forma de broma.
––– no, no solo estoy pensando en... en...
––– ¿en qué?
––– nada importante.
––– bueno. Bueno.
Las siluetas eran muy dulces en general, y este templo era muy bonito. Pero había algo
muy peculiar, había un hueco como el de los sepulcros, algo para enterrar a alguien, y
tenía su lapida sin nombre. Por lo que se veía a lo lejos.
Me iba a acercar a ella pero unas siluetas se interpusieron en mi camino.
––– no quieres pintar.
––– no.
––– esculpir.
––– no gracias.
––– hacer manualidades.
––– ¡que no!
––– ¿para que vas para allá?
––– quiero ver que hay allí.
––– allí o hay nada que te deba importar.
––– entonces ¿porque no me dejan ir para allá?
––– ¿porque no?
––– pero ¿porque no?
––– porque lo digo en el nombre del ¡AMOR!
Que actitud más extraña la de estas siluetas, no querían que me acercara a ese hueco,
eso hizo que me diera más curiosidad, es como cuando te dicen que no corras en la
calle y lo haces, eso te genera como una sensación extra de adrenalina como si
estuvieras rompiendo las reglas, bueno algo así tenía en ese momento.
Tenía la curiosidad de que era lo que no podía ver. Y si había un cuerpo o es una
cueva de chocolate que no querían compartir, entonces los aria pichirres por no querer
me dar un poco de su chocolate.
Intente varias veces escaparme de estos lindos querubines, que son los ángeles del
amor o algo así, pero no quitaban la vista en ningún momento.
––– me rindo, no puedo, me pondré a pintar que más.
––– que bueno y... ¿qué pintaras?
––– hare un autorretrato. ––– dije señalándome a mí mismo.
––– ah que bueno. Me avisas si necesitas algo.
––– sí, un poco de espacio, no quiero que nadie este encima, debajo, a un lado de mí.
Y tampoco quiero a nadie vigilándome. SI.
––– ok...
Todos se fueron de mí alrededor. Y me concentre a pintarme a mí mismo, de cuando
me vi en el espejo del barco.
––– como vas con tu autorretrato.
––– bien. ––– dije sin apartar la mirada del lienzo.
–––bueno te dejo...
––– si...
Luego de un rato.
––– ¿cómo estas...? No ¿necesitas Algo?
––– ¡...!
––– oye.
––– ¡...!
––– oye.
Las siluetas no se habían dado cuenta hasta ahora, pero mi auto retrato se hizo tan
convincente que lo puse como sustituto y ya que nadie me estaba vigilando. Nadie
aviso, ni se dio cuenta. Hasta que uno de ellos fue y me pregunto si necesitaba algo.
Todos se volvieron locos, iban de un lado al otro buscándome hasta que.
––– Allí esta vayan por el... ––– grito una de las siluetas, mientras me señalaba.
––– CORRE, que no me alcancen.
No sé pero esto en vez de amor parecía una cacería de brujas, de esas que después de
capturar a la persona la queman amarrada bueno algo así.
Había un montón de siluetas detrás de mí para impedir que me asomara en ese hueco.
Pero que escondían que no podía ver, eso lo vería en un momento porque ya estaba
muy cerca de allí.
Cuando llegue y vi el hueco, literalmente había un esqueleto, tres velas, y flores recién
cortadas.
––– ¿qué es esto... y porque está aquí? ––– dije mirando su interior.
––– es el lugar en donde se depositó un amor tan grande que se convirtió en dolor,
pero no podemos cerrarlo.
––– pero ¿de quién?
––– de alguien que apreciaba mucho.
––– pe...
En ese mismo instante que iba a hablar, alguna silueta me empujo hacía el hueco. No
pude voltear a ver quién fue, lo único que si es que.
––– ¡NO...! ––– gritaron fuertemente las siluetas al verme caer.
Pero igualmente caí y sentí como si nadie me hubiese importado. Estaba encima de ese
esqueleto, y cuando intente subir no se escuchaban ningún sonido y el cielo estaba
nublado.