Capitulo veintiuno

Los humanos son estúpidos, a pesar de ser crueles y egoístas tienen un alma ingenua que los hace confiar en alguien que los puede matar, son muy peculiares y tontos, un humano no será un monstruo hasta que no lo destruyan por completo, mientras tanto seguirá siendo un alma llena de remordimiento y amor.

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★Rose★

—¡Detente!—gritó, el corazón se me encogió sentí el frío golpear furiosamente mi rostro, no me había percatado que luego de correr llegué prácticamente al último piso del castillo.

Miro hacia todos lados notando que los árboles se ven pequeño desde la altura en la que me encuentro, el cielo parece estar cerca y el sol caliente amenaza con dejarme la piel quemada, dirijo mi mirada hacia el lobo Omega que había visto hablando con Itzá, retrocedo asustada con el golpe de las revelaciones que no pedí.

—Rose.—habló lentamente con el pánico en su rostro—No es lo que piensas, el Alpha cambio.

—Me trajo aquí para matarme.—dije con la voz entrecortada—¡Todos ustedes lo sabían!

Se quedó en silencio sus ojos lo decían todo, rompí a llorar entendiendo todo, por eso llegué a este palacio, por eso el me llevo personalmente al castillo, por eso quiso encerrarme en una celda, me odiaba y por eso quería matarme. odiaba la idea de que fuera su vínculo, esa es la razón por la que voy a morir  en una semana.

Desde que llegué a palacio eh presenciado muerte y dolor, me he envuelto en una caja donde el dolor y la incertidumbre es el pan de cada día, dónde caí al suelo llorando la muerte de mi prometido, pidiendo a los dioses por mi padre, sin saber porque moriría ¿Por qué? Ahora tengo la respuesta y el pecho me arde ante tal descubrimiento.

—Lo sabían..—susurré en medio del llanto, intento acercarse, levanté la mano temerosa—Voy a morir por ser el vínculo de un alpha.

—Rose, no pasará eso El Alpha..

—¡No es cierto!—grité tan fuerte que ya no me importó que me escucharan, mire hacia atrás hacia el muro que parece separar la vida de la muerte.—¡Todos ustedes me odian desean mi muerte! ¿Por qué el no lo desearía? Desde un principio ví el odio en sus ojos. El me utilizo ¿No? Jerome.

Retrocedo varios pasos caminando en dirección hacia el balcón. El intenta acercarse a mi sin embargo  inmediamente comienzo a correr hasta llegar al balcón.

La expresión de pánico se cierne sobre su rostro—Rose..¿Qué vas a hacer?

—Sabes bien lo que haré.—murmuré con voz trémula—No voy a morir devorada por el Alpha, no lo haré.

—No todos te odian, yo no lo hago, me has escuchado quiero que seas la emperatriz la mujer del alpha, por favor escuchame y no lo hagas.—sus paso están a varios metros de distancia, sus ojos azulados me observan con temor—Rose, su lobo está loco por ti, el no te lastimara.

—No te creo.—solté rápidamente limpiando mis lágrimas, al verlo dar un paso lo amenazó—Otro paso más y me lanzare al vacío.

No lo haría, pero tenía tanto miedo que estaba comenzando a sospesar la idea de hacerlo, tenía que mantener la cabeza fría pese al miedo que siento.

Permaneció en su lugar—Rose no lo hagas, el Alpha perderá la cabeza si haces algo como eso.

—Mientes, se regocijara por completo si desaparezco de su vida—dije sin convicción alguna, había algo que me hacía dudar de mis propias palabras y me dolía.

—No, no es así.—detecte el miedo en el Omega, cuando mire hacia el vacío donde no había nada más que piedras filosas esperando mi cuerpo para matarme—Rose...

—N—iba a hablar, pero al ver el Omega cambiar de posición a una firme y con la cabeza baja supe quién venía.

No deje de temblar y sollozar, me sostuve de la pared del balcón mirando fijamente hacia el pasillo donde una silueta mucho más grande se acercó hacia nosotros.

—Rose.—su voz grave me hizo cerrar los ojos y abrirlo con terror, con cada paso que el daba sentía el aire asfixiante a mi alrededor—Apartate de ahí.

—No lo haré.—fije  mi mirada hacia su iris verde, su rostro no tenía calma alguno, al contrario muestra el ceño fruncido—Prefiero morir ahora que morir siendo devorada por ti y por Jerome.

Mencionar a Jerome me quebró, lo quería demasiado semejante al amor, no se lo que pasa por la mente del Alpha pero continuo caminando hacia mi—¡No te acerques!

—Rose no te haré daño.

—¡Lo harás! ¡Lo sé todo, se porque fui traída aquí! ¡Ahora entiendo porque me miras con odio, porque me dices que me odias!

Cada palabra que decía es escupido con dolor, no entendía porque lloro tanto porque me duele tanto, una parte de mi lo sabe la otra lo niega, saber que soy su vínculo ha sido un golpe duro, pero que el me quiera matar por serlo fue el golpe final.

—Largo.—lo escuché gruñir, cerré los ojos temerosa.—Rose.

—No quiero escucharte. ¿Para esto vine a aquí? Para morir en tus manos.

—Callate.—gruñó, levanté la mirada volviendo a abrir los ojos—Ya no es así.

—¿No lo es?—pregunte con voz apagada—¿Planeas engañarme nuevamente?

—No. Silencio.—ordernó con voz impostada—Es cierto que te traje aquí para que mueras.

Tragué el nudo en mi garganta, el continuo—Odio a los humanos y tú no eres la excepción, eres mi vínculo y no queria a una persona débil como mi pareja.

—Deberias haberme dejado con mis padres—hable sin apartar la vista de su expresión molesta—Con Maison.

Me gruñó.

—¿Porque no me dejas ir? Si tanto me odias, o..tienes que matarme el viernes, para desligarte de mi ¿No?—solloce limpiando mis lágrimas, sorbo mi nariz—Jerome se comerá mi corazón y los dos tendrán estabilidad mientras que yo no existi..

Su mano agarro mi cintura jadee aterrorizada al tenerlo tan cerca, sus ojos conectaron con los míos, sus labios besaron furiosamente los míos tomándome por sorpresa, el dolor se disparó dentro de mi así como un sentimiento semejante al alivio instantáneo, quise separarme de él empujarlo pero el no lo permite, lo mordí esperando que se separe el en cambio me gruñó.