La tienda de May’s era la mejor a la hora de comprar ropa de bebé linda, de buena calidad y económica; al menos para mí había sido mi mayor descubrimiento desde que me había mudado a la gran ciudad. Además era atendida por una señora muy amable y de sonrisa fácil. Sus betas plateadas en el cabello hacían resaltar su rostro que a pesar de la edad, seguía siendo una mujer bella. A veces su nieta la ayudaba en la tienda y generalmente terminaban discutiendo sobre moda hasta que dictaminaban un empaté. La verdad es que era muy divertido verlas realizar ese espectáculo.
Cuando salí de la tienda, mis manos cargaban tres bolsas de papel con ropa de bebé. Ya tenía el guardarropas lleno, pero no podía evitar seguir comprándole; mejor que sobre y no que falte. Mientras esperaba en el semáforo para cruzar la calle, escuche mi teléfono sonando en el interior del bolsillo de mi pantalón. Hice malabares para no soltar las bolsas y lograr contestar el celular.
-¿Hola? – No obtuve respuesta del otro lado, pero seguí insistiendo. - ¿Hola?
Estaba a punto de colgar el teléfono cuando una risa sínica fue lo único que escuché a modo de respuesta; entonces la llamada se cortó y en la boca me quedo un sabor amargo. Por alguna extraña razón, la risa femenina me resultaba un tanto familiar, pero no alcanzaba a sacar de dónde.
-Señora, ¿Está usted bien?
Me voltee aún con el celular en la mano y me encontré de cara con un hombre joven y preocupado. Sus ojos cafés me recorrieron en busca de algo, pero no sabía que y me puse en alerta, pero al parecer él se percató de mi abrupto cambio y sonrió amablemente.
-Tranquila, soy doctor. Me llamó la atención que se quedara paralizada sin cruzar la calle, entonces vi que está embarazada y creí que había roto la fuente y por eso no cruzaba.
-¡Oh! ¡No! Gracias y disculpe que lo haya preocupado de esa manera. Solo estaba esperando al cambio de luz y entonces recibí una llamada.
-Entiendo. Me alegra saber que está todo bien. Por cierto ¿Cuánto le falta para que nazca el bebé?
-Unas semanas apenas, ya estoy en más de 8 meses.
-¡En hora buena! Ahora es cuando debe tener más cuidado. ¿Vive cerca de aquí?
Estaba confundida y no sabía si debía responder a eso o no, después de todo, era un extraño para mí y podría ser un secuestrador o algo parecido.
-De hecho si.
-¿Necesitas que te lleve?
-Ah, que amable y considerado de tu parte, pero mi novio está aquí a la vuelta de la esquina esperando por mi.
-Entonces, podría acompañarte hasta su coche.
Observé nerviosa el semáforo y para mí desgracia este estaba en rojo nuevamente. Mi única oportunidad habría sido cruzar rápidamente, pero ahora sería imposible. Entonces, en la esquina detrás del supuesto doctor, Ian apareció caminando distraídamente y sentí como mi corazón se aceleraba al ver mi salvación y al mismo tiempo mi perdición.
-¡Ahí está!
Grité sin pensarlo mucho y señalé en su dirección. Por supuesto Ian reconoció mi voz instantáneamente y cambió su rumbo hacía nosotros.
-¿Hana? ¿Qué haces….
-¡Cariño! Habíamos acordado que me esperabas en el coche.
-¿Cariño?
-Eso, ya se que no te gustan las muestras de afecto en público. Verás, este amable caballero se ofreció a acompáñame a casa– Le indique con mis ojos urgentemente que me siguiera la corriente mientras el otro lo miraba a él. – Por supuesto le agradecí, pero le expliqué que tenía novio y que me estabas esperando en el auto.
Afortunadamente Ian aceptó seguirme la corriente instantáneamente.
-Por supuesto amor. Me preocupe porque demorabas y decidí venir a buscarte. En cuanto a ti -Dijo mirando al desconocido – te agradezco la preocupación, pero como verás mi novia está bien acompañada.
Acto seguido Ian se paró junto a mi y paso su brazo por mi cintura apretándome contra él. No quería que me soltará jamás.
-Por supuesto hombre, solo sentí preocupación, pero me alegro mucho de que este bien. Nos vemos luego.
-No veo porque.
Dijo Ian un tanto molesto y en el rostro del desconocido se distinguía el fastidio igual.
-¿Qué cosa?
-Me has dicho a mi novia “nos vemos luego” por eso dije, que no veo el porque.
-¡Oh! Es solo una expresión.
Y sin otra palabra él volteó y se alejo rápidamente de nosotros.
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Editado: 21.03.2024