Ataque

—Sebastián está muy extraño. Apenas lo vi cuando llegaron a casa y fue tan solo un minuto. Creo que estar cerca de mí le molesta. Ignoro si por estar acá ha dejado alguna novia. Quizás está así por malgastar sus vacaciones.

—Mejor dejas que yo le conteste, papá.

Ambos se sobresaltaron con la voz de Sebastián, había llegado a ellos sigilosamente. 

—Hijo, estaba a punto de llamarte. Quisiera revisar algunas cosas y necesito que te quedes con ella.

—Hecho, ya he terminado de organizar algunas cosas. Hablemos más tarde.

Ignacio se inclinó sobre su ahijada y tras darle un sonoro beso en la mejilla, se marchó del lugar. Sebastián esperó a estar a solas con ella, se hincó frente a Elisa y le sujetó las manos. En sus ojos Elisa vio dolor, culpa. Él acarició suavemente su mejilla antes de decirle algunas cosas 

—Pequeña, una vez me juré a mí mismo que te cuidaría y cuando más me necesitaste no estuve allí.

—No podías hacer nada.

—Las señales estaban allí.

Elisa tenía las manos heladas <<notó Sebastián>> le pasó las manos por los brazos y estaban a la misma temperatura. Dándose prisa se quitó su chaqueta y se la puso a Elisa. 

—Vamos a protegerte.

—Tengo miedo. Debería actuar de otra forma pero esto me supera.

—Doy gracias a Dios que tienes miedo, me preocuparía más si te guardaras todo para ti misma. Vayamos a casa de tus padres pues me han dicho que tienen listo un buen almuerzo.

—Bien.

Iban a llegar al auto cuando Elisa lo vio, un vehículo venía hacia ellos y sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre él. Sebastián ignoraba porque Elisa le había arrojado al suelo, segundos después escuchó el golpe. Al volverse se dio cuenta que ella estaba en el suelo, el auto que les había embestido se daba a la fuga. Se acercó a ella lleno de pánico, ni él ni su padre pensaron en que el tipo atacaría de forma tan directa, ninguno supo ver que iban a haber más que amenazas, el resultado estaba ante sus ojos.