Cuando llegué al más allá, sentí algo extraño en primera instancia, que algo me miraba, pero desde distintas partes, salté sobre el techo de la casa, pude notar que se acercaban varias entidades, del lado contrario, el norte, había una extraño ser que vestia de negro, con una capucha que se movia de extraña forma, como si fueran serpientes que la envolvian.
«Esto si que es mala suerte», pensé nervioso, « llegué cuando está extraña figura, está pasando, además me encuentro rodeado entre ambos caminos».
Di un paso al costado, corriendo en otra dirección, los entes que iban en grupo no cambiaron su recorrido, por lo tanto no iban por mi, en ese instante, por sobre las casas aparece la desconocida figura flotando, junto a esta tenía tres más, lo que parecían animales grandes y grotescos, dos en cuatro patas, la otra, estaba erguida, podía ver el reflejo de colmillos junto a las garras, el pelaje por completo rojo, además que cada uno tenía los ojos de distintos colores, el más grande eran rojos, el mediano amarillos y el que estaba de pie, eran azules.
Antes de irme sentí un susurró, al voltear, la figura se había acercado a mi.
En ese instante llegó el grupo que se aproximaba, eran los cazadores, al mando de Robert, quien se puso delante mío.
En ese instante recordé una cosa: ellos siempre me vigilan, lo cual me desagrada.
La criatura estaba siendo rodeada por los cazadores.
Uno de las sombras, la más grande, creció, alcanzando los cuatro metros, agarró a uno de los cazadores, lo aferró con los dientes y lo azotó en el suelo.
Una poderosa energía que era igual a una onda expansiva surgió de eso, era asfixiante, tenebrosa, la cual me hizo retroceder al instante, su presión era tanta que mis piernas se volvían de gelatina al instante.
No me lo pensé mucho más, ni deseaba ver que ocurriría, además mis compañeros deberían estar por llegar, por lo tanto no debía dejarlos solos en ningún momento, comencé a correr, sentí detrás mío una explosión, seguido de una gran masa negra, igual a una tormenta, que se expandió y desvaneció en el aire.
Me enfoqué en llegar a mi destino en ese instante.
No me demoré mucho en alcanzar el punto de reunión.
El tiempo de espera fue corto, pues comenzaron a llegar a los pocos minutos, alcancé a adelantarme por muy poco.
Todos llegaron, sudando, la tristeza estaba marcada en sus ojos, Valeria se acercó a mí, para darme un abrazo, del cual no se despegó, para cuando llegaron, todos se sentaron en el suelo, yo hice lo mismo, la joven a mi lado, tomada del brazo.
Respiré profundo.
Apoyó las manos en el suelo, su pelo rojizo cubría el rostro, del cual se escurría lágrimas, las cuales caían al piso, mientras gemía de tristeza.
Hubo un momento de silencio.
Todos le miraban impactados.
sus ojos me miraban con rabia.
Me enterneció sus palabras, a lo cual puse la mano en la cabeza.
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Editado: 12.11.2024