¿Confías en mi?

 Una semana después del encuentro con Marion.

Robin dio un pasó fuera del roble. Un pasó a su muerte. Era la noche de Greenwood. Y mientras que aquellos que vivían cerca del bosque, permanecían resguardados,en silencio, con las puertas trabadas y muy dentro de sus hogares,él estaba afuera. Exponiéndose a ser asesinado, por las criaturas, los monstruos, más temidos de todo Nottingham. 

5 Horas atrás

No, ni  en broma irás-Le dijo Eliot a su mejor amigo apenas terminó de leer en voz alta el final de la carta.

El remitente de esta era "El extranjero",un hombre de identidad desconocida quien desde hace un año empezó a dejar en el roble cartas dirigidas a Robin Hood. 

En un principio, el muchacho y sus hermanos se asustaron al recibirlas, ya que no estaban acostumbrados a que alguien les mandará correspondencia.Pues  se suponía que su hogar era un secreto.

Sin embargo, pronto el susto se pasó, y es que el extranjero (que firmaba tras ese seudónimo al terminar cada carta) demostró en sus escritos ser un aliado y no un enemigo.

Aún así,Robin y Eliot eran precavidos, no se fiaban de extraños, por lo que recién la semana pasada,se atrevieron a responderle por primera vez. En su correo ambos hermanos le confesaron que no deseaban continuar robando de por vida, sino que soñaban con tomarse el reino algún día, para así repartir las riquezas desde adentro hacia afuera.Sin embargo, todavía les quedaba mucho trabajo que hacer y mucho camino que recorrer antes de lograr quitarle el trono a Eduardo.

El hombre prometió ayudarlos a adquirir el reino, e ideo un plan para que ambos hermanos cumplieran su cometido.

Primero, le entregaría a Robin unos papeles que lo certificarían como guardia de la corona real "Son falsos, pero se ven tan reales que será tal como si el mismísimo rey te hubiese escogido para ese cargo" le dijo en su carta. Y luego, cuando ya Robin estuviera ejerciendo como guardia, debía aprovechar su posición,para hacer, desde el interior del palacio y sin ser sospechoso, un mapa de las instalaciones. Y así siguiendo su mapa detallado del recinto, el muchacho conseguiría su objetivo e irrumpiría dentro del castillo con muchisíma más facilidad, y en un futuro no muy lejano.

"Pero hay una condición para recibir los papeles de tú cargo (decía la carta en el final) y es que: debes ir a buscarlos hoy, 15 de febrero, al bosque de Greenwood, durante la noche.

Te  espero en la orilla del lago." 

Hood, me estas escuchando?- Eliot, pálido por lo que acababa de leer, miraba fijamente a su hermano, esperando una respuesta, algo, pero este se mantenía quieto y sin decir una palabra. No tenía idea de que estaría pasando por la mente de Robin en ese momento y eso lo volvía loco, pero estaba seguro de que, lo que sea que su hermano estuviera pensando, tenía relación con plantearse  arriesgar su vida, sólo para conseguir un asqueroso papel. - Hood- le soltó de nuevo levantando aún más la voz, para llamar su atención- este hombre prácticamente esta pidiendo tu cabeza.Salir al bosque en la noche de Greenwood, es un suicidio, ¿Acaso eres consciente de las aberraciones que rondarán hoy por allí afuera ?,¿Lo sabes? ¿No?, pues yo tampoco porque nadie ha sobrevivido a ellas como para contarlo.

Robin, permanecía sentado cerca de la mesa con una de sus manos sobre el mentón, prestando el minímo interés a las advertencias de su hermano. Estaba al tanto de que todas las noches de los 15 de febrero el bosque no era el mismo, había escuchado las historias acerca de  los seres fenomenales que se tomaban Greenwood. Pero, aún conociendo los riesgos no le importaba adentrarse allí si es que así conseguía el certificado.Esos papeles eran la solución, la vía que le permitiría atacar el castillo, y  sacar mucho más rápido de la pobreza a su pueblo y a sus hermanos,hace años el se prometió cuidarlos.No les fallaría. iría por su cargo como guardia real, aunque le costase la vida.

Eliot le insistió en que se quedará por casi dos horas, trato en vano de convencerlo, pero sus argumentos caían al vacío.Y cuando comprendió que no podría hacer más para mantener a su hermano a salvo, simplemente lo abrazó, despidiéndose,deseando con todas sus fuerzas que no muriera allí afuera.

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Salió.Un pasó, dos. ¿El miedo? había que tragárselo, era tomar esta oportunidad o esperar quizá cuanto tiempo más para liberar a Nottingham de la decadencia.

El bosque se veía muy diferente,tan maravilloso que se sentía otro mundo.Todo ahí  se recubría por un musgo verde y viscoso, las hojas, los arboles, las flores. Provocando en el entorno una mezcla exótica entre la oscuridad común de la noche y el verde irregular que inundaba cada espacio. Greenwood, a pesar de ser un lugar normalmente agitado, en esa ocasión se encontraba en completo silencio,como si los animales hubiesen desaparecido por un tiempo. La tranquilidad era absoluta, y en kilómetros Robin sólo podía oír como repicaban sus pasos contra la viscosidad del pasto.Pero, sin lugar a dudas, lo más extraño eran las formas que tomaban los arboles del alrededor,tenían rostro y cuerpo de seres humanos.Así tal cuál. Pero de humanos inertes, ellos permanecían quietos, erguidos y con los ojos cerrados, como si estuvieran durmiendo.