-Alguna vez visitaste Los Ángeles?- comentas mientras miras al perro.
El perro inclina la cabeza y para las orejas.
-No me mires así, tu dueño no te lo dijo?- comentas.-Lo curioso es...si el sol sale por el Este...y se pone por el Oeste...y si el mapa está correcto...Cómo terminaste aquí?...bueno como es que terminamos aquí...- comentas mientras miras el mapa e intentas orientarte.
No sabes en qué ciudad estás, intentas buscar periódicos o alguna señal de que indique dónde estás, mientras el perro te sigue.
-Tienes nombre?- gritas. -El mío no lo recuerdo. Debería ponerte un nombre...- comentas mientras intentas abrir autos para buscar transporte.
-Amigo, al parecer andamos de suerte. Hay autos, pero no hay gasolina...-
El perro corre como si alguien lo llamara desde la otra calle.
-Hey, amigo! No de nuevo, vamos...ya me cansé de perseguirte!- gritas mientras vas detrás de él.
Lo encuentras rascando una puerta de un transporte público.
-Qué pasa? Quieres entrar? Buscas algo?- hablas mientras abres la puerta.
El perro entra y se acomoda en el asiento del copiloto.
-No es hora de descansar amigo, tenemos que ir a los Los Ángeles...talvez encontremos algo por allá...-
Te acercas a mirar el motor para ver si está completo. Al parecer se ve bien...veamos si enciende. Te sientas dónde estaba el perro e intentas prenderlo, primera vez...nada. segunda...nada. tercera... encendió!
-Cómo lo supiste?- le preguntas al perro.
Él solo se dió muchas vueltas y empezó a saltar, como si estuviera alegre.
-Ten...toma, te lo mereces...- le dices mientras sacas una lata de jamón y se lo das.
*Continúa en la página 24*