Capítulo: 21
08 de noviembre de 2022.
Darius.
Un pequeño destello seguido de mucho ruido junto a un alboroto me indica que lo que tenía esperando dos o tres días ha llegado. Superior viene aun en su forma humana y por lo que veo viene muy molesto también; se dirige hacia el consejo (o como los llamo: lame culos) y no cambia nada en su actitud.
- ¿Qué demonios ha sucedido? –Exclama y de inmediato todos se ponen de rodillas, cosa que lo hace molestarse aún más de lo que estaba.
- Mi señor, temo que alguien desobedeció sus órdenes...
- Y lastimosamente esta vez no fui yo –Hablo ganándome un gran mirada de odio puro.
- ¿Cómo dejaste que esto pasara? ¿Cómo pudiste? –pregunta enojado y yo respiro profundamente controlándome- ¿por qué tuviste que hacerlo? Pudieron ocasionar algo peor, mas grande, pude nunca regresar a obscurial -continua gritando- si ya no me querías de vuelta pudiste decírmelo, igual si solo querías mi puesto, no tenías porque...
- Superior –lo corto y me ignora, los presentes se asombran por mi tono y los ignoro.
- No te creía capaz de una cosa así, Darius, ¿Apuñalarme por la espalda? ¿De verdad? –interroga y no lo tolero más.
- No caería tan bajo, yo te apuñalaría de frente si quiera obtener algo que tienes –respondo y por fin se digna a escucharme- el culpable está encerrado desde el mismo día de la tragedia, yo mismo me asegure de ello y espere el juicio hasta que tú vinieras a hacerte cargo.
- Dar...
- No –le corto antes de que pueda continuar- la mortal te está afectando más de lo que quieres admitir Damian y me vale un gorro que no sea tu nombre ahora, lo niegas, pero nos estas abandonando porque tu mortal, tu "puente"... esta inestable ¿Por cuánto más trataras de vendernos esa historia? Dices que no tienes sentimientos y te veo cayendo por ella.
- Sabes cuál es mi propósito allá –Dice y niego bufando- y no he estado preocupado por obscurial porque deje al mejor a cargo.
- No pensabas eso hace cinco minutos -ataco sin pensar.
- La elegida esta inestable por uno de los míos, ¿Cómo pretendías que llegara?
- Realmente no me importa, pero ¿atacarme? Fue lo peor que pudiste llegar haciendo.
- No me disculpare –aclara- llévame con el culpable.
- Como su majestad lo ordene –me burlo haciendo una ridícula reverencia.
Caminamos todo el recorrido en absoluto silencio hasta que muestro el área de calabozos y muestro al causante de todo. La mirada de Damian (o como sea su nombre ahora) cambia totalmente y se vuelve la vacía, fría y cruel a la que solía estar acostumbrado antes de todo esto.
- Mi señor –habla el enjaulado- un honor su presencia...
- Ahórrate la saliva en el suelo y habla. ¿por qué drogarla? ¿Por qué hacerla inestable? Pudiste causar su muerte haciéndome quedar allá como un simple mortal más, ¿está consciente de ello? –pregunta enojado.
- No fue con esa intención, mi señor –responde y Damian ríe sin humor- quería hacerla más fuerte para el futuro.
- ¿Drogándola? –bufa- estas cavando tu propia tumba. –anuncia.
- No, mi señor...
- Silencio, siguiente pregunta: ¿por qué dejarla obtener tanta información?
- Ella necesitaba saberlo, incluso sin mí lo habría conseguido de alguna u otra manera, mi señor.
- No, ella no habría conseguido nada, excepto lo que yo estaba dándole, lo que yo queria que supiera porque yo sabia que ella estaba ahí –explica- ella iba conocer lo que yo le dejara... y ahora lo sabe todo por tu culpa, Alejandro. –completa y el mencionado niega.
- No lo hice apropósito o con maldad, quería ayudarlo, tal vez avanzar de puesto, pero no quería dañarlo, mi señor.
- Pero al parecer solo hiciste eso –respondo yo.
- Exactamente –me apoya Damian- ella igual vería a Javier, pero él solo recordaría lo que yo le había puesto en su cabeza, pero no...
- Mi señor –trata de hablar y con una ventisca Damian lo tira hacia la pared haciendo que tosa sin control.
- Calla insolente –dice y me esfuerzo por no reír- Tu rompiste el bloqueo que yo había mandado a instalar sobre Javier y fue fácil ya que Adelius murió y él lo había puesto ¿no?
- Sí, mi señor. –murmura ahogado.
- Me desobedeciste Alejandro, incluso rompiste una orden en un mortal impuesta por mí, además de poner en riesgo a mi puente para regresar. Esto puede considerarse una amenaza contra mí y contra obscurial.
- Mi señor, le juro que no fue así, no fue mi intensión en ningún momento, obscurial es mi vida.
- No lo parece –interrumpo y me ve con enojo y odio puro. Me encojo de hombros.
- Es cierto, no lo parece. No debiste ir en tu reciente forma humana, Alejandro.
- Lo se mi señor y lo lamento mucho.
- ¿hubo alguna otra razón o motivo para hacerlo? –interroga Damian de nuevo.
- Que ella fuera más fuerte para su mejor futuro, mi señor, para que no estuviera tan ciego de conocimiento –se excusa de nuevo.
- Lo entiendo –dice y yo frunzo el ceño enojado.
- ¿de verdad? –habla de nuevo el acusado- Gracias mi señor, le juro que no...
- No he terminado –lo corta y sonrió porque sé que es lo que se viene- sin embrago no puedo dejarte en mi mundo, según tú, tus intenciones eran buenas –continua- mas no lo creo. Dejarte vivir, solo sería mostrarme débil y dejar que algún otro me desobedezca, debo dejar claro que no pueden hacerlo –culmina y el mencionado niega.
- No, no por favor, creí que ella debía saber más, que debía enterrarse...
- Creíste mucho –interrumpo y calla.
- Y no te correspondía –completa Damian y hace salir su poder con fuerza matando a Alejandro- desháganse de los restos y estén alertas a cualquier cosa, ya es de día allá y debo volver.
- ¿por la chica? –no puedo evitar preguntar.
- Sí, pero no por las razones que crees.
- ¿Y qué razones creo? -digo y se queda en silencio- Eso pense.
- No pienses cosas que no son, eres experto en eso.
- Seguro...
- Regresare pronto. -indica.
- Cuídate Damian.
- Lo haré, sigues a cargo y ven a verme si pasa algo grabe –completa y asiento viéndolo desaparecer.