Elena: De amigos a rivales

Capitulo 6

Amor, fans y ataques con servilletas

Estábamos en la parte trasera del estadio, los chicos estaban sentados, dando autógrafos a los fans que hacían una larga fila. El ambiente estaba lleno de emoción, excitación por la mayoría de las chicas que esperaban conocerlos y se volvían locas cuando les hablaban, primero como saludos y después felicitándolos por su presentación. Todos eran populares, pero había dos que se llevaban el trofeo a los más galanes: Julio y Alec.

Llevábamos ya dos horas.

A mi lado estaba Leslie, aguantando su rabia por las mujeres que les pedían autógrafos a sus chicos como ella les decía. Solo me causaba asco, fulminaba a cada una con la mirada.

Yo escribía por mientras, llevaba mi libreta negra donde apuntaba ideas para mis canciones.

––¿Tratas de sorprenderlos? ––me preguntó de repente, nunca me hablaba si podía evitarlo.

La miré de soslayo.

––No todas estamos desesperadas por atención de ellos––le contesté con una sonrisa sarcástica.

––¿Qué insinúas? ––me preguntó claramente ofendida, frunciendo el ceño como si estuviera a punto de lanzar rayos láser por los ojos.

––¿Insinuar? Nada, Leslie. Pero si la culpa te salpica sola, yo qué––respondí, alzando una ceja y volviendo a mi libreta.

––¡Mira, Elena! ––dijo, poniéndose de pie tan rápido que casi tira la silla––. Solo porque te la pasas escribiendo como alma en pena no significa que tengas derecho a andar lanzando indirectas.

––¿Indirectas? ––reí, cerrando mi libreta con dramatismo––. Te doy crédito, Leslie. Normalmente no captas ni una directa, y hoy, ¡zas!, encestaste.

Los chicos nos voltearon a ver por un segundo, curiosos, pero Alec les dijo algo y todos siguieron firmando como si no pasara nada. Muy suyos ellos, como siempre.

––Ay, por favor ––resopló Leslie––. Tú solo estás amargada porque ni Julio ni Alec te prestan atención.

––¿Y tú estás amargada porque no te puedes clonar para vigilarlos a los dos al mismo tiempo?

––¡¿Qué?! ––gritó ella, con un tono que hizo que un par de fans se giraran asustadas. –– ¡Retira eso!

––¿Y si no? ¿Me vas a lanzar con una de tus extensiones de marca registrada?

––¡Estúpida!

––¿Como tu amor por los chicos? ––le dije con una sonrisa inocente.

––¡Ugh! ¡Eres imposible! ––dijo, dando un pisotón que hizo vibrar su botella de agua.

––Y tú eres un episodio de telenovela de bajo presupuesto ––respondí mientras sacaba un bolígrafo nuevo de mi mochila. –– "Amor, celos y gritos en la fila de autógrafos". Capítulo 237.

––¡Ya verás cuando Julio se entere de cómo hablas de mí!

––Perfecto. Le puedo firmar una copia de la libreta. Título sugerido: Las aventuras de Leslie y sus delirios.

––¡Eres tan... tan...!

––Adorable, talentosa, y cero desesperada. Lo sé. Gracias, Leslie.

Ella bufó, se sentó de nuevo, cruzó los brazos y murmuró algo sobre “niñas sin clase”. Yo volví a mi libreta, sonriendo. Ya tenía el título para mi próxima canción: Autógrafos y drama.

Como siempre, Leslie me inspiraba. Pero ella no me enfadaba, solo me gustaba verla molesta y sonreía con malicia.

––¿Sabes qué no tiene clase, Leslie? Estar celosa de cada fan que se les acerca a los chicos. Pareces guardia de seguridad con complejo de novia tóxica.

––¡¿Celosa yo?! ––se levantó de golpe otra vez, esta vez empujando su silla hacia atrás como si estuviera en una escena de juicio. –– Tú eres la que no puede soportar que nadie te mire porque estás demasiado ocupada escribiendo tonterías.

––Mis “tonterías” tienen más sentido que tus intentos de hacerte pasar por la novia oficial de dos personas al mismo tiempo.

––¡Cuidado con lo que dices!

––¿Por qué? ¿Vas a atacarme con tu bronceador en aerosol?

––¡Esto es natural!

––Claro, natural de un frasco número “Playa Acapulco 5”.

––¡Eres una maldita!

––¡Y tú un capítulo en vivo de Chicas Desesperadas: ¡Gira Mundial!

––¡Te juro que si no estuviéramos en público...!

––¿Qué? ¿Me lanzarías tu gloss venenoso? ¡Hazlo! Total, combina con tu actitud.

––¡ESO ES TODO! ––gritó, y me lanzó una servilleta. Una servilleta. Seamos serias.

La agarré al vuelo, la doblé con elegancia y la usé como marcador en mi libreta.

––Gracias, necesitaba una.

––¡Chicas! ––la voz de Julio sonó como un trueno amable. Estaba de pie, con una ceja levantada y media sonrisa que intentaba esconder. –– ¿Qué está pasando aquí?

––¡Nada! ––dijimos las dos al unísono, con sonrisas falsas y los dientes apretados.

––Ajá. Entonces el público está viendo una telenovela gratuita solo porque sí, ¿verdad? ––bromeó, mirando al grupo de fans que nos observaba como si estuviéramos en una función especial.

––Ella empezó ––me acusó Leslie, señalándome con teatralidad.

––Yo solo respiré, eso es suficiente para que se active su modo drama ––le contesté, alzando las manos.

Julio suspiró, se acercó y nos puso una mano en el hombro a cada una.

––Respiren profundo. Ustedes dos son parte del mismo equipo, ¿recuerdan? Música, armonía, no MMA femenino.

––Ella me insultó ––dijo Leslie entre falsos sollozos, con cara de víctima digna de un premio.

––Ella me arrojó una servilleta ––respondí con una sonrisa tipo “juicio final”.

Julio se frotó la frente.

––Leslie, deja de actuar como si estuvieras en un concurso de Miss Universo versión celos. Elena, tú... por favor, no le pongas nombre de canción a cada pelea.

––¿Cómo sabías que lo hice?

––Te conozco ––dijo, guiñándome un ojo.

Leslie resopló.

––Esto no ha terminado ––me murmuró al oído mientras volvía a su asiento.

––Ya quiero ver el final de temporada ––le respondí en el mismo tono.

Julio volvió a su lugar, negando con la cabeza, pero sonriendo.

Y yo, bueno, abrí mi libreta y escribí el título definitivo:
Amor, fans y ataques con servilletas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.