21 DE OCTUBRE 2038
EN ALGÚN LUGAR DE ELEMENTARNE
—Contrólate, ¿Por qué estás tan nervioso? —pregunta la mujer al centro de la sala, mientras el hombre de pie frente a ella, le arregla el colgante en su cuello con el símbolo de La Élite del Nuevo Amanecer, un sol dorado resplandeciente con un arco y flechas cruzados al centro.
—No estoy nervioso —miente el hombre y esta vez, la mujer es la que le arregla el colgante de él, además de acomodarle la corbata dorada de su traje.
—Entonces cambia esa cara y sonríe. Muestra un poco de seguridad —le ordena ella molesta y él le sonríe con el mayor de sus esfuerzos.
—Ya se está tardando, ¿No crees? —pregunta ella viendo a las demás personas en el cuarto. El hombre solo asiente.
El lugar es una elegante sala circular, predominante en colores rojos y dorados, iluminada por un enorme tragaluz en el techo el cual se asemeja a la forma de un sol. La sala está llena de Elementales, tanto jóvenes como adultos, todos portando el colgante de la Élite en sus cuellos. Son alrededor de unas 25 personas.
Las puertas se abren de súbito y un joven hombre se abre paso entre la multitud, en dirección hacia la mujer y el hombre del centro. Todos lo miran con respeto y hacen una ligera reverencia con la cabeza. El joven les sonríe ampliamente a todos mientras camina confiado.
La mujer se incorpora, tomando un largo suspiro, arreglándose su colgante y el cabello, aunque el hombre frente a ella ya lo había hecho antes.
—Que bueno que ya llegaste, mi Lord —dice la mujer sonriendo, mostrando su perfecta dentadura.
—Nos honras con tu presencia —dice el hombre sonriendo con amabilidad.
—Sí, sí, que lindos, gracias —dice el joven con tono sarcástico, sonriendo, dándoles palmaditas a ambos en los hombros. Los demás Elementales se posicionaron alrededor del joven y los dos adultos, creando un pequeño circulo. El joven se aclara la garganta en voz alta para llamar la atención de todos, aunque ya la tenía desde que entró al salón.
—Mis leales Solis Exortus, me complace anunciar que la tarea fue ejecutada con total éxito —él une sus manos con deleite y orgullo—. Tenemos lo que necesitamos para proseguir con el plan. ¡Traigan a la criatura! —dice de manera exagerada, sonriendo como si fuera un maestro de ceremonia.
Una mujer entra a la habitación y todos murmullan ante su llegada, posando sus ojos, no en ella, sino que en la cuerda que ella sujeta para contener a una criatura similar a un perro de pelaje negro y ojos amarillos. La mujer toma con fuerza la correa mientras deja que el perro siga avanzando hacia el joven.
Algunos espectadores se estremecen e inconscientemente dan un paso hacia atrás.
—Relájense, es solo un cachorro, no los va a morder —dice el joven rodando los ojos al ver la expresión de muchos—. Bien saben que necesita ser incentivado para morder. Hablando de eso… —el extiende su brazo y le muestra la palma de su mano al hombre y la mujer.
El hombre, al entender lo que el joven quiere, saca del bolsillo de su pantalón una bolsa de plástico con lo que parecen ser mechones de cabello enredados. El joven toma la bolsa y saca los mechones de pelo, poniéndose de rodillas junto a la criatura. Esta huele los mechones y por un breve momento sus ojos cambian de rojo a amarillo luego de que la esencia del cabello entra por sus fosas.
—Que buen chico —dice el joven acariciando las orejas de la criatura y esta mueve la cola con gracia.
—¿Eso fue todo? —se atreve a preguntar la mujer, acercándose un poco más al joven y la criatura. Él se pone de pie y le sonríe con desaprobación.
—Sí, querida, eso fue todo —sonríe él con falsedad.
—¿Y cómo sabes que te va a obedecer si dices que tan solo es un cachorro? —pregunta ella con nervios, pero sin abandonar su postura elegante y segura.
Él estrecha los ojos y niega con desdén. Él se voltea hacia los demás Elementales.
—¿Quiere alguien explicarle a la dama por qué es que me tomé la molestia de bajar al pútrido Mundo de las Sombras y realizar la minuciosa tarea de regresar con un Umbrahound bebé? —pregunta el joven fingiendo estar ofendido y la mujer se sonroja.
—Porque…porque los cachorros son más fáciles de manipular. Ellos obedecen más rápido que los adultos que tenemos aquí, además la esencia de su víctima se queda más tiempo impregnada en ellos responde una joven Elemental con un poco de inseguridad, jugueteando con la cadena del colgante entre sus dedos.
El joven amplía su sonrisa y se acerca a la chica—. Bien dicho mi joven Solis Exortus — él recorre el cabello de la chica con sus dedos y ella se sonroja de inmediato
—Camila, ¿No es así? —pregunta el joven, jugueteando con el colgante de ella.
—Así es, mi Lord —asiente ella con timidez.
—Camila es una de las Solis Exortus más jóvenes y de las piezas más claves en todo esto —él se coloca tras ella y reposa sus manos sobre los hombros de la chica—. Un gran ejemplo para seguir.
—Gracias, mi Lord —ella sonríe con orgullo y algunos otros Solis Exortus le dedican una sonrisa a la joven.
Editado: 14.01.2021