Elena Otra Vez El Amor

Capítulo 30 - Sin Miedo A Nada.

Kevin contrajo la cara cuando pasé con cuidado un algodón por un rasguño en ella. 

 

- No tenías que haber intervenido así. - Le dije y me miró incrédulo. 

 

- Te estaba tratando como una basura y no iba a quedarme mirando. - Respondió. 

 

- Aún así. - Suspiré dejando el algodón en la barra y lo miré preocupada. - ¿Que hubiera hecho si fueras salido más lastimado?. - Acerqué mi mano a su mejilla y Kevin sonrió descarado. 

 

- Podrías haber sido mi enfermera. - Habló y agarró mi mano bajándola junto a la suya, girándola para ver el leve rasguño que las escaleras produjo en ella. - ¿Te duele?. 

 

- No tanto como perder a mi hija. - Respondí sin saber que pasaría ahora y solté mi mano de él para sacar mi teléfono del bolsillo de mi falda. Había escrito un mensaje a Abril avisándola de que la recogería por la mañana.

 

- Lo siento. - Kevin se disculpó y dejé de mirar el aparato para hacerlo con él. - Me fuí para que pudieras estar con ella y ahora... 

 

- ¿Cuando has regresado?. - Le pregunté entonces, dejando el teléfono en la barra para sacar de un botiquín una tirita. 

 

- El cumpleaños de Angela es pasado mañana. E regresado hoy y me iré el jueves por la mañana. - Asentí abriendo la tirita y la acerqué a su cara. - ¿Por qué estabas aquí con él?. - Miré sus ojos y sonreí. 

 

- No sabía que estabas aquí. Ian me dijo que habría una actuación especial y me invitó a venir. - Le puse el vendaje y lo alisé con un dedo. - ¿Ibas a cantar?. 

 

- Si, aunque después de verte no estaba seguro de que me saliera la voz. - Fue él quien sonrió entonces y lo hice también. 

 

- Estás muy guapo con el cabello corto. - Lo piropeé y su sonrisa se volvió risa, hasta que dejó de hacerlo para llevarse la mano al pecho. - ¿Estás bien?. - Me preocupé y asintió respirando aliviado. 

 

- Demasiadas emociones en un día. - Fue su respuesta bajando la mano de su pecho para acercarla a mi cara. 

 

- Kevin. - Lo llamé cuando se inclinó y sonrió. 

 

- Me muero por besarte. - Sus ojos se cerraron con intención de hacerlo y no pude más que poner mi mano en su pecho, sucumbiendo al suave tacto de sus labios. Nos besamos ajenos al bullicio que nos rodeaba y cuando aparté mi boca de la suya, lo hice únicamente por escuchar sonar mi teléfono móvil. Abril me había respondido y cogí el teléfono velozmente. 

 

- {Papá me a recogido hace un rato. ¿Habéis peleado?}. - Me preguntó y apreté el teléfono en mi mano. 

 

- ¿Va todo bien?. - Se interesó Kevin. 

 

- No, Adam a recogido a Abril de la casa de su amiga y nada habrá valido la pena si la vuelvo a perder. - Lo miré y le rogué levantándome. - Me ayudas a conseguir un taxi, tengo que ir a casa. 

 

 

Parada en la calle miraba mi teléfono móvil, había escrito a Abril avisándola de que iba para la casa. 

 

- Ya está. - Kevin me avisó y lo miré, había detenido un taxi para mi y bajé mi teléfono acercándome. - ¿Segura que no quieres que te acompañe?. - Le sonreí y negué. 

 

- Tu presencia solo hará que Adam manipule más fácilmente a Abril en mi contra. - Le expliqué y Kevin asintió. 

 

- Lo entiendo. - Me pasó los brazos por sobre los hombros, brindándome un cálido abrazo. - Me a alegrado verte, aunque no haya sido la mejor forma. - Confesó pegándome más a él y sonreí gratificada. 

 

- Tengo que irme. - Le dije cuando Kevin me dejó de abrazar y asintió.

 

- Estaré esperando para saber como te a ido, así que avísame si puedo hacer algo más por ti, ¿de acuerdo?. - Me pidió y se echó atrás para permitirme subir al taxi. Cosa que hice y lo miré antes de cerrar la puerta. 

 

- También me a gustado verte. - Confesé y Kevin sonrió antes de decirme adiós con la mano. 

 

 

- Tienes mucho descaro al venir aquí después de haberte quedado con tu amante en ese bar. - Me reprochó Adam con un vaso de alcohol en la mano, nada más entré en casa. 

 

- ¿Donde está Abril?. - Le pregunté sin entrar en sus provocaciones. 

 

- En su cuarto, ¿donde si no va a estar?. - Respondió y sonrió burlándose. - Has venido corriendo creyendo que la iba a subir a un avión y mandarla lejos de ti. - Se rió bebiendo luego con ansias y caminé hacia las escaleras, pero me ví obligada a parar cuando Adam lanzó el vaso a mis pies. 

 

- ¿Te has vuelto loco?. - Le pregunté mirando el vaso roto y luego a él que se acercó, quejándome cuando me agarró del brazo y me arrastró hacia la puerta de casa. 

 

- Loca es lo que estás tú si de verdad has creído que te voy a dejar acercarte a Abril. - Adam abrió la puerta y me empujó fuera con tal brusquedad que caí al suelo frenando el golpe con mis manos. - Vete o avisaré a la policía para que te saque de mi propiedad. - Disfrutó echándome y lo ví querer cerrar la puerta. 

 

- ¡Adam!. - Grité y me levanté para intentar evitarlo, chocando contra ella cuando fue demasiado tarde. - ¡No puedes hacerme esto!. Déjame ver a Abril, por favor. - Le reclamé golpeándola con mis manos y cayendo después al suelo sobre mis rodillas llorando desconsoládamente por largo rato, hasta que mi teléfono sonó en el bolsillo de mi falda y acudí a él, viendo que era un mensaje de Abril. 

 

- {Mamá. Vete, por favor}. - Di con el teléfono en el suelo, rota al pensar que la perdía de nuevo. 

 

- ¡Adam!. - Grité y me levanté para volver a golpear la puerta, pero esta no se abrió. 

 

 

Me desperté sobre el volante de mi coche en el aparcamiento de la empresa, al ser el cristal golpeado y miré viendo a Lola. Me eché atrás en el asiento y abrí la puerta para escucharla hablar. 



#28258 en Novela romántica
#4680 en Chick lit

En el texto hay: familia, romance, amor

Editado: 30.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.