En deuda con el Diablo

Un aliado inesperado

—Evans: dime que has encontrado algo

—Mercier: lo único que se, es que ella si tomo el avión pero nunca llego al hotel allí

—Evans: (camina de un lado a otro)

—Mercier: (lo mira raro, nunca había visto a su señor actuar así por una humana, pero no dice nada)

 

Se escucha un trueno ensordecedor y Pop salta de su asiento

 

—Pop: ¿Qué mierda a sido eso?

—Mercier: (se acerca a la ventana) ¡tal parece que Kart decidió visitarnos!

 

¿Qué hacia Kart acá?

 

Hace miles de años que el guardián no venía ni me hablaba

 

Desde aquel día en el que el Ángel del Señor se fue del inframundo

 

De esto ya habían pasado 2000 años

 

—Evans: ¡No tengo tiempo para él!

—Kart: (se materializa en la habitación)

 

Me había olvidado de ese pequeño detalle que podían hacer los guardianes

 

—Evans: (maldice por lo bajo)

—Kart: Ángel caído

—Evans: ¡no tengo tiempo para ti!

—Kart: el Ángel del Señor me ha enviado

 

Eso provocó que todos se quedaran paralizados en su lugar sin decir nada

 

Por más que hubiera visto al Ángel del Señor siendo mancillado por los humanos hace años, no dejaba de ser la criatura más poderosa de la creación

 

Él no había sido creado por el creador, habia salido de la misma sustancia que Dios y por eso se lo consideraba Dios

 

No podía evitar recordar sus últimas palabras antes de irse del inframundo en aquel tiempo

 

“Debes cumplir tú tiempo y volver a donde mi padre”

 

¿Había llegado mi hora?

 

—Evans: ¿Qué quiere?

—Kart: dice que su hija amada está en peligro y me ha enviado para ayudarte ¡a contrarla!

 

Los tres nos quedamos mirando sin entender nada

 

—Mercier: (duda) ¿hablas de la niña que se perdió?

—Kart: (asiente y sigue mirando fijamente a Evans) ¡los guardianes estamos a tú servicio!

—Evans: (mira instintivamente al cielo ¿Qué es lo que estás planeando Ángel de Dios?) Hay un problema

—Kart: (lo mira)

—Evans: no puedo percibir su Alma, ¡Es pura! y yo soy el maestro de lo impuro

—Kart: (saca un collar con una llave dorada en la punta) él Ángel del Señor dijo que tú sabrías que hacer con ella (se la entrega)

 

Hace mucho no veía una llave del tiempo

 

Desde que había sido desterrado de los dominios del creador

 

La tomé en mis manos y la revisé

 

Era la llave que marcaba el tiempo mortal de Solange




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