El velo roto

El pueblo del sur

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En este capítulo presentaré un cuento de la literatura francesa, el cual se encuentra libre de derechos de autor, que lo disfruten

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En cuanto abrí mis ojos me encontré nuevamente en el templo, el anciano principal estaba hablando "la ceremonia acabó, a partir de este momento los dioses hablarán con ustedes en privado" los ancianos y las sacerdotisas de mayor tiempo abandonaron la habitación dejándonos solas

"Ovejas que siguen al pastor, sean bienvenidas a nuestra casa" resonó por toda la habitación, tantos años de entrenamiento valieron la pena o eso creí, las velas que iluminaban el lugar se apagaron y quedamos en la completa oscuridad, sin que me percatara alguien se colocó detrás de mí y me sujetó "Tú serás la primera" dijo mientras me arrojaba al suelo

Frente a mí apareció un cristal el cual me iluminó "Por favor no te acerques" dije al ver a alguien acercarse "No quiero esto" le suplique después de que me rasgara el vestido "Por favor no lo haga"

"Lady Léa" dijo alguien mientras me sujetaba, fue en ese momento que me desperté

"No sueltame, no me toques" grite mientras golpeaba a la persona que me sujetaba "No quiero sufrir más"

"Lady Léa, soy yo, está a salvo" dijo la persona, en cuanto comencé a golpearla, al escuchar la voz y al reconocerla me tranquilice, me arroje a sus brazos y comencé a llorar "lloré mi Lady, lloré, dejé salir todos sus sentimientos" dijo Death mientras me abrazaba con fuerza, permanecí abrazada a ella por el resto de la noche, en cuanto el sol salió, las tres continuamos nuestro viaje, pero ahora fue caminando, luego de una hora encontramos un camino el cual nos llevó hasta un pueblo ubicado en medio del bosque

"¿Qué lugar es este?", pregunte al ver las casas

"Este es un pequeño pueblo sin nombre, aquí debíamos traerla, cerca de aquí, hay una cantera, la cual es utilizada por el reino para obtener piedras y reforzar las murallas de sus ciudades, nuestra señora dijo que aquí encontraríamos a algunos de sus protegidos" caminamos algunos momentos hasta que un joven nos vio

"Usted debe de ser Lady Léa, nuestra divinidad Proserpina dijo que vendría" dijo el joven mientras nos reverenciaba

"¿Quién eres?", pregunte mientras me colocaba detrás de Death y Kali

"Perdone, no debí acercarme tanto a usted, lady Proserpina me lo contó, mi nombre es Ivailo soy el criador de cerdos y mensajero de su divinidad Proserpina, el jefe desea verlas" Death y Kali me observaron antes de indicarle que nos llevara, caminamos un poco antes de llegar a la casa del jefe de la aldea, en el trayecto, observe una piara de cerdos y una área de tala, parecía que se preparaban para el invierno, Ivailo también mencionó una herrería, pero no conseguí verla "Esta es la casa del jefe" Ivailo golpeó la puerta y esperamos a que nos permitieran ingresar

"Ivailo bienvenido ¿quiénes vienen contigo?", pregunto el jefe, ya era un hombre mayor, aunque su voz era firme, sus manos le temblaban

"Jefe, permitamos presentarle a Lady Léa, la enviada de nuestra señora"

"Mi Lady, bienvenida, quiere un poco de agua o una fruta, perdone que no pueda atenderla como es debido" dijo el hombre emocionado

"No será necesario, nuestra madre dijo que tendría información para Lady Léa" comentó Death

"Así es, nuestra señora nos contó una historia, la cual llamó el carbonero, ella dijo que usted lo entendería" comentó el jefe antes de resaltar el cuento

Vivía un carbonero en medio del bosque, en una cálida cabaña. Era un día muy frío, y tenía la chimenea encendida. De pronto, entró un lobo:

– Amigo carbonero, qué fuego tan fantástico tienes. ¿Me dejas que me caliente?

– Claro que sí, lobo. Pasa y caliéntate conmigo – le dijo el carbonero.

Y el lobo entró en la cabaña y enseguida entró en calor. Al poco rato, entró un zorro:

– ¡Qué fuego tan fantástico tienes, amigo carbonero! ¿Me dejarías calentarme? ¡Hace mucho frío!

– Claro, zorro – respondió el carbonero – pasa y caliéntate con nosotros.

Y el zorro enseguida entró en calor. Pero luego, entró una liebre:

– Brrr… ¡qué frío hace y qué buen fuego tienes, carbonero! – dijo la liebre – ¿Me dejarías calentarme en él?

– Claro, por supuesto, liebre. Pasa y caliéntate – dijo el carbonero.

Pasaron unos minutos, y el carbonero propuso:

– Bien, ya que os he dejado calentaros con mi fuego, podríamos celebrar una buena comida. ¿Qué tal si traéis algo como agradecimiento?

– Claro – dijo el lobo – Yo sé dónde encontrar un buen cordero. Iré a buscarlo.

– Y yo traeré el mejor capón – dijo el zorro.

– Yo – dijo la liebre – traeré la col más tierna.

El carbonero estaba entusiasmado y dijo:

– Fantástico, ¡a ver quién regresa primero!

La lección del carbonero fue astuta. La primera en llegar fue la liebre, que entraba muy orgullosa por la puerta con una enorme col. Pero cuando la liebre se acercó a la chimenea, el carbonero la empujó, y al notar que se quemaba, salió corriendo despavorida.

Luego llegó el lobo con un enorme cordero. El carbonero lo felicitó y le pidió que lo preparara mientras se calentaba junto al fuego. Pero cuando el lobo se acercó a la lumbre, el carbonero lo empujó, y el lobo salió aullando de allí.

Finalmente, llegó el zorro con un gran capón. El carbonero lo elogió y le ofreció calentarse mientras preparaba la comida. Pero, como era de esperar, el carbonero también empujó al zorro al fuego, y el pobre salió corriendo y chamuscado de allí.



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En el texto hay: traicion, angelesydemonios, autosuperacion

Editado: 11.08.2024

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