En Busca de Ti - Lunay #1

CAPÍTULO 11: Eres tan perfecta

Advertencia: 

Este capítulo no es apto para todas las edades, pero sé que no va a importar porque esto es Booknet, aun así, leer bajo su propia responsabilidad ♡.

NARRA MADISON

Suavemente me dejó sobre el colchón sin cortar nuestro beso, poco después tuvimos que separarnos por falta de aire. Ahí aproveché para quitarle la camisa y él volvió a atacar mis labios mientras yo me impulsaba para quedar sobre su regazo.

—Muévete —jadeo.

Comencé a moverme, rozando nuestras intimidades y pronto la habitación se llenó de jadeos por parte de los dos, Jefnier descendió por mi cuello y poco después por mi clavícula dejando besos, mordiendo y chupando. Soltó un gemido y me apretó hacia él y subió nuevamente a mi boca.

—No sabes cuantas ganas tengo de hacerte mía —gemí en respuesta.

—Hazlo —tomé su cara y mordí su labio inferior.

Por microsegundos sus ojos, oscuros llenos de deseo, se cruzaron con los míos enviando una corriente por todo mi cuerpo que me hizo arquear sobre él. 

Inmediatamente se giró dejándome bajo él sin aplastarme, siguió besándome mientras yo me dejaba llevar por el mundo de sensaciones que sus labios en mi boca y sus manos por todo mi cuerpo causaban.

Soltó el brasier del traje de baño y este calló en algún lugar del cuarto, volvió a descender dando besos por mis pechos y jugando con ellos, bajó por mi cintura hasta quitarme la parte de inferior del bikini, me miró fijamente y puedo jurar que  sus ojos se oscurecieron más, si es que eso era posible, se deshizo del pantalón, pero dejándome llevar por mis hormonas me lancé hacia él tomando su cuello, haciendo que callera de espalda, me posicione sobre él y comencé a hacer lo mismo que él hizo, comencé a besar, morder y chupar por su cuello y descendí hasta llegar a sus abdominales.

Él soltó un gruñido e incorporándose me tomo por el cuello para atacar mis labios nuevamente, volvió a quedar sobre mí, sus manos recorrieron mis piernas y se aferraron a mis muslos, su mano izquierda siguió su recorrido hasta unos de mis pechos y su mano libre se adentró en mi zona v, retuve la respiración cuando sentí una punzada de excitación, sus dedos sobaron y masajearon a su gusto mientras yo me derretía debajo de él.

Suavemente sus manos dejaron de hacer tan esplendida labor y se volvieron a aferrar a mis muslos, pero esta vez para halarme hacia él, abrió más mis piernas y antes de que su boca volviera a jugar con mis senos sentí dos de sus dedos dentro de mí, gemí ante la acción y esa fue la orden que lo llevó a mover sus dedos más rápido.

Me aferre a las sábanas ante el torbellino de excitación en el que se había convertido mi cuerpo, sentía como cada centímetro de él, ardía en deseo por el hombre frente a mí. Me obligué a abrir mis ojos y desde mi pecho derecho su mirada se cruzó con la mía, lo liberó y acercó su rostro al mío. 

Su respiración era igual o más de irregular que la mía, su aliento chocaba con mi boca y sin poder recuperar el control total de mi cuerpo lo tomé del cuello cuando sentí como un huracán comenzaba a crecer en mi vientre, sus movimientos se aceleraron y entonces tuve que romper el beso ahogando un grito cuando llegué al clímax.

Se alejó un poco de mí, contemplándome de una manera en la que nadie lo había hecho jamás.

—Eres tan perfecta  —susurró sobre mis labios antes de dejar un casto beso en ellos— y te deseo tanto.

Mi corazón dio un vuelco, de esos que están llenos de alegría y de mil emociones parecidas o mejores que ella y que no puedes describir, de alguna manera sentí su cumplido más allá de algo superficial.

Sin saber que responder por la maraña de emociones que inundaban mi cabeza, opte por tomarlo de sus cadenas y enredarme en él. Al instante me correspondió, y entre aquel beso, el resto de prendas que estorbaban fueron quedando en algún lugar del cuarto.

Su miembro rozó con mi entrada y sentí como los músculos de su espalda se tensaron, gruñó mientras se alejaba un poco de mí, dejando esa sensación de vacío, y tomó un condón de su pantalón, se posicionó nuevamente sobre mí y solo ahí pude notar como pequeñas gotas caían de su cabello, se quedó un rato rozando nuestras intimidades, haciéndome sufrir.

—Jefnier —dije entre un gemido, él soltó una pequeña risa y sin aviso previo entró en mí, poco a poco comenzó a moverse y yo enterré mis uñas en su espalda, el atacó mi cuello. En la habitación sólo sé escuchaban nuestros jadeos.

—Eres tan perfecta —dijo entre gemidos, pero no pude contestarle.

Siguió moviéndose más rápido hasta que juntos llegamos al clímax.

Él se recostó a mi lado mientras nuestras respiraciones se calmaban, me gire hacia él y tenía los ojos cerrados, su boca levemente abierta, sus labios estaban hinchados, sin poderme resistir me subí sobre él y le robe un corto beso.

—No me digas que ya estás cansado, la noche es joven aún —sonreí pícaramente y él me devolvió el gesto tomándome por la cintura y comenzó a besarme de nuevo.

.......

Me gire en la cama maldiciendo varias veces por un ruido a lo lejos me impedía seguir en la tierra de Morfeo. Como pude, abrí mis ojos y sentí un peso en mi cintura, mire hacia abajo y un brazo tatuado me rodeaba.

Sonreí recordando la noche anterior y me gire para quedar cara a cara, dormía plácidamente como si el infernal ruido, que puedo reconocer como un teléfono, no sonara. Que envidia.

Intentando distraerme del impulso de saltar de la cama y lanzar el teléfono de la sala, me concentré en su respiración, en sus ojos que estaban cerrados dándome una muy buena vista de sus hermosas pestañas.

Debería ser ilegal que él tenga mejores pestañas que yo.

Detalle cada parte su rostro sin encontrar nada que me disgustara, con cuidado lleve mi mano hacia él y con la yema de mis dedos perfile cada centímetro.



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En el texto hay: fanfic, cantantes, lunay

Editado: 03.05.2024

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