Tus enormes ojos me hipnotizaban, nunca me cansaría de verte abrirlos todas las mañanas.
Tu linda nariz acompañada de ese precioso lunar que amaba besar.
El delicado color carmesí que tus labios poseían.
Pero principalmente.
Tú.
Tus mimos, tus besos, tus abrazos, tus caricias y voz, aquella que me estremecía de sobremanera, me terminaron enloqueciendo cayendo finalmente en un abismo en donde sólo existías tu.
La lista continúa, pero ese será mi resumen por el momento.
—¿Quieres que te mime, te besé, o te abrace? O mejor... ¿te cante?
— Contigo, todo. — Sonreí tímida mientras observaba como se acercaba a mi.
—Será todo un placer cariño.
Aquella tarde junto a ti fue la mejor.
Otro momento que disfrute como si fuera el primero, a pesar de saber que existirían muchos más.
Espero alguien lea esto, es mi primer libro aquí, así que a darle.
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Editado: 01.08.2020