El Último DÍa De La Tierra

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⚠️Contenido Fuerte⚠️

 

El semblante preocupado que tenía Emma cuándo terminó de hablar con el director del hospital hizo que me preocupará, la maestra de Lía me había llamado para que la llevase hoy a clases pero me había negado rotundamente, ella me había dicho que absolutamente todo iba a bien y Lía no debía perder clase pero la idea de dejar a Lía sola y sin mí supervisión me perturbaba así que le había aclarado que ella no iría a clase hasta que Luke se recuperase—Aunque no tenía idea de si se encontraba bien o no—


 

—Tenemos que ir al hospital—Frunci mi ceño y negué repetidamente—El hospital está colapsado y necesitan personal, dijo que absolutamente todo está controlado y podemos ir


 

—Si ir allá implica poner en peligro a Lía no iré, no voy a ponerla en peligro 


 

—Lo sé pero debemos ir, mencionó algo sobre revocar la licencia si no íbamos—Reí sin humor—


 

—¿Ese imbécil nos amenazó? ¡Perfecto! 


 

Emma preparó el carro mientras yo preparaba a Lía, guardé ropa y comida en un bolso por si íbamos a necesitarlo. Até mi cabello en una cola baja mientras intentaba mantenerme tranquila, debía ser paciente y luego de ayudar en el hospital volvería a casa para encerrarme hasta que todo terminase. Tomé la pequeña mano de Lía y bajamos las escaleras, Emma nos esperaba al final de ellas. 


 

—Muy bien, señoritas. Tomen—Nos tendió dos tapabocas—Es necesario para su higiene y probablemente pueda aislarnos del vírus—Sonrió intentando tranquilizarme—


 

Cuándo salimos todo parecía ir bien, los restos de la camioneta aún seguían en el mismo lugar y no parecía haber desquiciados por ahí. Cuándo en mí vista se enfocó un par de cuerpos inertes a uno metros de nosotros le cubrí los ojos a Lía y la guíe hasta la camioneta, subí y Emma puso en marcha. 


 

Le di mí teléfono a Lía para que pudiese ver su serie favorita y así distraerla de los cuerpos amontonados en las aceras y los cuerpos en los carros, observé horrorizada algunos cuerpos mutilados y otros heridos gravemente producto de algún choque. Lía seguía entretenida en el teléfono sin percatarse del desastre que comenzaba a desatarse en la ciudad, parecía cómo si varios asesinos en serie se hubiesen desatado y practicasen sus nuevas técnicas sin algún tipo de pudor. Cuándo observé el edificio dónde se encontraba el hospital comencé a entrar en pánico, ¿Cómo iba a proteger a Lía si no podía protegerme a mí misma? 


 

—Escúchame—Su voz determinante al igual que sus ojos se dirigieron a mí, necesitaba esa misma determinación—Obviamente tú deberás ir al área pediátrica, no tengo idea de que tan mal está dicha área por lo que creo que Lía debe quedarse conmigo 


 

Negué—Irá conmigo, no pienso dejarla sola


 

—Eva... 


 

—Es mí hija y si no puedo protegerla entonces quizás no merezca que me llamé mamá—Emma suspiró —Tú área es mucho más peligrosa que la mía, estaremos bien—Finalmente asintió—Recuerda cuidar al bebé 


 

Dentro del hospital nos alejamos al área correspondiente, en los pasillos y las salas de espera estaban repletas de personas, algunas se veían fatales y otras simplemente no tanto. Sujetaba fuertemente la mano de Lía mientras nos dirigíamos al área pediátrica, me sobresalte cuándo un sujeto comenzó a toser sangre y se desplomó en el suelo. Apreté la mano de Lía quién soltó un gemido y apresuré mí paso, sé que debía ayudarlo pero mi prioridad era Lía, solamente ella. 


 

Entré en el área pediátrica y camine hasta la zona médica, dos enfermeras conversaban animadamente sobre una serie que veían. Aclaré mí garganta y ambas se voltearon, sonrieron y sus ojos se detuvieron en la pequeña castaña a mí lado. 


 

—La pequeña Lía está aquí—Sonrió la morena—¿Cómo estás? 


 

—Bien—Musito—¿Y Tomás? 


 

El semblante de ambas oscureció, no podía ser cierto—Jess, llévala al cuarto de descanso, por favor—La azabache asintió y tomando su pequeña mano la llevó hasta la habitación detrás nuestro—¿Que pasó? 


 

—Contrajo el vírus, al parecer alguna enfermera pasó por alto las normas y Tomás se contagió. Ahora hay una zona de aislamiento pero...—Cubrió con su mano el sollozo—


 

—Pero lo revisé hace diez días, se encontraba bien 


 

—No, él ya estaba contagiado. No entiendo nada sobre el vírus pero pasa desapercibido por una cierta cantidad de tiempo hasta que se asienta en el huésped y empeoran los síntomas—Su voz sonaba afligida—Ayer llegaron dos pequeños con los mismo síntomas, estamos por colapsar. No queda casi agua y la comida comienza a escasear, no sé que haremos con los pacientes—Llevó su mano hasta su cara impotente—


 

—Iré a verlos—Negó—¿Hay algún protocolo? Si es así dímelo y... 


 

—No se nos tiene permitido tratar con los pacientes contagiados—Hizo una mueca, sus ojos tenían bolsas y parecía cansada—


 

—¿Que?—Pregunté exaltada—¡Son niños, maldita sea!—Llevé mis manos hasta mi cabeza y tiré de mí cabello—¿Me estás diciendo que los están dejando morir? 


 

—No sabemos cómo tratarlos, la vacuna no está haciendo efecto y sin saber que tipo de vírus puede ser es imposible tener una cura. Tratar con ellos es sinónimo de morir, el hospital ha perdido mucho personal 


 

—¿Y vas a quedarte de brazos cruzados y ya?—Mi voz sonó incrédula, no podía creer lo que estaba oyendo. Se supone que habíamos hecho un juramento dónde prometiamos proteger personas y ella me estaba diciendo que debíamos dejarlos morir, ¡A niños!.


 

—¿Crees que no me siento fatal con esa decisión? ¡Por supuesto que si! Pero no lo has visto, cómo son, cómo se comportan, ellos cambian radicalmente 




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