14 de mayo
La escapada fue mas fácil de lo que esperaba, y ya me hacía un tanto aburrida pero tenía ya un objetivo y no podía echar todo para atrás. El próximo tren que tome estaba mas vació de lo que esperaba, esto me permitió pasar de vagón en vagón buscando algún rostro por mera curiosidad. Ninguno, todo el tren estaba completamente vació y eso me dio pánico.
Comencé a buscar una salida, alguna puerta o ventana, en ese momento me percate que el tren no habían ventanas pero de una manera extraña la luz entraba y lo sentía normal. Me puse a temblar, todo mi cuerpo estaba paralizado por la idea de perderme y terminar muerta. No sabia si gritar o tomar mi teléfono y llamar a alguien, pero eso me delataría, no aceptaría la idea de volver a casa ya estando tan lejos. Pasamos por un túnel, lo menos que deseaba era estar completamente a oscuras en un lugar donde no sabia donde acabaría, pero allí estaba yo, completamente sola, agarrada con fuerza a mi asiento y pidiendo ayuda en silencio.
Se dice que cuando uno teme los sentidos se agudizan, escuchas mas fuerte las cosas mínimas y sientes todo como una advertencia al peligro. Unos pasos se escuchaban, la madera hacia un leve ruido mientras sentía como se acercaba a mi aquella respiración pausada, como si no tuviera prisa en cazar a su victima disfrutando cada parte de la agonía de aquella inofensiva criatura.
No podía quedarme así, me moví con cuidado tratando de no hacer ningún ruido ubicándome debajo de mi puesto, apretando con fuerza mi mochila sobre mi pecho e intentando tranquilizar mis nervios, de un momento a otro la luz volvió y logre ver sus pies, eran grandes, como las de un adulto a punto de pasar a la vejez por la forma de sus pasos, lo sentía debajo de mi, estaba debajo de mi, sentado en mi puesto.
No tenia mas que levantarme y aceptar mi cruel destino como el de mi hermano, por un momento sentí que mi plan se cumpliría, pero esto me dejaba sin aliento y sin escapatoria, salí gateando sin que el me notara, estaba espalda a mi, trate de escapar pero el se volteo, sus ojos eran azules, un azul profundo que inspiraba temor. "Te perdiste" su voz salio como un susurro que me estremeció. "Niña, niña, niña ya pronto llegaremos" Decía una y otra vez con la voz fuerte.
..
Me levante de golpe, estaba agitada y empapada en sudor, la joven me miro con miedo. Mire a mi alrededor buscando indicios de el señor mayor que me perseguía pero no había nadie parecido a el, solo personas intentando entrar a empujones a el tren.
—Niña, quiere algo de tomar? Ya pronto llegaremos. —la azafata me entrega unas galletas, un jugo y se retira con una sonrisa.
—Disculpa, ¿que hora es? —pregunte a mi derecha a un chico que jugaba en su teléfono.
—Son las cuatro y media de la mañana —su mirada cruzo con la mía e instantáneamente la evite.
—Gracias, ¿a donde ira el tren? ¿ ya pasamos el bosque ?
—Si, el bosque ya lo pasamos hace dos horas. vamos a la capital.
La capital, el lugar mas poblado y que trataba de evitar queriendo pasar por el bosque, en la capital se encontraba la sede principal de la policía, y la oficina de mi padre, bueno, del jefe de mi padre, pero mi padre iba de vez en cuando para traer los informes de las sucursales.
Rayos, este no era mi día de suerte. El joven que se sentaba a mi lado dejo el teléfono a un lado y miraba la ventana. Bueno, si no quiero desesperarme me pondré a hablar.
—Hola, solo quería preguntarte si eras de la capital.
—No, soy del sur. Estoy de visita, me han dicho que hay unas grandes esculturas y edificaciones, he venido a comprobar esto.
—Yo he venido desde pequeña y creo que te han engañado amigo, pero puedo invitarte un cafe y te muestro los alrededores.
—Seria de mucha ayuda, gracias.
Quería ayudarle pero a la vez me sentía como el pollo que va al matadero, si iba me atraparían. Pero podría ir con aquel joven, eso seria mucho mejor, mis padres no tienen ningún conocimiento de que tenga pareja, si voy con el chico sere una pareja mas en la ciudad.
Me quede mirando al chico por un rato, el sabia que lo observaba pero prefería no voltear, nos cruzábamos miradas. Al llegar a la estación sentí como mis manos temblaban, estaba tan nerviosa por el hecho de que mi padre estuviera en la capital reportando mi perdida, que me olvide del chico por un momento. El estaba dormido, lo levante y cuidadosamente le invite a salir.
El acepto sin chistar, tome su mano y le guié entre la gente mostrándole los parques que rodeaban la ciudad, su mano era cálida y me inspiraba seguridad. Duramos así hasta caer la noche, las luces acoplaban el ambiente y su sonrisa se veía mas brillante con el reflejo de las luces. Le comente de ir a una cafeteria y comprar cualquier comida, estaba esperando ese momento justo para poder despedirme, pero las cosas se adelantaron por recibir ciertas noticias. Mientras el se distraía en su teléfono yo compraba un periódico para saber las ultimas novedades, para mi sorpresa aparecía en el periódico como "chica perdida y padres desesperados. ¿un acto de secuestro?" Mi risa fue algo exagerada, nunca me había visto una excusa tan estúpida para ocultar que simplemente me escape. Pero algo me dejaba inquieta, si salí en el periódico es porque me están buscando y soy noticia de interés, no puedo dejar que me vean por allí. Por lo menos quiero dejarles la idea de que si me secuestraron.