Élla

Capítulo 2

—Oye  ¿este no es tu edificio?—Pregunta Rainol desanimado.

—Si— Asiente Susana con la cabeza.

—¿Pero cómo venir a tu casa me hará sentir mejor?— Le dice desconcertado—Ya te he venido a visitar antes y no veo la diferencia.

— ¿Quién te dijo que vamos a entrar a mi apartamento?—Dice entre risas —Hoy te llevaré más alto. Sígueme

Rainol comenzó a caminar tras Susana y juntos subieron los 12 pisos del edificio.Haciendo una pausa en el apartamento de Susana por unos minutos, donde ella le dijo que la esperara afuera.Al salir traía en la mano una java con algo adentro.

—¿Y eso?— Pregunta señalando la java

—Hoy estás preguntón— Sonríe— Digamos que te ayudará a aliviar las penas.

Cuando llegaron al último piso, Susana abrió una compuerta que daba al techo de la gigantesca construcción. Subieron y Susana se sentó en uno de los bordes del techo.

—No deberíamos estar aquí. Vámonos, ya me siento mejor—Dice Rainol inseguro.

—No seas cobarde, ven y siéntate al lado mío—Insistió —¿ Dónde está ese Rainol temerario que solía hacer parkour en techos agenos y que enfrentó a una fila de padres racistas que no querían que sus hijas se acostaran con él?—Pregunta con la intención de provocarlo.

— Ese Rainol murió hace años—Decía a la par que caminaba— Y no era una fila.— Se sienta junto a Susan y continúa—Más bien era UNA HORDA—Se comienza a reír.
 
Ambos ríen un buen rato y comienzan a recordar viejos tiempos.

—¿Por fin que traes ahí?—Insiste.

—Ok,ok. Era para más adelante pero si estás ansioso  pues...—Mete la mano en la java y saca lentamente dos vasos de cristal con una botella.—¡Tachan!-—Dice emocionada.

—Me trajiste aquí para beber eso.

—Elemental querido Rai.— Dice alzando la mano con que sostenía la botella.

—Pero tú sabes que yo no tengo aguanté con el alcohol.— Le recuerda.

— Esto no es cualquier bebida Rai; es Amarula.—Dice de forma gloriosa.

— ¿Y eso qué cosa es, veneno?— Pregunta en forma de broma

—Pues lastimosamente no tenemos algo tan efectivo para solucionar los problemas—Le responde siguiéndole el juego.

—Y...

—Antes de que preguntes otra cosa— Lo interrumpe—La Amarula es un árbol natural de África que sólo da frutos una vez al año.

—Pero si sólo da una vez al año ¿cómo saben cuándo recolectarlas o dónde están esos árboles?

—Si me dejaras terminar—Se queja media risueña y prosigue— Pues los recolectores siguen a los elefantes, ellos por instinto van hacia los árboles cuando las frutas ya están listas para comer.

—Por eso en la etiqueta de esta botella hay un elefante.

— Que inteligente me salió el nene— Bromea Susana.

Ante este comentario Rainol sólo se le queda viendo y arquea una ceja.

— Pues después de recolectarlas— Explica— la procesan y fermentan por años hasta conseguir esta crema, esta joya de la naturaleza.

—¿Y tú cómo sabes tanto?

—Pues me gusta saber que es lo que tomo y más si me lo regala una extraña que conocí en una reunión de la federación. Pero basta de cháchara y comencemos a beber.

—Como mujer no deberías beber tanto— Le advierte Rainol—Lo digo por tu bien.

—Si, si, si...lo que tú digas —Le responde mientras sirve y llena los vasos.—Toma un buche y comienza a hablar—  Le dice ofreciéndole un vaso.

—Gracias.

Ambos chocan los vasos con suavidad y antes de que Rainol pudiera beber se quedó mirando a Susana por lo que estaba haciendo y diciendo.

—Muy bien. Por la Gloria del Lado Oscuro... Arriba, abajo , al centro y pa' adentro.—Tras decir esto hasta que el vaso no quedó vacío no paró—Ahhh, esto sabe increíble. Pero tú que miras, acaba de tomártelo.

— Es que no esperé que dijeras lo que decíamos de adolescentes cada vez que tomábamos a escondidas.

— Pues ya vez, tendremos 36 pero nunca se es demaciado viejo para regresar a los buenos tiempos. Ahora bebe.

Obedeciendo la orden de su amiga, Rainol tomó un sorbo de aquella crema, vacilante pero constante.

—Muy bien mi amigo.—Lo felicita Susana.

—No sabe tan mal.—Le afirma Rainol.

—¿Verdad que sí?Ahora desembucha y dime . ¿Por qué te veías así cuando te ví?—Dice Susana mientras se sirve otro vaso.

---Pues hoy he hecho algo imperdonable.—Se lamenta —Discutí con Estéfany antes de que llegaras tú.

—No te preocupes, eso es normal. Aún está en la edad de discutir con todos por cualquier razón—Intenta animarlo.

Siguieron hablando y entre pausas tomaban un poco más y volvían a llenar los vasos.

—No es por eso, es que me molesté por una cosa que dijo sobre Sofía y por poco le pego—Cada palabra mostraba su arrepentimiento y negación ante este acto.

—Dime algo, tus padres nunca te pegaron de pequeño. Porque mira que mi mamá y mi papá me agarraban a cintazo limpio cuando hacía alguna burrada.Y hoy por hoy los adoro y soy una persona de bien. ¿A ti nunca te pasó?

—No me entiendes.

—Pues explícate que adivina yo no soy pipo.— Le pide Susana.

—¿Sabes que crecí en un ambiente un poco turbio en Oriente  verdad?

—Sí. Una vez me comentaste que eras pichón de Oriental y francamente tus padres eran unos malparidos.

—Pero lo que nunca te conté fue que antes yo tenía 3 hermanas mayores.

—Espera, ¿dijiste tres?—Dice extrañada— pero si yo solo conozco a dos.

— Es porque una se suicidó siendo yo aún un niño.

-—¡¿Qué!?— Se asombra.

—Nuestra hermana mayor era muy cariñosa con nosotros...— Sus ojos se opacaron por un segundo, su tono de voz bajó y en su rostro se veía que había llegado a él un recuerdo lejano—...pero nuestros padres eran demasiado estrictos con ella. La obligaban a hacer las tareas de la casa, si hacía algo mal le pegaban con un gajo de guayaba y cuando tuvo 19 años todas las tardes mi padre la hechaba fuera de la casa para que fuera al pueblo y buscará esposo para que la mantuviera.

—No sabía que...—Pensó para sus adentros Susana.



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En el texto hay: humor, amor paternal, igualdad

Editado: 31.05.2020

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