—Mercier: ( lo queda mirando)
—Dixi: (vuelve a tomar su manzana) la quiero a ella
—Mercier: (entre cierra los ojos) sabes que es la protegida del Ángel del Señor es imposible que te la traiga
—Dixi: (se ríe) Eva igual y ya sabemos como terminó esa historia
—Mercier: (mira la manzana sin decir nada)
—Dixi: ¡tráela y yo no diré nada!
Cuando llegamos al enorme salón, sentí su presencia en todos lados, sentía que mis piernas no respondían y me quedé paralizado en medio del camino
No me moví hasta que sentí el leve empujón de la mano del Ángel del Señor en mi espalda y me senté en el sillón
El creador se materializó en frente de los ventanales, hace tantos millones de años que no lo veía, estaba con su vestidura Blanca impecable, su cinto dorado como el sol, no me miraba estaba mirando la ventana con las manos en la espalda
—Creador: ¡Evans!
Él y el Ángel del Señor eran los únicos celestiales que aún me seguían llamando por mi nombre de bautismo, el resto me llamaba el “Ángel caído”
—Evans: (traga saliva) creo... creo que el anti Cristo se a escapado
—Creador: ¿eso crees?
—Evans: (asiente y recuerda todo lo que Solange le dijo sabiendo que el creador podría leerle sus pensamientos)
—Creador: (mueca) me temo que eso es consecuencia de tu caída querido Evans
Lo miré confundido
¿Mi caída?
¿Que tenia que ver mi caída con el anti Cristo?
Creador: ¡ven aquí Evans!
Me acerqué y miré por la ventana
A los lejos se vislumbra el jardín del Edén
Hace mucho no lo veía
—Creador: ya a perdido su esplendor de viejos tiempos, no es el mismo
Cuando se refería a mi culpa era que el jardín del Edén se había marchitado
Respire hondo, por un momento creí que me echaba la culpa de liberar al anti Cristo
—Creador: ¡no tú! La consecuencia de tú acto lo liberó
—Evans: (lo mira)
—Ángel del Señor: ¡ven conmigo Evans!
Mire al Ángel del Señor y Mire por última vez al creador confundido
Él no se movió de su lugar
El Ángel del Señor me guió hasta los portones del jardín
No lo recordaba así
Sus portones eran brillantes y gloriosos
Ahora solo eran de hierro oxidado por el abandonó del tiempo
Mire al Ángel del Señor y volvi a mirar el jardín
Entre y note que las plantas estaban resecas
El Ángel del Señor camino junto a mi hasta llegar al árbol de la vida
Allí vi a la espada zisigiante y dos querubines que me miraron de forma hostil pero al ver al Ángel del Señor no hicieron nada
Mire confundido al Ángel del Señor
—Evans: la espada zisigiante no debería estar (duda y no termina la pregunta)
—Ángel del Señor: la espada zisigiante fue creada como símbolo del poder de Dios en los confines de la tierra, cuando tú selló se rompió ya Dios no domino el inframundo, tú te volviste parte de la oscuridad, como consecuencia todo lo que a Dios pertenecía volvió a los dominios celestiales
—Evans: (lo mira fijamente) pero eso significa que...
—Ángel del Señor: (lo mira y hace una mueca) el anti Cristo fue liberado desde ese momento, pero él sabía que no podía atacar aún porque su autoridad estaba dividida entre tú y él
—Evans: (mueca) y ahora ¿ qué a cambiado? Sigo siendo el Ángel caído
—Ángel del Señor: ¿no has notado tú debilidad Evans?
Eso me perturbó, significaba que el anti Cristo estaba consumiendo mi poder y por eso el dolor cada vez era más fuerte, incluso mi sangrado de hace unos días encontraba explicación con ello
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Editado: 05.09.2021