Nos quedamos en silencio por un momento, asimilando la gravedad de nuestra situación y la profundidad de nuestros sentimientos.
—Entonces, ¿seguimos adelante con nuestro pacto? —pregunté finalmente.
Alejandro asintió, su mirada firme y segura.
—Sí. Mantendremos nuestro vínculo en secreto, pero no dejaremos que eso disminuya lo que sentimos. Encontraremos una manera de estar juntos sin poner en peligro todo lo que hemos construido.
Me levanté y me acerqué a él, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello. Él respondió abrazándome con fuerza, sus labios encontrando los míos en un beso que sellaba nuestro pacto. Me negaba a decirle que estaba embaraza, no era el momento, alguien podría estar escuchando en la puerta y ese era mi miedo mas grande.
—Juntos podemos con todo, Valeria —murmuró contra mis labios.
—Juntos —repetí, sintiendo una renovada determinación.
Nos separamos lentamente, sabiendo que teníamos un largo camino por delante, pero también confiando en que nuestro amor sería lo suficientemente fuerte para superar cualquier obstáculo.
La Oficina Oval, con todos sus secretos y decisiones cruciales, ahora era también el lugar donde nuestro amor clandestino encontraba su fortaleza. Y mientras salía de la oficina, lista para enfrentar el día, sabía que Alejandro y yo estábamos unidos en esta lucha, dispuestos a enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en nuestro camino.
El sonido de la máquina de café llenaba la oficina grande donde estaba, la puerta se abre y veo a mi amiga, mientras Laura y yo nos acomodábamos en una silla de lujo que estaba muy suave. Era una de esas mañanas tranquilas de un lunes que solíamos disfrutar juntas, lejos del estrés del trabajo y las complicaciones de la vida. Por alguna razón no había tanto trabajo este dia. Sin embargo, hoy, una inquietud latente me acompañaba, algo que Laura no tardó en notar.
—Adivino, tuvieron sexo otra vez, mira que tus días de desapariciones son excelentes, ya no respondes ni el celular —me dice.
—No estoy de humor —le respondo.
—Valeria, ¿estás bien? —preguntó, mirándome con esos ojos perspicaces que nunca dejaban pasar nada por alto—. Pareces distraída.
Tomé un sorbo de mi café, sintiendo el calor de la taza contra mis manos mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas.
—Laura, hay algo que necesito contarte —dije finalmente, mi voz más baja de lo habitual.
Ella dejó su taza en la mesa de café y se inclinó hacia adelante, mostrándome toda su atención.
—¿Qué pasa, Val? Sabes que puedes contarme lo que sea.
—No puedo creer, que mi oficina sea tan grande que quipa una mesa y dos sillas para comer —le digo.
—Eso, no es lo que me ibas a contar Valeria dime —me dice intrigada.
Respiré hondo, sintiendo que el peso de mi secreto se hacía más ligero al compartirlo con mi mejor amiga.
—He metido la pata, Laura. La última noche que estuve con Alejandro... no me cuidé, y ahora... estoy embarazada.
Laura me miró con los ojos muy abiertos, la sorpresa clara en su rostro. Por un momento, se quedó en silencio, procesando mis palabras.
—¿Embarazada? —repitió, su voz reflejando una mezcla de incredulidad y preocupación—. Valeria, ¿cómo pudo pasar esto? Siempre has sido tan cuidadosa.
Asentí, sintiendo la culpa arremolinarse dentro de mí.
—Lo sé, lo sé. Fue un momento de pasión, de descuido... No pensé en las consecuencias, y ahora estoy aquí, con una situación que no sé cómo manejar.
Laura suspiró y se pasó una mano por el cabello, claramente frustrada.
—¿Cómo te enteraste del embarazo? —Pregunto Laura.
—Me hice el test de embarazo, y tengo los síntomas —le dije con voz temblorosa.
—Valeria, esto es serio. Sabes lo complicado que es tu situación con Alejandro, con su posición y la presión de su familia. ¿Qué vas a hacer ahora?
Miré hacia abajo, jugueteando con el borde de mi taza.
—No lo sé, Laura. No le conté a Alejandro que estoy esperando bebé de él imagínate si y él se entera... va a matarme y se asustara igual que yo. Lo estoy pensando, no creas que no sé qué es responsabilidad de los dos. Pero por lo que me conto hay una mujer nueva el cual sus padres no demoraran mucho en que él se case con ella. Pero intentare decirle la verdad, y por favor, Laura no le digas a nadie, ni a mis padres y amigos, no confió en nadie solo en tu Laura. Solo que todo esto es tan... abrumador.
Laura se levantó y comenzó a caminar por la oficina, claramente intentando contener su enfado y preocupación.
—Valeria, deberías haber sido más cuidadosa. Sabes lo importante que es protegerte, especialmente en una situación tan complicada como la tuya. ¿Qué pasa si su familia se entera? ¿Qué pasa con tu carrera?, no diré nada, por que esto sera un escándalo, pero no tardara en crecerte la pancita, primero debes ir al medico de urgencia, necesitamos saber cuántas semanas tienes, Valeria estas segura que no te sentiste mal hace 15 días.
Sentí las lágrimas quemar en mis ojos, pero me obligué a mantener la compostura.
—Lo sé, Laura. Sé que debería haber sido más cuidadosa. Pero no puedo cambiar lo que ya pasó. Solo puedo enfrentar lo que viene y hacer lo mejor que pueda por este bebé y por mí, ¿Un doctor?, no lo sé, iré en cuanto Alejandro no me vea, vere que dia voy, pero no puedo ir al doctor este dia —Le digo.
—Valeria, estas segura que estas embarazada, ¿Cuántas veces te hiciste la prueba de embarazo? —Me pregunta.
—Solo una vez —le respondo.
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Editado: 14.06.2024