—Alex...—Susurre apenas entre a la habitación, él estaba sentado inclinandose hacia adelante clavando los codos en su rodilla —Cariño, ya estoy aquí.
Él tenía la mirada perdida en el suelo, lucía desesperado e impotente, como estaba sentado en la cama me arrodille a su lado poniendo una mano en su rodilla permitiéndome verlo de frente.
—Cariño, lamento tanto la perdida. Alicia fue una de las mejores personas que conocí en mi vida. Y sin duda ella merece estar en el cielo.
Cuándo me enteré de la noticia, rápidamente tomé mi rol de líder y la envíe al cielo; siendo ángel. Dónde pertenece, Alicia era un persona muy buena, llena de carisma y cariño. Recuerdo que fue la primera en hacerse mi amiga, cuando Alexander perdía el control y me golpeaba; ella me defendía. Cuando me encadenaba; ella me liberaba. Era mi amiga, éramos amigas.
—Ella está viva ¿No? Todos dicen que ha muerto pero ella está viva. ¿No, amor?—Me mira a los ojos suplicante—¿No?
Se pone de pie y yo copio rápidamente su acción
Negué con la cabeza—Ha ido a un mejor lugar. Cariño, ella...Ya no está, está en el cielo. La he visto, tiene unas hermosas alas blancas y está muy feliz. —Susurré acariciando de su cabello
—¡Mentira! Alicia está viva, ella me prometió nunca abandonarme—Insistió empujándome lejos de él.
Volví a acercarme, pero se giró y me dió la espalda—Ella está en un mejor lugar, Alexander. Debes comprender.
—¡No!—Grita. Se gira y al mismo tiempo clava sus garras en mi mejilla haciendo un gran corte, grito de dolor mientras retrocedo, notó como sus ojos estaban amarillos; sus dedos se habían convertido en garras y se estaba apunto de transformar a un lobo.
Miré rápidamente por la ventana y logré ver la Luna llena. Eso significa que... El lobo de Alexander tiene el control.
Había hecho tres tajos en mi mejilla, desde mi ojeras hasta mi mandíbula. La sangre me recorrió por el rostro con libertad. Gemi con dolor y me volví a acercar.
Alexander al verme agranda bien los ojos y comienza a retroceder a medida que yo caminaba hacia él, como si tuviera miedo de hacerme daño.
—Es luna llena. Si no ejerces control sobre ti, tu lobo te dominará y causará un desastre.—Dije lentamente las palabras, intentando hacer que entre en razón—Puedes dañar a inocentes, puedes matar a niños, puedes hacer una locura. Sé que tú lobo interior no es una buena influencia.
Él comienza a retorcerse, cae de rodillas al suelo y veo como empieza a romper su vestuario y su cuerpo se agranda para así poder transformarse.
No le tenía miedo, no quería huir. Quería ayudarlo, detenerlo, consolarlo.
—Vete, te haré daño —Dice al mismo tiempo que escucho sus huesos crujir. —Por favor, no me perdonaría si te lastimo. ¡Vete!
—¡No te tengo miedo!—Grité—Si te transformaras, aquí estaré. Estaré aquí y no me iré nunca. ¿De acuerdo? Ya te abandoné una vez, me niego a volver a hacerlo.
Él se sigue retorciéndo, cierro mis ojos fuertemente mientras escucho todo su ser romperse. Cuando el ruido se detiene, abro los ojos y lo observó. Ya se ha había transformado, un lobo gigante negro estaba parado sintiendo sus patas flanquelear mientras me mira.
Al verme, gruñe altamente.
—Debes ser Brad, el lobo de Alex.—Temblorosa me quedo plasmada en mi lugar.—Hace años no tenemos un encuentro, siempre que dominas a Alexander me haces daño. Luego el pobre de mi marido anda suplicando mi perdón, suplicando que ya no te enfrenté... Pero no lo puedo evitar.
Él gruñe mientras comienza a hacer lentos y cautelosos pasos hacia a mí. Me quedo quieta y me sorprendo al saber que no había ni un rasgo de miedo en mi interior. Solo impotencia, e indignación.
Él se intenta lanzar contra mí, pero un lobo castaño se lanza contra él y ambos caen, Alexander rápidamente se levanta y enfrenta al otro lobo que había aparecido normalmente de la puerta. Retrocedo rápidamente mientras me sorprendo al ver como ellos se gruñían intentando domar al otro.
—¿Lucas?
Lucas siendo híbrido, Licántropo y Vampiro. Se había transformado y por primera vez en años, no conocía su lado Bestia, despiadada, e interesante.
Se había transformado para protegerme.
Lucas se lanza sobre él derribandolo, comienza a morderle las patas y luego todo su pelaje del pecho. Alexander le clava los colmillos en su cuello haciendo que se libre de su agarre y pueda ponerse de pie nuevamente.
Lucas comenzando a sangrar, se pone de pie y le da una sacudida a su cuerpo para luego gruñir y morderle la pata. Él aulló altamente del dolor.
Si Alexander pierde el control en Luna llena, Lucas también. Entonces, ambos pueden matarse sin sentir remordimiento. Ambos estaban iguales de jodidos.
Mis ojos se oscurecen rápidamente y siento a mi demonia tomar el control, camino hacia ambos. Agarro del pelaje a Alexander y lo tiró hacia atrás con toda mi fuerza, él vuela en el aire hasta chocar contra la pared y caer adolorido al suelo, elevó mi mano y armó un círculo de fuego dejandolo encerrado.