Aunque muchos no lo crean y se muestren escépticos. Cuando se les informa de la venida de Jesucristo, el señor vendrá por las personas que sigan su camino y crean en el.
No sabemos el día ni la hora, lo que debemos de estar; es preparados, atentos espiritualmente. Para no dejarnos enredar en cosas que nos hagan alejar de la presencia de Dios.
Nadie como el señor, él es nuestro resguardo, nuestro amigo, nuestro padre, él sabe que es bueno para nosotros y que es malo, él no nos quiere ver tristes, él no quiere que ninguno de nosotros nos perdamos. Por eso cada uno de nosotros tenemos la oportunidad única de seguir a Dios, al Dios invisible.
Atentos a las señales. Porque el que ha de venir, ¡vendrá!