V

El tío empezó a lanzarme las flechas de antes otra vez por suerte me apartaba y corrí lo que pude para dentro del instituto.

“Vaya mierda, un Raida chiflado me está persiguiendo y no tengo a Bokune para protegerme o ayudarme y estaba sudando como nunca del miedo”.

- pero que pesado, ¿no le dije que no corriera? –dijo con una voz de cabreo, pero casi no se le oía de lo lejos que estaba.

Corría como si me persiguiera un perro con la rabia y seguí corriendo hasta que me topé con un profesor de escuela que casualmente era el de matemáticas.

“mierda…mierda…mierda…MIERDA”

- ¡Shengoku! ¿Pero qué haces corriendo por los pasillos? Sabes que no está permitido-

Las palabras se me acortaban entre los jadeantes suspiros y el miedo…

- ¡profesor Miyane! Es difícil de explicar…pero no puedo pararme ahora… ¡lo siento! - deje tirado al profesor de matemáticas y me mostro un rostro de desagrado por parte de mi comportamiento.

Llegue a la azotea donde no había salida alguna, el viento movía mi uniforme con fuerza y se metía por los huecos de esta.

- BOKUNE…BOKUNE-empecé a gritar descontrolado a todos lados por si estaba en el aire- ¿dónde está cuando se le necesita? boku…-

Algo afilado atravesó mi pierna con una fuerza que bloqueo mi voz y entre en agonía cayéndome al suelo de cara, fue insoportable y muy inesperado.

- al final te he alcanzado- el yonki aterrizó despacio sobre el suelo.

No podía levantarme del dolor, estaba sufriendo y el sudor me entraba en los ojos…

“dios como duele esto… ¿Qué hago?”

- bueno…ha sido un placer corto pero tus posturas me piden a gritos que te de una muerte rápida e indolora…pero tranquilo cuando coja tu anillo no olvidare a quien dar las gracias- tras terminar la frase mostro una sonrisa de mejilla a mejilla como la de Bokune.

Me puse a llorar en silencio porque iba a morir nada más empezar este maldito juego.

- ¿ya te rindes? Jejeje-saltó una voz familiar

Una sombra cubrió el área donde los dos estábamos y cogí fuerzas para mirar lo que era, un cuerpo caía mostrando un puño hacia abajo.

- ¡pero que co…! - la frase fue interrumpida porque se formó una explosión sobre él agrietando el techo. Se había formado tanto polvo que no se veía nada y empezó a disiparse…era Bokune…había golpeado para salvarme.

- qué suerte que me llamaras- sonreía sin parar.

- bueno, bueno, al final apareces…esto se pone emocionante- dijo el yonki apareciendo en el otro lado del techo, había esquivado el ataque de boku y estaba intacto y saco de sus bolsillos unos dardos de diana para bares.