En libertad [#e3]

Capitulo 7

Cargando mis zapatos en mi mano, con un tremendo dolor de cabeza y siendo totalmente acalorada por el ajustado vestido hice paso en el castillo, todos por una extraña razón susurraban cosas como "Uh, pobre James, la reina ya llegó" "El rey asesinara al pobre chico" "¡Que pena!" Lo cual me puse nerviosa y comencé a ir aún más apresurada.

Al llegar, tropiezo y entro a la habitación, mi boca se abre al completo al ver a James tirado en la alfombra de Amelie con muchas botellas de ron a su alrededor, mi vista viajó a los niños, Amelie y Kylie estaban en una cuna durmiendo abrazadas, los gemelos están dormidos en el sofá con los anteojos 3D de la televisión, que quedaron dormidos viendo una película parece ser. Y Leah dormida en el sofá cama

Alexander suelta un suspiro de total incrédulidad trajendome a la realidad

—¿¡Que haces borracho, idiota?!—Exclame horrorizada, Alexander rápidamente corre a ver a los niños quienes estaban dormidos. Manoteo la botella de ron de James y lo miró enfurecida

—T-Tee Am-mo —Emborrachado me intenta abrazar pero lo alejo. Miró a Alexander quien no se había dado cuenta las palabras de James, suspiro con alivio

—Ven borrachito, te llevaré a tomar aire fresco.—Él se pone de pie y se tambalea hacia a mí, pone una mano en su frente y agranda bien los ojos mirando el piso.—Alex, lo llevaré al patio.

—Ve, yo estaré aquí.

James pasa una mano por mí cuello y se sostiene de él mientras caminamos hacia la salida

—¿Alguna vez que te he dicho que eres una petisa? Diooooooos, eres muy chica.—James se ríe a carcajadas de su propio comentario. Pobre, no sabe lo que dice. Ya habíamos salido de la habitación ahora me encargaba de llevarlo a una torre para poder solucionar el problemita de su emborrachamiento. —No entiendo como un ser tan chiquitito puede hacer enamorar tanto a dos personas. Eres una maldita, me enamoraste y luego me rompiste el corazón. ¿Eso es por qué no soy rey? No tengo corona, pero tengo sentimientos...

—Dios, James, cállate.—Gruñí, los guardias estaban mirandonos de reojo con suma atención. No quería que para el otro día todos se enteren de lo sucedido con James.

Al llegar a la torre más cercana, lo dejo en una silla, él parece no tener fuerza como para sentarse solo, por lo cual lo ayudo. Cuando ya me podía alejar tranquilamente ya que el borrachito por fin de digna a sentarse, siento como agarra de mi mano y jala de ella acercandome

Tropiezo en sus pies y caigo encima de él, lo mire enfurecida por su acto pero mis ojos se agrandan a tope cuando siento sus labios sobre los míos, él me estaba brindando un cálido y enamorado beso.

¡Mierda! ¿Que esta haciendo? Me aleje bruscamente haciendo que me corte el labio, retrocedi hasta chocar contra una pared.

Salgo de la habitación con el corazón latiendo a mil para encontrarme con curiosos ojos de guardias.

—Llevenlo a su departamento—Acomodo mi corona tomando mi postura de vuelta—Nadie establezca una conversación con él en el transcurso. Es una orden.

Caminando de vuelta, escuchó como los guardias comienzan a movilizarse en sus lugares, pase las manos por mí rostro frotandola, ¡Había besado a James! O mejor dicho...James me había besado ami ¡Aigh!

Entro a la habitación y veo a Alexander, estaba intentando transportar a los gemelos a sus camas, recuerdo cuando "papá Edward" hacia eso, yo inocentemente creía que me teletransportaba.

Embobada miró a las pequeñas, estaban dormidas abrazadas como si fueran hermanas, se me había encogido el corazón al mirarlas, ojalá tengan una amistad igual a la mía y la de Leah.

Giro y veo en el sofá cama a mi amiga rubia, estaba acostada con unas grandes ojeras en sus rostro y sus pestañas tocar sus palidas mejillas. Ella está realmente cansada, criar a una niña de tres años en agotador, lo sé con seguridad. Pero está empeñada en que ella sola puede, todo por el estúpido libro de "Como ser una mejor mamá en tan solo meses" Ese idiota de escritor escribió que debe estar con ella las 24 horas.

Patético.

—Kath, te ves cansada, ve a descansar si eso quieres.—Alexander hablo al terminar de acostar a los gemelos. Negue con la cabeza comenzando a levantar los juguetes del suelo—Kath, amor, hay sirvientas para que hagan eso. Ve a descansar.

—Yo... Quiero...—Decirte algo—Nada, olvídalo. Yo prefiero dormir aquí hoy, con Leah. Ha estado cansada últimamente y no hemos tenido tiempo para hablar. Supongo que será una pijamada casual.

—Amor, si fue por lo de la cena...

—No. Tranquilo, solo será por hoy, mañana dormimos juntos.—Le guiño el ojo, él se ríe bajando la cabeza y asiente.

Solo necesito estar sola...

—Espera, ¿Tienes el labio roto?—Se acerca a mi y con su pulgar acaricia mi herida—Te han mordido.

—No, no. Solo me mordi yo recién por el nerviosismo.

Él no me creyó pero igual asintió con la cabeza y alejó su mano de mi rostro




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