-Es hora de despertar, dormilona - canturrea Amelia.
-¿Cómo puedes estar despierta tan temprano? - bufé
-Son las 4 de la tarde, Em - me dice - Claro que tú estarías igual que yo, si no hubieras llegado tan tarde de la fiesta.
-Si te soy sincera, solo recuerdo la mitad de la fiesta - dije riendo.
-¿Te divertiste?
-Como no tienes idea.
-Yo también me habría divertido si hubiera pasado toda la noche con Daniel Grey.
-Me cayó bien - le confesé - me imaginaba otro tipo de persona.
-¿Qué tipo de persona?
-No lo sé, pero es… ¿raro?
-¿Raro?
-Sabe muchas cosas sobre mí - suspiré - Bueno, ¿Dónde están las chicas? - cambie el tema, se me hacia muy raro que Anne no estuviese por aquí - Eleanor y las gemelas están durmiendo todavía, Allen está en la cocina con tu abuela y Anneliese se fue directamente a su casa.
-¿Anneliese? ¿A su casa? - pregunté - es demasiado raro, se iba a quedar con Eleanor y conmigo mientras mi mamá esta de viaje - le dije.
-Quizá tuvo que ir por más cosas - aseguró - Sabes cómo es, mañana hay colegio y probablemente se dejó algo.
-Si, es probable que eso haya pasado.
-¿Cuánto tiempo se quedará tu abue?
-Solo está aquí en el día - le dije - dice que ya somos grandes para una niñera, supongo que no la veremos en toda la semana.
-¿Quieres más compañía? - me preguntó.
-Si, por favor - dije - Me haría muy feliz que te quedarás con nosotras.
-Pues vale, mañana después del colegio nos tendrás aquí, y no hay vuelta atrás.
-No quiero que haya vuelta atrás - la abrace.
Está semana de chicas será genial, lo sé.
-Voy a despertar a las demás - me dice levantándose de mi cama.
-Me arreglaré un poco - dije soltando un bostezo - Nos vemos abajo.
Amelia me lanzó un beso y salió de la habitación.
Anneliese me tenía preocupada, anoche no la ví casi por la fiesta y que se haya ido directamente a su casa, es extraño, algo tuvo que sucederle anoche. Tomé mi celular dispuesta a llamarla, cuando la pantalla se iluminó y Anneliese apareció en ella, contesté de inmediato.
-¿Se puede saber por qué desapareciste? - fue lo único que le dije al contestar.
-Necesito hablar contigo - su voz se escuchaba llorosa, tenía que haber sucedido algo grave para que Anne llorará.
-¿Que paso anoche? - le pregunté.
-Solo ven a mi casa - me dijo - y hazlo sola - continuo y colgó.
Piensa Emily, ¿cómo saldrás de la casa sin alertar a nadie? Esto sería muy difícil.
***
Por suerte no era la primera vez que me tocaba salir a escondidas de casa, claro que esta vez debía ser extremadamente cuidadosa, Anne vivía a unas 10 calles, pero no quería caminar, asi que debia salir por la ventana de mi habitación e ir al garaje a por mi bicicleta, tal vez no sea lo mejor, pero sacar el auto haría mucho ruido.
Cuando estuve lista cerré la puerta de mi habitación, agarre un pequeño bolso y guarde mi celular e identificación.
Me acerque a la ventana y saqué un pie, Dios por favor ayudame, cerre lo ojos cuando ví lo lejos que me encontraba del suelo, cambié de idea, mejor entraré de nuevo.
-¿Qué estás haciendo, Emily? - escuché una voz desde abajo, asustada porque me habían descubierto, solo pude darle una sonrisa inocente a Daniel.
-Es mi hobbie salir por la ventana de mi habitación - dije como si fuera la cosa más normal del mundo y todos lo hicieran.
-Venga ya, dime la verdad - dice acercándose.
-De acuerdo - suspiré - tengo que salir a resolver un asunto y nadie puede verme, pensé que sería buena idea salir por la ventana, pero está demasiado alto y - tomé aire por lo rápido que estaba hablando - tengo miedo de caerme - finalice.
-¿Tienes miedo? - me miró como si tuviera tres ojos - no está tan alto.
-No te pregunté si estaba alto - le dije - solo necesito bajar de aquí.
-Lánzate, yo te agarro.
-¿Qué dices?
-Yo te atraparé aquí abajo - repitió.
-Daniel, como esto sea una broma y me mate, vuelvo del infierno a fastidiar todas tus noches - lo amenace.
-Emily, no tenemos mucho tiempo - me dice - así que lánzate, confía en mí.
Cerré mis ojos e imaginé que me encontraba en una práctica.
Adiós mundo cruel, voy a morir.
Cuando sentí unos brazos debajo de mi cuerpo, suspiré de alivio y abracé a Daniel del cuello.
-Te tengo - susurro en mi oído.
Cuando levanté la mirada nuestros ojos conectaron y yo no podía dejar de mirarlo, ¿Qué hacían esos ojos azules tan especiales?