Andrés mira al hombre con compasión, tanto dolor hizo que se aleje de Dios y comportarse de manera egoísta con la gente de su pueblo.
Andrés: -Entiendo su dolor pero no comparto su rencor y tampoco que obligue a los demás a dejar sus creencias aunque sea en público...
Sr Roberto: -¿Y quien es usted para decirme todo eso? Su Dios, a quien usted agradece no me oyó cuando le pedí por la vida de mi hija arrodillado en la iglesia que ahora está abandonada.
Mi niña estuvo 2 días en terapia con lesión cerebral y... Murió, ¡Mi princesa murió!
El alcalde se sienta en una de las sillas, se cubre el rostro con las manos y llora.
Andrés: -Lo se... Tranquilo, es difícil pero nada de lo que hace recupera a su hija...
Sr Roberto: -¡Vayase de aquí! En este lugar yo mando... (Lo dice mientras quita sus manos del rostro y mira de manera desafiante al joven)
Andrés: -Usted es libre de creer o no, de seguir enfadado o reconciliarse con Dios, yo... No entiendo siempre la voluntad de Él pero la acepto, no soy quien para juzgar su voluntad y tampoco lo juzgo a usted...
La gente de su pueblo lo estima y admira porque ha ayudado a muchos, por eso fue electo alcalde y la gente lo sigue eligiendo...
Sr Roberto: -No hay otros candidatos, solo yo estoy capacitado... (Dice interrumpiendo)
Andrés: -Talvez... Pero ese no es el punto, la verdad es que usted no puede obligar a otros aprovechando su lugar en este pueblo a renunciar a sus creencias, eso no está bien.
Sr Roberto: -¿Por qué se preocupa tanto por algo que no debería importarle? Ni siquiera es de aquí...
Andrés: -Tiene razón, no soy de aquí.
Sr Roberto: -¿Entonces?
Andrés: Estoy aquí para ayudar, no para perjudicarlo, usted no es mala persona, la gente lo quiere y respeta pero desde hace un tiempo le temen y eso es malo... Pienselo, talvez ese temor se torne rebeldía y lo dejen sólo...
Sr Roberto: -No tienen a donde ir... Ya lo hubieran hecho antes.
Andrés: -Bien... Yo hice mi parte, usted es libre y su pueblo también, debería tratar a las personas de aquí así.. Ahora me voy, buscaré mi mochila y seguiré mi camino. Gracias por dejarme trabajar unos días aqui.
El joven está por salir del lugar cuando el señor Roberto dice: -¡Espere joven!
Andrés se detiene y se queda de pie frente al alcalde.
Sr Roberto: -Desde que mi hija murió nadie se atrevió a hablarme así... Aceptaron mi decreto y en un principio pensé que compartían mis sentimientos y dolor... Sí, tenía razón de que compartían lo que yo sentía porque mi gente quería mucho a mi niña, ella era buena, colaboradora, tenía amigas y amigos... Pero no creo que hayan dejado de creer en Dios por mí o por ella... Renunciaron a sus creencias en público por miedo y no se atrevieron a decirme: "Está mal lo que hace"...
Usted joven me habló con el corazón, me dijo una verdad sin conocerme y me hizo dar cuenta que en verdad todo este tiempo me comporté como un tirano.
No se si voy a volver a orar... Estoy dolido y si Dios existe lo debe saber, pero hoy voy a liberar a la gente de mi decreto, hoy la gente volverá a sus creencias si lo desean.
Andrés sonríe y sin dudarlo abraza al señor Roberto diciendo: -¡Gracias! Gracias por darme la oportunidad de ayudarlo y ayudar a su pueblo.
El hombre mira al joven con curiosidad y dice: - ¿Quien eres joven?
Andrés se separa del alcalde y dice: - Soy la ayuda que Dios envía, Él sabe de su enfado y dolor. Mi nombre es Andrés pero puede llamarme... "El viajero".
Editado: 25.02.2021