Ha sido una semana normal por así decirlo, obviando el hecho de que Gaby me amenazara con tomarse una parte más del dinero que le pago cada trimestre. No protesto porque sé que lo hará y además está dentro de una de las clausulas, en el contrato que firme con ellos cuando accedieron a ser mis abogados legales.
Me precipite demasiado rápido, al tomar la decisión de excluirla de lo que estaba haciendo, pero también tome en cuenta sus sentimientos y su posición como mujer lo que estaba haciendo no era algo bien visto desde la perspectiva de una mujer. También por eso me vi forcejado a constarme solo con Cristian, pero lo hecho, hecho esta. En este momento regreso a casa después del trabajo, ayer tuve mi primera cosecha de mi siembra. Gaby y Cristian estuvieron conmigo en el negocio con los comerciantes.
Realmente son muy buenos en lo que hacen, tuve una mejor venta de lo esperado. Solo note que ellos estaban algo raros y sé que el culpable soy yo, me parece que cree discordia entre ellos. Al terminar nuestro negocio fuimos a comer a un restaurante donde se mostraron igual de incomodos, trate de aligerar el ambiente, pero me mandaron a callar diciéndome que era el responsable de haber arruinado su amistad laboral.
Me hice el afecto por sus comentarios, a pesar de que no se me dio muy bien y por dentro ellos sabían exactamente lo que estaba pensando. ~” ¡Qué dramáticos!” ~fue lo que pensé. Comimos en silencio hasta que nos separamos. Volví a la hacienda y ellos a sus responsabilidades.
Eso resume lo que paso esta semana. Vuelvo algo cansado, del trabajo que estuve haciendo en otra siembra que arrienda conmigo, miro la hora y pronto serán las cinco. Ellas llegaran pronto a la hacienda, camino tranquilamente en eso escucho a mis perros ladrar no en forma amenazante esos ladridos son de diversión al asomarme veo a ellas dos jugando con ellos. Los veo muy animados a todos ellos, ni siquiera se dan cuenta de que estoy parado en la puerta observándolos.
–Ah hola –Salomé es la primera en verme y saludar.
–Hola –Lucrecia también me saluda.
Veo a mis perros con ellas, ni siquiera se han movido para darme la bienvenida como habitualmente suelen hacerlo. Están bien pegados a ellas dos, a penas las conocen pocos días y ya las quieren de toda una vida. Me molesta.
–Hola –respondo y avanzo mirando la hora y todavía falta para las cinco –díganme que no tomaron un taxi, para venir hasta aquí.
Ambas se miran –bueno… –dice Lucrecia y desvía la mirada.
–Esos gastos van por su cuenta –advierto inclinándome a saludar a mis perros –pueden tomar el bus para venir hasta aquí…
–Y caminar esta subida –se queja Salomé.
–Haces ejercicio y mantienes esa figura. ¿Dónde está el problema? –cuestiono.
–Venimos con carga –continua Salomé.
–Mucho mejor –digo poniéndome de pie.
Las veo algo molestas, parece que quieren mandarme a los demonios.
–Tranquilas. Él es así –escucho la voz de Gaby.
Me volteó a verla y ve bien con ese vestido blanco y cubierta con un abrigo de lana. No escuche su auto acercase.
–Gracias por el apoyo –digo sin animo.
–Buenas tardes… –saluda Salomé algo nerviosa y del mismo modo Lucrecia. Mis dos perros corren a recibirla le tienen mucho cariño a ella del mismo modo a Cristian.
–¿Quién… es usted? –cuestiona Salomé.
–Soy Gabriela Villanueva. Abogada de Omar –ellas me miraran confundidas pues creían que Cristian con quien firmaron el primer contrato era mi abogado –entiendo su confusión el otro abogado también trabaja para él al igual que yo.
Veo el asombro en su cara diciendo. ¡Guao!
–Mejor entremos. No quiero escuchar quejas por el frio –digo avanzando hacia la casa.
Gaby toma asiento en la sala mientras ellas se van a su cuarto a dejar sus cosas y regresan, yo por mi parte puse a hervir agua para preparar Té. Ellas permanecen en silencio y del mismo modo yo hay un silencio incomodo por así decirlo, miro como Gaby observa a las dos chicas que parecen nerviosas, por su atenta mirada sobre ella.
–Deberías mostrarle el nuevo contrato –comento interrumpiendo este ambiente.
–Si vayamos al punto –dice Gaby sacando un sobre de su bolso, colocándolo sobre la mesita. Me limito a observar desde la cocina –este es un nuevo contrato de lo que acordaron con mi otro compañero. Lo revisé y encontré ciertos puntos, con los cuales no estoy de acuerdo y en este encontraran puntos, que las beneficia a ustedes.
Cada palabra de ella fue bien clara, la verdad me gusta ese modo de Gaby sigue hablando mientras ellas dos lo leen detenidamente y pasan a la siguiente hoja. Miro que su ánimo cambia, una sonrisa y un brillo en sus ojos se iluminan, pasan a la siguiente y esa sonrisa al igual que el brillo desaparecen y son cambiadas por sorpresa y algo de miedo.
~Típico de ti Gaby ~digo mentalmente y continúo preparando el Té y lo llevo hacia ellas dejando la charola a un lado en la mesita.
–Como pueden ver este contrato, es beneficioso tanto para ustedes y su integridad al igual que mi cliente. Si están de acuerdo con los términos. Pueden firmar –deposita su bolígrafo sobre la mesa.
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Editado: 10.06.2023