––– hay ya y-mmm... ––– dije, mientras me levantaba del suelo y veía mi alrededor.
El suelo era terracota y me encontraba como en una ciudad de arcilla roja, al ver a mis
espaldas vi cómo se cerraba con arcillá que se endureció y por donde había salido
habían desaparecido.
Todo estaba envuelto en un absoluto silencio que ensordecía mis oídos, que ni siquiera
se escuchase el sonido del viento y era muy extraño, por eso fui a revisar si había
alguien por estos lares. Cuando subí la mirada me fije que el cielo estaba pintado de
color ocre y el sol se mezclaba entre colores.
––– ¡...! ––– intente decir algo pero no podía.
Este lugar era muy extraño además de que no se oía nada tampoco podía decir nada,
pero pensé, si hace un momento cuando caí hable.
Esta era la ciudad de arcilla silenciosa, no veía el sentido de este lugar en aparente.
Las casas estaban vacías y resquebrajadas en algunas partes de ellas. Se sentía una paz
inquietante que nunca imagine que podía ser este lugar, entre a una de las casas para
revisar su interior y Me agache un momento porque creí ver algo en el suelo y cuando
vi que no era nada, solo me levante y al hacerlo apareció delante de mí una sombra
asomada viéndome de una manera escalofriante, que me puso la piel de gallina.
Y más con este silencio, ni me di cuenta de que había alguien más. Moví sutilmente mi
mano de un lado al otro en forma de saludo, pero la silueta seguía observándome
desde la ventana, sonreí ligeramente para liberar la tensión entre nosotros dos pero él
seguía mirándome con esa mirada penetrante que traspasaba mi frágil cuerpo. En
realidad podría decir que era en verdad.
Aparte mi vista de aquella silueta, y mira hacia un lado y al suelo, y cuando devolví la
mirada ya no estaba, y creo que me daba más miedo no poder verla, que me estuviese
observando.
Cuando Salí de la casita, en el suelo estaba escrito.
––– "hola ¿Quién eres?"
Me imagine que este mensaje era de esa silueta observadora, pero también sentía su
penetrante mirada en mi espalda, aunque no la viera. Le respondí de la misma manera
––– "caí en este lugar, pero ¿quién eres?"
Seguí caminando y sentí una mano en mi espalda y voltee despavorido, no había
nadie pero si una respuesta.
––– "soy el vigilante"
Nuevamente sentí una mano y voltee, sutilmente y allí estaba la silueta con mirada
penetrante delante de mí y la salude nuevamente con la mano. Ella se agacho y
empezó a escribir en el suelo.
––– "dime ¿qué haces aquí?"
––– "llegue por casualidad" ––– le respondí de la misma manera.
––– "ven conmigo"
La silueta de dijo que la siguiera y eso hice, me llevo a un lugar alto, desde donde se
veía casi toda la ciudad, y el viento era más fuerte. No sé, pero caminar detrás de esta
silueta era cómo un poco familiar, de alguna manera.
Se veía al otro lado de la ciudad una zona negra, como si limitara este lugar, mi
intuición me decía de algún modo que era por allí que tenía que ir, pero estaba a una
gran altura con una silueta muy peculiar, en un lugar sin sonido.
Le toque la espalda a la silueta, y volteo y vio que mi mano está señalando aquel limite
o abismo. Pero me negó con el dedo y después se lo puso entre los labios en forma de
silencio.
La silueta se paró y extendió sus manos hasta el cielo, haciendo que sonara la melodía
de un órgano desde los cimientos de las casas hasta lo más alto, como una ventisca
ascendente. Al bajar las manos se hizo nuevamente le silencio en la ciudad, hasta que
empezó a a mover sus manos y dedos de una forma parecida a como si tocara un
piano.
Eso hizo que se escuchara no solo la melodía del órgano sino de otros instrumentos
como la flauta, el saxofón, el piano, la guitarra, los tambores y otros más. Parecía que
en verdad había algo invisible que tocaba en el aire, porque se veía que no estaba
disimulando.
En esos instantes como había regresado el sonido le grite a la silueta.
––– ¡OYE VIGILANTE DIME QUE HACES EN ESTE LUGAR!
––– ¡MUSICA! ––– dijo el vigilante mientras seguía tocando el piano invisible.
––– ¡SI YO SE QUE MUSICA, PERO...! ¿PORQUE?
––– ¡QUE ES LA UNICA COSA QUE PUEDE ALEGRAR ESTE DESOLADO,
PUEBLO!
––– PERO ¿QUIEN ERES Y PORQUE PUEDES HACER ESO?
––– ¡NO SOY NADIE EN APARENTE...! ¡SOLO SOY LA LUZ QUE MANTIENE
LAS TIEERRAS DEL SILENCIO VIVAS!
––– ¡ENTONCES!
––– ¡NO TIENES QUE GRITAR!
––– ah perdón.
––– solo siente la música, y piensa que está allí.
––– ¿el qué?
––– la melodía. ––– me dijo y se colocó detrás de mí y me tomo de las manos y
empezó a moverlas, lentamente.
Cerré los ojos, y vi todo blanco y vacío, hasta que empecé a visualizar notas de colores,
"do, re, mi, fa so, la si, do" y en conjunto de los movimientos de mis manos empecé a
tocar el aire como lo hacía el vigilante. Escuchaba música en mis oídos, y el vigilante
soltó mis manos y en eso abrí los ojos.
Y veía líneas de colores que cargaban notas musicales, en forma de brisas que se
entrelazaban y movían su antojo y venían de las casa de arcilla.
––– mil mariposas vuelan al fin desde el fondo del mar, esa ocurrida que había ya no
está. Dime mil veces que mire las estrellas, como si no hubiera más, este sentimiento
jamás desaparecerá... Porque yo seguiré aquí. Liberar las almas de la verdad, en un
campo de flores sin igual, en donde todos estemos en paz... ––– escuche en mi mente
esta canción, y al ritmo tocaba el piano invisible.
––– así es, siente la música en tu corazón. Dejate llevar.
Las corrientes de aire me elevaron por los cielos mientras tocaba mi ser y creaba
música de la nada, los cálidos colores de las melodías, me envolvían como una nube
arcoíris.
––– no olvides la música es algo muy hermoso que llega al corazón. ––– dijo el
vigilante mientras me alejaba flotando.
Quisiera decir que fue una agradable experiencia estar creando melodías que venían
del interior de mí ser. Las corrientes de aire me llevaron cerca de las limitaciones que
decía, aquel abismo. Y luego todo volvió a ser silencioso, ya no podía tocar las
melodías o crearlas.