Después de haber llenado la planilla Andrés es acompañado por una secretaria hacia la zona de los huéspedes del lugar.
La mujer que lo acompaña posee cabellos rubios, ojos celestes y gafas. Viste una pollera negra, camisa blanca y un saco del color de la pollera, así como los zapatos, su nombre es Sandra y aparenta unos 30 años.
Sandra:-Que bueno que existen jóvenes que quieran ayudar a los ancianitos y a las ancianitas de aquí, a veces pasan meses para que algunos y algunas reciban visita de sus familiares...
Andrés: -Entiendo y de verdad es triste... Pero haré todo lo mejor que pueda para ayudar mientras me quede aquí.
En ese momento viene avanzando una anciana de cabellos muy blancos y ojos celestes, se nota su muy avanzada edad pero también se la ve muy bella, avanza con un bastón, Sandra se apresura a su encuentro y dice: -Señora Greta, ¿Que hace fuera de la habitación? Debería estar durmiendo la siesta...
La anciana no responde, solo mira a Andrés y con un brillo de emoción en sus ojos dice: -¡Regresaste Lucas!
Se acerca al joven y lo abraza, este le corresponde el abrazo.
Sandra: Señora, él no es su nieto, usted habla mucho de él aquí pero... Este joven es un voluntario.
La anciana se separa de Andrés y vuelve a mirarlo muy bien y con tristeza dice: -Creí que eras mi nieto, perdón...
Andrés: -No es nada, me encantaría tener una abuela como usted...
La anciana sonríe y luego dice: -Oí voces en el pasillo y de curiosa vine hasta aquí, pero ya regreso a mi habitación.
Y así se retira.
Sandra: -Pobre señora... Hace casi un año su familia la dejó, su nieto Lucas venia a verla pero después se mudó de ciudad y ya no lo hizo, envían las mensualidades pero eso es todo...
Editado: 25.02.2021