El Último Ángel

Capítulo III

Casi que atravieso la puerta cuando dio por terminada la comida. Salí tan rápido que creo que nadie me vio irme. Pero oigo a alguien salir detrás de mí.

— ¿A dónde crees que vas tan rápido?— me detengo en seco, es Saurs

—Pues a esconderme de ese hombre— creo que no tendría que decir que me cae mal

—Veo que no te agrada el rey Adaonn— niego aun así con la cabeza —en fin, no puedes irte, tienes clases extra.

—Vamos Saurs ni tu ni yo queremos esas clases— levanta una ceja mientras sonríe.

—Vaya, el pequeño angelito saco su espíritu rebelde— no pude evitar sonreír —tienes que tener clases extra, sino nunca entenderás nada sobre nosotros, ni siquiera sobre ti misma, no sabes ni de lo que eres capaz de hacer — esas palabras despertaron un poco de intriga.

— ¿Cómo qué?

—No lo sé, ¿volar? ¿Cuál es el poder que te han otorgado para enfrentarte a Diamen?— chau intriga, ahora solo quiero meterme debajo de la cama.

Termine siguiendo a Saurs hasta la biblioteca, un espacio gigante con grandes góndolas de libros, algunos de apariencia muy antigua. En el centro de esta había un libro abierto en un pedestal, cubierto con un vidrio transparente. Me acerque a él, era realmente magnifico y grande.

—Este libro tiene más de dos mil años, no se conoce bien el año en que se creó, pero ha sido parte de este mundo desde los comienzos— impresionante —Es la historia de cómo se creó este mundo, y de donde surgieron todas sus especies.

—Es maravilloso.

Saurs explicaba muy bien, la que era dura para aprender era yo. Pero todo lo que decía, para mí era sacado de otro idioma.

—Bien Eileen, te explicare poco a poco sobre las especies de este mundo— abre el libro mientras habla — en esta tierra ya existían seres hijos de la naturaleza, antes de que nosotros llegáramos, o como ellos la llaman "madre tierra" que también fue creada por dios. A su vez, este creo más seres que convivirían con los hijos de ella, asique existen tres grupos en los que se dividen lo habitantes de este mundo. — tome nota de todo lo que dijo — El primero son los hijos de la naturaleza, donde se encuentran las ninfas, los elfos, las sirenas, los trolls, ente otras. En segundo lugar están los hijos de Dios, que son los hechiceros y los animales; en tercer lugar estas tú, los protectores, o ángeles guardianes, los suelen llamar ángeles de la guarda— esto me hace sentir presión, se lo que esperan de mí y es muy difícil que lo consiga.

Así continuo la clase, Saurs me explicaba sobre especias, los Japirson, los barroen, los keromas, que es un animal que tiene piel parecida a los humanos, pero tiene cola y ocico.

A pesar de que no me tenía fe he aprendido mucho en esta clase, Saurs es muy bueno explicando sin duda y pude tomar muchas notas que me servirían en clase.

—Saurs, ¿qué clase de ser eres?— sin sacar la vista del libro me responde

—Soy un hechicero, pero no tengo poderes— eso es raro.

— ¿Por qué no tienes poderes?— alza la vista al fin y me mira fijo.

—No quiero hablar de eso— ¿pasado dificil?

—Lo siento— hace una mueca de disgusto ¿mis disculpas le molestaron?

Ahora me siento un poco incomoda, no sé qué decirle, se ha quedado mudo dando vuelta a las páginas.

—Puedes irte

—Pero todavía no paso una hora— murmuro, creo que lo he molestado.

—Ya has aprendido mucho— ha cerrado el libro y se ha ido sin decirme nada más.

Me he quedado sola con un terrible sentimiento de culpa. No sé lo que le haya pasado a él, pero debe haber sido algo muy terrible para ponerlo de esa forma.

Tomo mi cuaderno y salgo de la biblioteca aun pensando en lo que sucedió. Iría a disculparme devuelta, me siento como si mi propio padre me hubiese abandonado, como ¿'desprotegida? Si, Saurs me hace sentir tranquila y saber que me quiere lejos ahora me hace sentir en peligro.

Libero un suspiro mirando por la venta, puedo ver a la gente que sigue trabajando en la tierra. Estoy unos segundos ahí hasta que decido que yo también quiero hacerlo.

Termino corriendo a mi habitación a cambiarme el uniforme, para volver corriendo al campo a trabajar. Quiero probar esto.

La gente me mira extrañada, creo que no debería estar aquí. Un elfo se me ha acercado con una cesta en la mano. Están cosechando.

— ¿Qué hace aquí señorita?

—Pues, vera, quiero trabajar— sonríe casi al borde de una risita.

— ¿Y eso porque?— me encojo de hombros.

—No lo sé, quiero ayudar.

—Pues se le agradece— se ha ido y vuelto con otra cesta que me ha alcanzado —estamos cosechando Jurelias y marindas— bien ¿Qué es una marindas? ¿Cómo se ve una Jurelias?

Creo que noto mi cara de desconcierto, que le pareció extraña. Pero me termino enseñando como eran, las jurelias eran redondas y de color marrón, se sacaban de adentro de la tierra. Las marindas están en las plantas más bajas con hojas espinosas, había que tener cuidado., eran de color azul y también eran redondas. También me explico que cuando estaban maduras. Las jurelias cuando están maduras largan una flor marrón hacia afuera, así se encuentran. Las marindas cuando están maduras tiñen de su color el tallo que la sostiene. Bien fácil, empecemos con las jurelias.



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En el texto hay: angeles, demonios, angeles caidos

Editado: 26.09.2018

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