Encontrar tu destino es difícil y más si no sabes como hayarlo. Mi nombre es Roja y vengo a contarles cómo acabé siendo la sobrina de la Bruja Malvada del Oeste:
Era una campesina que cuidaba de mi abuela y la visitaba todos los domingos, pero un día, pasó algo inesperado que realmente me cambió la vida para siempre: mi destino.
El cumpleaños de mi abuela es el 30 de junio y todos los años preparaba un festín con mi mamá e íbamos a la casa de ella sin embargo hubo un 30 donde todo cambió completamente ni mi madre ni yo nos habíamos dado cuenta de que el lobo ya había ganado esta batalla. Mi abuela Se comportaba de una manera muy extraña, así que decidí hacerle unas preguntas:
- ¡Abuelita, qué ojos más grandes tienes!
+Si, son para verte mejor hija mía.
-¡Abuelita, que orejas tan grandes tienes!
+Claro, son para oírte mejor.
-Pero abuelita, ¡que dientes más grandes tienes!
+¡¡Son para comerte mejor!!
En ese momento supe que no era mi abuela sino ¡el lobo feroz! El enemigo más grande y poderoso de mi madre de hace muchos años. Se decía, que el lobo robaba las almas de los ancianos del pueblo para poder seguir siendo joven y sabio. Sin embargo, mi mamá ha luchado contra él por siglos para que no se llevase la de mi abuela. Hasta que ese día, el lobo logró su objetivo y esta vez nadie lo logró ver, mi mamá tuvo una poderosa lucha contra el. Pasó una hora, así que decidí ver qué había pasado con mi madre y con el lobo. Pero lo que vi ese día, todavía tiene el poder de helarme la sangre y ponerme los pelos de punta. El cuerpo de mi madre se había convertido en nada, lo único que alcancé a ver fue su ropa destrozada. Grité y grité pero nadie me escuchaba, me rendí y solo vi a mi madre en pedazos. Un año después, mi destino cambió, el panadero del pueblo me dio trabajo para así mantenerme a mi misma, pero esa tarde cuando estaba descansando en mi jardín, vi un destello, una luz verde que se iluminó. Y fue así como conocí a mi amiga Alicia.