Si te gustó Elementum I espero que disfrutes aún más de Elementum II.
¡Para vosotras mía bellas florecillas!
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19 años después.
— Mamá, ¿has visto mis levis blancos? —Brigit entró en la cocina con unos short minúsculos que tenía por pijama y una blusa suelta de tonos primaverales.
— Seguro que están en el fondo de eso que llamas armario pero no lo parece —le dijo su madre mientras preparaba el desayuno para los chicos.
— ¡No están!, ¡aaaahhhh!, ¡voy a llegar tarde a mi primer día de Universidad! —gritó volviendo a salir de la cocina para encontrar aquellos malditos vaqueros, tenía la manía de pensar que le daban suerte, quería llevarlos en su primer día aunque removiera toda la ropa de su condenada habitación.
— Creo que venirnos a vivir a Italia no ha sido una buena idea —dijo Forgos agarrando la cintura de su mujer mientras ésta terminaba de darle la vuelta a las tortitas.
— ¿Por qué lo dices?
— Demasiados bribones sueltos en esa Universidad y una hija tan hermosa como su madre no es una buena combinación. —afirmó.
— ¡Forgos!, prométeme que la dejarás tranquila, bastante ha tenido ya con una educación estrictamente en casa como para que la prives de hacer amigos y ser normal en su edad adulta, lo habías prometido —la amenaza de Selena con la paleta de cocina le causó gracia.
— Si, si —alzó las manos en señal de paz— Pero no prometí no vigilarla —le dio un mordisco a una manzana que había cogido del frutero— Está bien, pero déjale su espacio, ella necesita sentirse normal aunque sea por una vez en su vida.
— Umm tortitas —la voz de Ventus entrando por la puerta hizo que se acabara la conversación.
— ¿Dónde está Junior? —preguntó Forgos mientras imitaba a su hermano y se sentaba a la mesa.
— Entrenando con Theras —afirmó— Tu hijo se lo toma bastante enserio, hermano. Está decidido a ser el mejor de los cua...tro —la última palabra alargó, llevaban diecinueve largos años sin tener noticias de su hermano Aqualius, habían llegado a pensar qué habría ocurrido lo peor pero el equilibrio del agua era normal y eso solo significaba que Aqualius seguía vivo, en alguna parte recóndita del Planeta pero vivo y no cesarían hasta localizarlo o que al fin decidiera volver con ellos.
(...)
Brigit estaba nerviosa, era su primer día de Universidad. Un País nuevo, un idioma nuevo y rostros nuevos, solo se había relacionado con su familia y sus tíos, bueno, Aqualius no, solo sabía de él por lo que sus otros tíos y mamá le habían contado.
Papá apenas le mencionaba no entendía porqué, mamá solía decir que era el que más lamentaba su pérdida y por eso no quería hablar sobre él, pero nadie sabía porqué se había marchado al poco de nacer ellos.
Había pasado una semana desde que había comenzado en la Universidad y siguiendo los pasos de su madre había optado por estudiar Derecho, sabía que su madre no tuvo la oportunidad de terminar la carrera al quedarse embarazada y quiso poder cumplir el sueño por ambas.
Sus compañeros iban a celebrar una fiesta en la playa y pese a las protestas de su padre, su madre consiguió convencerlo argumentando que sería algo bueno para socializar, empezaba a detestar la posesividad de su padre, ¿Por qué no era así con su hermano?, Junior hacía lo que le daba la gana sin que le prohibiera nada, en cambio ella no podía pisar un pie fuera de casa sin que lo supiera toda la familia para vigilarla, era un incordio, nunca se podía sentir libre.
Podía entender los riesgos que corría por lo especial de su familia, estaba al tanto de los morteses pese a que llevaban bastante tiempo tranquilos al respecto pero ella no era tonta, sabía luchar, con tres elementum como tutores como no hacerlo, aunque su fuerza era humana pese a ser hija de uno de ellos. Su único don era que no le afectaba el fuego y su piel no sufría quemaduras, al menos había heredado algo de su padre porque físicamente era una copia mejorada de su madre según decía papá, tan solo su cabello de color negro azabache era lo único paternal, el resto era de Selena, sus ojos, su tez, su cuerpo delgado, su estatura...
La playa estaba casi desierta, teniendo en cuenta el oleaje era normal, pese a que hacía buena temperatura el mar estaba un poco revuelto, no sabía si sería una buena idea meterse en el agua.
— Venga, vamos a darnos un baño —una de las chicas comenzó a quitarse la ropa y Brigit vio como el resto de compañeros la imitaban. Al parecer era normal bañarse con un oleaje semejante, incluso vio como más al fondo había unos cuantos surferos intentando pillar algunas olas.