En el Más Allá

Capítulo C 2 Parte III

No decidí qué hacer, si ser o no, un cazador oficial, pero que ayudaría en caso que requieran personal y la misión no sea muy arriesgada, algo que al momento de decirlo, mi padre esbozó una sonrisa de tranquilidad.

Al poco tiempo escuchamos noticias sobre aquel que controlaba los Oni, había sido atrapado en, este llevaba sobre él varios símbolos en su cuerpo, los cuales eran llamados Arcanos, era un anciano, que fue ejecutado en el acto, a penas lo descubrieron entre los sobrevivientes, tal cual mis hermanos habían analizado durante la conversación.

Por lo que me importaba, estaba alcanzando el poder para defender a quienes amaba, a mi familia, perder a uno fue terrible, no quiero que pase lo mismo con alguien más, como Cho, los gemelos, padre, o….. Naoko, a quien le tengo un fuerte cariño, muy especial, tan especial que en ocasiones me preocupa demasiado, en especial aquellas noches cuando se cambia de cama y se acobija a mi lado, apretando lo máximo posible su cuerpo con el mío, en ocasiones provocando un gran calor que siento en mi cuerpo..

Así continuó avanzando el tiempo, mi entrenamiento se volvió más intenso,, siguiendo el ejemplo que me dijeron tanto mi Padre como Hermanos, entrenar más la fuerza de los pies y su resistencia, así fue como pude entender cómo ellos podían saltar sobre el techo de la casa o escalar el jóven árbol de cerezos, llegando hasta las ramas medianas,esto por parte de nuestro Padre.

Así fue como comencé a llevar sobre mis hombros a Naoko, quien a su vez, comenzó a seguirme en el entrenamiento, levantarme, sostenerme con los dedos, ha sido de o más complicado y doloroso que he hecho, pues estos se inflaman y luego cuesta mucho caminar, sostener mi con los dedos del pié,  peso colgando de una rama, incluso mis hermanos me encontraron  que me había sobrepasado, incluso comentarios de niño mono, viniendo de Haruki.

Continué fortaleciendo el abdomen, ha esto se le dio mucho énfasis en realizar, pues tenía la energía y habilidades, pero tenía que llevarlas al siguiente nivel, fortalecer mi cuerpo completo, de pies a cabezas, por dentro y por fuera.

Cuando cumplí ya mis trece años, había cumplido ya cinco misiones con los cazadores, más, quedando al límite de un cazador Aprendiz a un Avanzado, aunque esto mismo nunca lo he tomado en cuenta, pues no me interesa, aunque hasta ahora, nunca he tenido la necesidad de usar mi máximo potencial.

A los catorce, fuí de viaje a entrenar en las montañas, donde en dos días me encontraría con mi Padre, pues también estarian mis hermanos, realizando un entrenamiento especial, que se pretendía alcanzar la máxima capacidad del cuerpo de uno, me llevé en todo el trayecto a Naoko en mis hombros, mientras corría lo máximo posible, en ocasiones me detenía a descansar, pues la montaña estaba a seis kilómetros de donde nos dejó padre en el carruaje, luego venía la escala, la segunda vez que me detuve, fue ella quien me cargó a mí, avanzando a gran velocidad por los valles, ella a pesar de nunca haber estado en una misión, ha tenido un crecimiento muy alarmante, por mucho que le hayan ofrecido ir a las misiones, esto por parte del señor Fujimoto, ella nunca ha aceptado, pues su ideal es cuidar la casa y mantenerla, entrena por que le gusta y aprovecha de estar junto a mí, además que es su forma de apoyar,en su propia misión: la protección de la familia, además que su ideal era el de aprender a cocinar como Hayate lo hacía, aún le falta, pero va avanzando muy bien, pues tras su muerte, esto quedó bajo el auspicio de padre, quien no tiene una gran facilidad, solo para cortar las verduras, al tener un alto dominio de la espada, una cuchilla no es problema, pero prepararlas se la terrible, pero un plato de comida siempre es bien recibido.

Así llegamos a un monte muy grande llamado Fuji. Seguí las indicaciones dadas, encontrando una pequeña entrada, la cual era un camino que a su alrededor tenían árboles de cerezo, con un tono rosado en todo el ambiente.

  • Es hermoso - exclamó Naoko - me encanta este lugar, muy bello, no es cierto, amado Kenshin.

Se puso a saltar alrededor mientras subíamos en el sendero. Ver su bello rostro sonriente, mientras el rosado se reflejaba, era más bello que el ambiente donde se encontraban. Se acercó a mí y me dió un fuerte abrazo, esto hizo que mi corazón saltara con fuerzas.

  • Si, tienes razón - respondí sonrojado - es muy hermoso lo que veo.

El problema de estas palabras es que no lo dije por el bosque que se alzaba ante nosotros, sino al verla a ella.

Continuamos caminando, mientras lo hacíamos solo se escuchaba el sonido de nuestros alientos, los cuales se volvían más agitados.

  • Este lugar es extraño - comentó Naoko- es como, caminar en la oscuridad, no se que hay más adelante, se que hay árboles por que puedo verlos, pero si cerrara los ojos, no sabría que hacer exactamente.
  • Entiendo lo que estás hablando - respondí - no eres la única a quien le pasa, estoy desorientado por completo, por lo cual estoy avanzando con cuidado, lo mejor será que camines junto a mí, no desviarse o quedarse atrás bajo ningún motivo.
  • Si, eso haré - respondió sonriente.

Mientras avanzábamos, tenía que mirarla a cada instante, solo para verificar que estuviera junto a mí, pues luego sus pisadas no eran escuchadas siquiera.

Toda esta tensión acabo en el momento que chocamos nuestras manos, al mirarla, tuve un contacto directo a sus bellos y brillantes ojos de color caramelo, tomó mi mano y comenzó a acervcar su rostro hacia mí, otra vez ese fuerte palpitar en mi corazón comenzó a golpear mi pecho, de un momento a otro todo mi al rededor cambió, todo era negro, solo tenía a Naoko frente a mí, pestñee, frente tenía una joven de larga cabellera rubia, una tez muy pálida, uno pequeños labios rosados, unos gestos delicados que mostraban una tierna sonrisa, miré cuerpo, noté que tenía una extraña ropa de colores brillantes, a la chica la tenía en mis brazos, acariciaba mi rostro con la yema de sus dedos, una sombra que opacaba la oscuridad pasó sobre mí, levanté la vista, volaba sobre mí un ser que nunca creí ver algún día, solo retratados en las pinturas de artistas o logos familiares: un Dragón, solo que este era distinto, además de tener un tamaño colosal, masivo, era una montaña que volaba, con dos cuatro grandes extremidadres, poseía dos gigantes alas, que al momento de vatirlas, podria levantar un bosque entero si lo deseaba, crear huracanes si se lo proponia, pero al mirarlo sentía un gran cariño.



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En el texto hay: fantasia, drama, suspenso

Editado: 12.11.2024

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