—Nos hemos reunido todos aquí para establecer un vínculo de alianza.—Alexander de pie pasa su brazo por detrás de mi cintura mientras sostiene con su otra mano una copa de vino blanco—Aquí se encuentran todos los Reyes de los seres mitológicos, los invoque junto a mi esposa a esta cena con un fin en común... Firmar un pacto de acuerdo para que el mundo cambie y la guerra se evite.
Sonreí sin mostrar mi dentadura mirando a todos en la sala, aquí había más de cincuenta personas; todos Reyes de distintos seres míticos. Alexander había convocado la junta cinco horas antes de que se haga, algo demasiado repentino por lo cual le pidió a Nick que haga portales en las viviendas de los reyes para llegar sin falta en solo minutos. A cambio de conseguirle una cita con un guardia, y si. Esos son los pagos de mi amigo.
—Como sabrán salimos tan solo hace semanas de un gran problema en el cielo, un manipulador ser que intentó hacer daño a los Reina.—Continua hablando, todos lo miraban con suma atención, al decir lo último pude ver a lo lejos en la mesa a Yheitor. Él estaba sentado bebiendo vino orgulloso por haber capturado a Ashic. —Esto pasa por no establecer un mejor vínculo. Somos seres mitológicos debemos unir fuerzas y guiar al mundo. Si no, todo esto se desmoronará en tan solo años...
—En mi coronación juramos proteger al mundo mitológico. Sin embargo sus razas son quienes nos traicionan. Queremos detener la guerra de una vez por todas así crear un mundo mejor para nuestros hijos. Cómo todos sabrán la princesa Amelie Mclaren Williams ya no vive en el castillo. Vive en el mundo humano, creciendo pensando que es una normal mortal. Hemos enviado lejos a nuestra hija por vuestra culpa—elevo las manos señalando a todos en si—Por la falta de lealtad que tienen las especies con vosotros
—No podemos obligar a todo un linaje a obedecernos—La reina de los elfos habló con incredulidad.
—Yo lo logré con el mundo.—Alexander le contestó—No entiendo por que ustedes no pueden con el linaje que legítimamente les debe obedecer.
—No todos tenemos un collar mitológico de décadas a.c —Lucas comentó sonriéndole divertidamente.
—¿Y yo qué?—Pregunté—Cuando llegué este castillo era una humana, una mortal. Nadie me obedecía por razones obvias así que empecé a analizar la situación, elaboré planes y con el tiempo fui temida. Luego me convertí en Gwahanol ganandome la lealtad por miedo. La raza no clasifica, clasifica nuestra intención. Quién no esté de acuerdo en esto debe ser removido de su liderazgo.
Nadie contestó.
—Lo que haremos será simple, en la mesa hay un contrato hecho por Katherine, quien cómo es angel al hacerlo hizo que sea un contrato celestial. Lo cual quien lo rompa ira directo al infierno, literalmente. No dice mucho, solo dice que tendremos a todas las razas aliadas y si notamos que hay un grupo con la intención de atacarnos, sus reyes lo someterán y si siguen rebeldes deberán morir.
Lucas fue el primero en firmar, firmó con absoluta confianza. Al cabo de los minutos todos ya habían firmado, mi sonrisa fue sincera y muy amplia al ver como todos los contratos estaban apilonados.
Miré a Alexander con emoción. Él se agacha un poco para tener mi estatura y susurra en mi oído "Lo hicimos" con un tono tan feliz que me encantaba. Mostré toda mi dentadura y le doy un veloz beso.
Vuelvo mi vida al frente y noto como todos nos observaban. Habíamos conseguido que todos los linajes se comprometieran trabajar en equipo para que ya no haya guerras. Literalmente, habíamos conseguido la paz mundial.
¡Lo conseguimos!
—Vuelvo en un minuto.—Alexander se separa de mi y camina en dirección a Lucas quién le comienza a señalar algunas cosas en el contrato.
Le doy un trago a mi copa y luego la dejo en la mesa. Noto que la Reina de las brujas me observaba con una sonrisa, tomo asiento frente a ella y alado de la Reina de los Elfos.
—Reina, he visto el futuro cuando firme el contrato.—Afirma la bruja mirandome con una sonrisa—Con esto ya no habrá guerras, es una predicción. Y nunca fallan.
Mis ojos brillaron ante la posibilidad de aquello.
—Yo al escucharla hablar con tanto anhelo de la princesa, me pregunté; ¿Dónde la enviaron?—La elfo pregunta curiosa.
«Pase lo que pase no confíes en la Reina de los Elfos, esos seres son demasiados egoístas, peligrosos y manipuladores. — Recordé las palabras de Alexander— y mucho menos confíes si es por nuestra hija.»
—Con el Rey intentamos que Amelie nazca creciendo pensando que es una más de un montón. Eso hará que sus poderes estén nulos hasta que tenga uso de razón. No podemos revelar la identidad nueva de la princesa, solo podemos decir que está a salvo.
Ella frunció el ceño—¿¡La enviaron sin protección!?
—No creo que una humana mortal necesite tanta—Le guiñe el ojo ya un poco molesta por su amarga pregunta. Como si fuera a ser una mala madre. ¡Ja!
Ella nota mi molestia por lo cual ya no pregunta más, me queda mirando mientras le da un sorbo a su vino. La Reina de las brujas intentó lidiar con la incomodidad.