“Hola pasado, te presento a mi presente”
Sábado, 13 de octubre del 2018.
M I C H A E L
Siempre mostré interés en el pasado de Megan por varias razones. Además del factor que desde que la conocí ella sin esfuerzo obtuvo mi interés, es porque los rastros que dejó que conociera de su pasado siempre parecían incompletos. Entendí el porqué de eso cuando nos confesamos nuestros pasados. Su pasado es su talón de Aquiles por lo que me conformé con esa confesión.
Nos formalizamos con la idea de que sabíamos a qué nos enfrentábamos.
Megan después de recibir la llamada de su hermano se cerró a todo, menos al tema de las reglas. Sabía que nuestro noviazgo en medio del caos no tendría una primera semana “Normal.” Yo acepté ser su novio y apoyarla durante el caos.
Al final del día ella no se cerró a mí, habló conmigo y con el consejero escolar sobre todo lo que le aterraba de volver al Suroeste. Soltamos la tensión en mi habitación, dejando que las emociones fluyan. Le aseguré que no podría sacarme de este viaje, que la acompañaría incluso si no me lo pide.
Me enamoré de Megan, de Megan Sheppard. Su apellido es parte de ella.
Acompañarla al Suroeste, la ciudad de su pasado es algo de lo que no me arrepiento. Con todo y lo fatal de viaje, enfrentar esto con ella se siente necesario.
-Sí mamá, nos estamos quedando en un lugar seguro, sí. No te preocupes. Sí tenemos para comer-. Quedo sin aliento al ver el lugar donde nos quedaremos. - Te llamo más tarde, mamá.
No podíamos quedarnos en la casa de Megan y el hotel más cerca de esta ciudad queda a una hora y es donde se quedarán Skylar, Jhonny y el entrenador. Nosotros terminamos con la opción que ofreció el hermano de Megan. Lo que nos lleva a este apartamento con un aspecto de abandono, paredes sin pintura, ventanas con moho, un golpe y grietas en la pared acompañado de un suelo lleno de polvo. Con solo unas encimeras en la esquina del pasillo que dan la pista de que esa es la cocina, la sala está llena de muebles y colchones usados.
Gabir con su cuerpo de boxeador y lienzo de varios de tatuajes entra en el apartamento de infraestructura dudosa- ¿Qué piensan?
No es el lugar más lindo o seguro del mundo…pero pudo ser peor. ¿Verdad?
-Dormir en el auto ya no suena como una idea tan mala- opina Calvin mirando desde lejos.
Chad se encoje de hombros-. Nah, en el auto dormiría encima tuyo y por mucho que te valore hermanito, esa no es la manera ni en lo más mínimo de cómo quiero pasar la noche. Además, nos vendría bien una pijamada grupal.
-Gabir, esto es una horrible- señala honesta Megan a su lado.
-Es lo mejor que pude encontrar sin que él se diera cuenta, Perla.
-Podemos dormir aquí por dos noches Megan- intento tranquilizar la situación. Si no lo hago el labio inferior de mi novia desaparecerá.
Deja de morderse el labio y conecta miradas con Adrien quien ahora es el mensajero entre Megan y Debby.
-Esto es mejor que conducir una hora todos los días.
Debby suspira mirando el lugar, sin decir nada solo asiente y lo tomamos como un sí.
-Acomódense entonces.
Sacando nuestros bolsos del auto pienso en mi primera vez conociendo al padre de Megan. Recuerdo la mirada controladora que recibí cuando en la videollamada me amenazó para que no intentará nada con su hija. Esa mirada se mantuvo nadando por mi mente.
Yo nunca le caí bien. Tal vez porque soy de otra ciudad o no practico su deporte favorito. De cualquier manera, nunca fui un candidato elegible para él.
En un mundo donde Megan acepta y obedece las reglas de su familia, nosotros no existiríamos. Esa Megan sumisa no se hubiera enamorado de mí porque yo estaría prohibido. Y yo no creo que me hubiera enamorado de esa Megan.
Gabir palmea mi espalda en la entrada. El hermano de Megan tiene el mismo aire de intimidación que su padre. Siendo una cabeza más alto que yo, con su musculatura haciéndonos sombra y sus tatuajes que lo envuelven, definitivamente cuenta con el aspecto físico de un boxeador peligroso.
Agradezco que su aspecto no coincida con su personalidad. Su personalidad es parecida a la de Chad de una manera más madura con los toques de profundidad y sarcasmo que vienen con el paquete Sheppard.
-Solo queda un bolso cuñado, ayudaré al más divertido de su grupo a traerlo- anuncia con su sonrisa burlona. Chad y él terminan de subir los bolsos, de guardar bien el auto para evitar que lo roben entre bromas.
-No me dijiste que tu hermano sería como el Chad de tu ciudad- le comento a Megan quien está viendo en el folleto que pizza deberíamos pedir.
Ella se acomoda a mi lado para compartir la vista de la ventana mohosa.
-Es la única manera de no ser temido, bromea con las personas hasta que dejen de temerle y se conviertan en sus amigos- explica viendo como Chad y su hermano fingen pelear. - Lo admiro por eso-confiesa sin apartar la vista de la ventana. - Él encontró una solución al problema que a mí me consumió.
Ellos se dirigen hacia la entrada del edifico desapareciendo de nuestra vista.
Aprieto a Megan contra mi cuerpo depositando un beso en su frente. - Saliste de eso. Yo te admiro por eso- murmuro contra su frente.
Compartimos ese momento de cercanía. Es uno de esos momentos que quieres que duren toda tu existencia.
-Si la quieren pedir con carne tienes que pedir una diferente para Chad y para mí. La otra vez pedimos mitad y mitad, y casi trago un trozo de cadáver de animal- Calvin entra en la cocina-pasillo dando por terminado el momento.
“Los momentos que recordarás a mi edad van a ser esos que duraron poco, pero se sintieron que duraron todo un año, toda esa etapa de tu vida.”
Mi abuelo y su manera de ver la vida se quedarán conmigo hasta que mi memoria deje de funcionar. Lidiar con su partida, donde se fue a acompañar a su hija no fue fácil. Sin embargo, tener todas sus enseñanzas y debates con Abby casi memorizados es lo que ayudó.
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Editado: 22.12.2020