OTOÑO 2018

Sonriendo salió de casa con la esperanza de toparse con aquel chico, y efectivamente, el chico había tomado el mismo camino de siempre.

Avanzó con la idea de que esté año sería diferente. Sus ojos se cruzaron y él la miró más tiempo de lo que había hecho en los años anteriores. Ella sonrío. Él le devolvió la sonrisa. Ambos se miraron más tiempo, pero entonces él se giró para seguir con su camino.

Ella se quedó ahí parada y siguió viendo a aquel chico desaparecer de su vista.

***

La mañana era de lo más tranquila, la chica se tomó su tiempo y salió a pasear.

Fue al parque que estaba cerca de casa y se sentó en una de las bancas.

Los niños jugaban muy alegres y algunas parejas se veían hacer ejercicio.

Estuvo sentada un buen tiempo y entonces una mujer se sentó a su lado.

—Las mañanas de otoño son hermosas, ¿ Cierto? — cuestionó la mujer con una sonrisa. Fue entonces cuando se dio cuenta de que hace mucho que no hablaba con alguien. No recordaba lo que era compartir sus pensamientos con otra persona.

—Prefiero las tardes. Pero sí, las mañanas son muy hermosas— respondió al igual que ella.  

Aquella señora mandaba un aura tranquilizante y alegre, sus ojos se achicaban por su sonrisa al ver a los chiquillos jugar.

—¿Tiene hijos?— ella cuestionó al ver tan sonriente a la mujer.

—Tuve una hija. — respondió en un suspiro, pensó que no iba a seguir hablando, pero su compañía continuó. — Murió muy joven, pero siempre la recuerdo. Me gustaría saber cómo sería ahora, pero supongo que el mejor recuerdo que tengo son los del pasado. No cometas el error de aferrarte a algo que ya pasó— fue lo último que dijo, se quedó un buen rato ahí junto a ella  y después se levantó dejando a la chica ahí sola pensando.