Capitulo 1.

NAÍN.

—Mamá —miro a Ian y lo tomo entre mis brazos.

—¿Qué pasó mi vida?

—Ñan Ñan —me muestras sus dientes.

—Ya vamos a comer —lo llevo hasta la mesa y lo siento en su lugar.

Voy a la cocina y agarro el puré de verduras y voy hacia él. Pongo el plato en la mesa, le doy la cuchara y solito empieza a comer.

... Ian no se parece a Noah, y eso es algo que le agradezco a la vida. Si mi hijo se pareciera a su padre, hubiera sido delatada hace mucho tiempo.

La manera en la que concebí a Ian no fue de la mejor forma, aproveché una oportunidad para hacer realidad mi gran sueño. En ese tiempo era tan ilusa que pensé que nada pasaría, pero no me arrepiento, amo a Ian y no podría estar sin él.

Gracias a Ian he aprendido muchas cosas que desconocía, no ha sido fácil ser madre, pero me ha ayudado mucho a crecer, aunque eso no quiere decir que le diré la verdad a Noah, ¿con qué cara le digo que tiene un hijo?

... Cuando me enteré de que estaba embarazada hasta la presión se me bajo, y la cosa fue peor cuando mis padres se enteraron. Siempre había sido un buen ejemplo a seguir, responsable, estudiosa, buena hija (no era malcriada), bien centrado en mi futuro, pero como dice por ahí "metí la pata".

Mi madre no podía creer mi embarazo, pero me apoyaba; sin embargo, papá se decepcionó horrible de mí, su enojo era muy grande y más porque no decía el nombre de hombre que me embarazó. No obstante, con los meses aceptó que no era tan perfecta.

Hay momentos donde mi padre pregunta por el papá de Ian, pero le cambió de tema. No me gusta tocar ese asunto, además no quiero que se enteren de mis secretos.

Días después.

Suelto un suspiro. Mis vacaciones comenzaron y voy a de regreso a casa. Tengo que ser sincera, me da miedo estar con mi familia, parece que descubren mi secreto y lo que más miedo me da es que Bastian y Audrey se vean perjudicados por mi silencio.

... El día en que lo vi tan apasionados el mundo se me quiso venir encima, tanto fue mi miedo que incluso le revelé la verdad a Ethan. Lo bueno es que mi hermano pequeño es más tranquilo que Bastian, él suele ser muy explosivo.

Bastian es otro que quiere saber el nombre de Noah, y no es para nada bueno... él cree que el padre de Ian no se quiso hacer cargo, pero la realidad no es así.

Meneo mi cabeza, no quiero seguir pensando en eso... Noah debe estar feliz con su novia, y yo también debo serlo.

... ¿Sigo amando a Noah? Lo quiero demasiado, pero sé que una relación entre él y yo nunca se va a dar... Para Noah nunca dejaré de ser su amiga, y si digo la verdad me odiará por lo que hice y por callar. Lo mejor es que todo sigo como está hasta ahora, todo es mejor así.

Escucho el auto y corro a la ventana recibiendo una sonrisa de Bastian. En pocos días será el cumpleaños de Audrey, y como su cuñada no debo faltar.

Lo saludo con la mano y corro por mi hijo y mis cosas. Soy muy joven todavía, no debe porque encerrarme en un solo pensamiento... Noah está lejos y no volverá, y tengo la fe de que Ian no se parecerá a su padre. Debo disfrutar de la vida, de mi familia y de mi hijo.

NOAH.

Mi mano por su piel, mis movimientos, su rostro, sus besos, sus caricias, sus ojos ardiendo por el deseo, sus gemidos...

Noah...

—¡Naín!

Otra vez, ese sueño, me siento un maldito enfermo. Hace casi 2 años desde que me vine a Alemania, todo estaba fluyendo bien, pero últimamente estoy teniendo sueños con Naín; donde ella está en mi habitación y yo la estoy haciendo mía... ¡Maldición, es mi amiga! Pero se siente tan real que no puedo dejar esos sueños a un lado.

Agarro mi celular y miro la foto de la pantalla de inicio (es la foto de graduación y solo estamos los dos). Ese día me emborraché y solo recuerdo una parte de la fiesta, no más. Pero mi sueño se basa en esa noche.

—Naín —musito.

Me pongo de pie y salgo de mi habitación. Miro a mi alrededor; papá siempre está despierto, y si no está es porque no llegó a dormir. Suspiro cansado, si sigo así me convertiré en un zombi.

Camino a paso lento a la cocina, en el camino me percato de los correos. Me despierto y voy a ver buscando uno en especial y al verlo me entra los nervios.

Abro la carta y sonrío al ver que fui aceptado para el intercambio. Estaré de nuevo con mamá y mis hermanas, además veré a Naín, ya que tengo muchas cosas que preguntarle, como: ¿quién es el padre de su hijo?
 

¡Ay, Dios!