-Esa es la ultima señor Park- el encargado de la mudanza esta parado al lado del camión que llevara nuestras cosas.
-Muy bien, todos suban a la camioneta, nos vamos- estoy parada en la puerta de la casa mientras veo todo a mi alrededor, esta última semana la pasé como si no sucediera nada y a finalizar julio regresará.
-Hija ¿estas lista? - mi madre pasa su mano por mi cabello.
-Si mamá- me pasa el brazo por los hombros y caminamos juntas hasta la camioneta, ellos son cariñosos conmigo solo cuando hago lo que les gusta, si no hago algo diferente o cuestión algo se molestan y se vuelven cortantes conmigo.
Subo a los asientos traseros y acomodo mi almohada en el rincón, me quito los zapatos y subo los pies acomodándome para que arranquen y viajemos 5 horas o más hasta Seúl.
Mi padre será el nuevo gerente general de la nueva sucursal de los hoteles de mi abuelo en Seúl, asi que solo nos queda mudarnos; mi madre no trabaja, ella se dedica estrictamente a las cosas del hogar ya que el trabajo de mi padre nos permite darnos lujos, bueno, les permite darse lujos a ellos, ya que a mi no me gustan las casas llenas de lujos y carentes de calor familiar.
Cuando mi padre se coloca en marcha yo me propongo a dormir, sacó la cobija de mi morral y me tapó, y si el se para en algún momento para que comamos, que me llamen.
-Ha-yun, párate- me mueven - Hija despierta-
-5 minutos más, no quiero ir a clases-
-Hija bájate, vamos a comer- me paro rápido y miro a los lados, estamos en el estacionamiento de un restaurante.
-Voy, voy, ya me bajo- trato de desenrollarse de la cobija y peinó mi cabello que parece un desastre de color negro azabache, me coloco los zapatos y salgo de la camioneta, mi madre me esta esperando afuera.
-¿Y papá?- miró a los lados.
-Ya está adentro, fue por una mesa- asiento.
Entramos al restaurante y mi madre busca con la mirada a mi padre.
-Mamá, fondo a la derecha - ella asiente y camina hasta la mesa, pasamos al lado de una familia que está compartiendo de manera alegre mientras come.
-Que falta de modales- ella dice disgustada, en cambio a mi me parece todo lo contrario, siento que comen como una familia feliz y que disfrutan de su viaje, en la mesa me llama la atención que esta una chica pelirroja natural hablando de manera muy animada en otro idioma y los demás les responden en el mismo idioma, ¿que se sentirá compartir de esa manera?
Cuando llegamos a la mesa tomó asiento dando la espalda a esa familia, no quiero ver como comparten y me recuerden el que yo no puedo hacer lo mismo.
-¿Qué quieres pedir?- veo la carta y me dan ganas de comer todo.
-¿Puedo pedir pollo a la naranja, costillas y arroz? - que me diga que si por favor.
-Eso es mucha grasa para ti, o es pollo o es costilla-
-Entonces solo quiero arroz - cierro el menú y veo como toman mi pedido, mis padres empiezan a hablar entre ellos de temas que solo a ellos les interesa, y mientras no me nombres no opino.
Escucho a mis espaldas las risas de la de familia y me provoca pararme e ir sentarme con ellos y reírme un rato.
-Que pocos modales tienen, seguro están emocionados por comer en un lugar así- mi madre es tan cortante.
-No deberían permitirle la entrada a personas así- mi padre toma un poco de agua - Solo logran molestar los demás comensales-
Miro de manera discreta a mi alrededor y busco si alguna otra familia esta molesta o disgustada con la familia en cuestión, pero me doy cuenta de que todos hablan de la misma manera animada.
-Voy a colocar la queja- mi padre levanta la mano y llama a el mesero que nos atendió.
-Papá ¿por qué hacerlo? Parece que a los demás no les molesta--me muerdo la lengua al ver la expresión de enfado de mi padre, bajo la mirada - Lo lamento, no debí hablar-
-¿Les puedo ayudar en algo caballero? -
-Eso espero- mi padre tiene ese noto altanero que tanto odio - ¿Puede decirle a la familia de aquella mesa que se comporte? - el mesero ve en dirección a la mesa que mi padre le indico - Esto no es un parque, es un restaurante de alta categoría, deben de comportarse- me da vergüenza la actitud de mi padre.
-Ya habló con ellos- Hace una reverencia y cuando esta por retirarse mi padre lo detiene
-Si no cumplen con lo dicho, sáquenlos del restaurante-
-¡Papá!-
-¡Ha-yun cállate!- mi madre me está amenazando con la mirada y yo miro mi plato.
-Si caballero- El mesero se retira y no pasan ni 4 minutos cuando las risas paran, no quiero no voltear a ver, que vergüenza.
Escucho como las sillas se deslizan por el suelo y unos agradecimientos, no puedo creerlo, los corrieron del restaurante.
-Mucho mejor- mi madre sonríe feliz, me doy cuenta que las personas de nuestro alrededor murmuran mientras nos ven, creo que no están a gusto con lo que mi padre hizo, y es que lo que esa familia está haciendo no estaba mal, porque ellos solo compartían en familia.
Nuestro pedido llega y lo comemos de manera silenciosa, lo único que suenan son los palillos al momento de colocarlos en la mesa, nada más.
Cuando terminamos de comer papá pide la cuenta, paga y salimos como comimos, en silencio total, llegamos a la camioneta y mi padre acciona los seguros, entramos, y yo me acomodo en el asinto, tomó mi cobija y hago lo mismo de esta mañana, dormir.