Emma, la caída de un ángel

Capítulo 38.5

Jared.

— ¿Jared?

Oí como la ventana del cuarto se cerraba lentamente tratando de hacer el mínimo ruido. Una voz dulce llegó a mis oídos, pero pensé que era un sueño.

La cama se hundió cuando la persona se sentó a la orilla de la cama.

Prácticamente era de madrugada, lo sabía porque apenas había dormido unos minutos.

— Oye, dormilón. — dijo ella con voz juguetona. — Ya volví. — me susurró al oído.

Abrí los ojos poco a poco para verla. Su largo cabello con su tono natural, sus ojos, su sonrisa, pero, oh, sus ojos.

— ¿Dormiste bien? — me preguntó.

La acerqué a mí y la abracé apresándola en mis brazos. Ella rió un poco y yo salí de mi ensoñación por cada segundo que aspiraba su perfume.

Después caí en la cuenta de que ella estaba sana y salva, de que estaba relajada y de que había vuelto. Eso significaba que el plan había funcionado.

Me paré rápido de la cama y la puse de rodillas conmigo. La sacudí un poco.

— Dime que el plan funciono y que no tendrás que desatar una terrible guerra. — rogué.

— Felicidades, nuevo mortal supremo. Tú. — acercó sus labios a los míos y susurró. — Gobernarás conmigo.



#21006 en Fantasía
#12672 en Thriller
#5179 en Suspenso

En el texto hay: angelescaidos, angeles y demonios, mortales

Editado: 04.04.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.