Capitulo treinta y uno.

El miedo nos hace actuar de distintas formas, revelando nuestro verdadero ser, el miedo es el peor enemigo que un humano u otra especie puede poseer, el miedo muestra el lado más oscuro de las personas donde puede predominar el egoísmo por encima de todas las cosas.

•••••••••★•••••••••★••••••••★•••••••••★•••••••••★•••••••★

★ROSE★

Puedo percibir el siniestro ambiente que se cierne a nuestro alrededor, los gruñidos de dos bestias buscando dominar al otro, ciñe el terror sobre muchos, los pocos lobos que se encuentra en la habitación con nosotras no desean intervenir en la pelea de Callum contra Madeleine. María se encuentra detrás del enorme cuerpo del lobo que está dispuesto a protegerla con sus colmillos afilados, Kyle aquel lobo del cual conocí su nombre se muestra furioso mostrando un deseo de proteger a María, cada que la loba desea dar un paso adelante el gruñe con potencia.

Esto es asfixiante no puedo ver muy bien a María pero se que ella se encuentra asustada tanto como las demás que no tardaron en salir corriendo del comedor rumbo al Harem, le tienen miedo a Madeleine y que decir de mi. 

La loba cenizo tiene un tamaño enorme pero no tanto como el del beta y menos el tamaño colosal de Jerome, sin embargo eso no impide que muestro sus caninos y sus fauces que prometen devorarte lentamente, la saliva de la loba cae al suelo, Kyle se encuentra en posición de ataque y pronto es la loba quien vuelve a atacar a Kyle, este gruñe y se lanza contra ella donde ahora se escuchan rugidos grotescos y el olor a sangre es palpable.

Siento que no puedo respirar ni moverme sin embargo al ver la peligrosa pelea que se desata me obligó a salir de aquel miedo para buscar a María, pronto la localizó arrodillada en el suelo mirando con incredulidad a Kyle, me acerco a ella sin despegar la vista de la pelea en la que Kyle parece tener la ventaja.

—María levántate—susurro tomándola del brazo para sacarla de la zona peligrosa, platos rotos caen al suelo haciendo sonidos estruendosos.

—Es un lobo ahora—balbucea sin salir del shock en el que está, la jalo conmigo mirando asustada a la loba ceniza, que al notarnos se lanza en sus cuatros patas dispuesta a clavarnos los dientes.

Kyle se lo impide mordiendo parte de su costilla que la hace aullar del dolor, nos alejamos hasta una esquina  María no aparta la mirada de Kyle y al querer irme me jalo del brazo haciéndome saber que se encuentra en desacuerdo con la situación.

—El me protegió—dijo—Rose...el me protegió.

—Eres su vínculo—le contesto temerosa—Lo iba a hacer María, eres importante para el.

—Está sangrando—expresa con espanto.—Hay que ayudarlo.

—¡María no!—gritó cuando ella se levanta dispuesta a ir hacia Kyle eso distrae al lobo castaño provocando que Madeleine se lanze contra el mordiendo la base cerca de su cuello.

El grito de María me asusta tanto como a mí, Kyle ruge del dolor cayendo al suelo, su pelaje bañado en sangre no esta tan lastimado como Madeleine pero si se encuentra cansado, pues no parece poder levantarse.

María corre a su encuentro y yo detrás de ella asustada en ese momento la loba se acerca a nosotras comienzo a temblar varios hombres lobos intervienen transformandose para protegernos.

María acaricia el pelaje de Kyle quien no tarda en levantarse, miro a María sorprendida al notar como sus ojos se empañan con lágrimas.

Algo que odio es verla llorar, siempre lo he dicho es mi amiga y no soporto verla llorando.

Los lobos no pueden contener a Madeleine ella es más grande que ellos, Kyle lame a María se levanta en cuatro patas y vuelve a rugir hacia ella imponiéndose como beta, Madeleine también ruge negandose a dejarse dominar, veo la intención de ella al mirar fijamente a María el odio que desprende su loba.

Los lobos heridos se lanzan contra ella pero solo sufren en vanos puedo escuchar sus huesos rompiendose, caigo al suelo soltando sollozos, no soporto esto, María grita hacia Kyle bañada en pánico los lobos intentan defender a Kyle pero no pueden, quien puede detener a Madeleine es su propio hermano.

—¡Callum!—vocifera en llanto María levanto la mirada en el momento justo que Kyle vuelve a gruñirle a Madeleine y se lanza mordiendo su cuello sufriendo el en proceso.

Me cubro los oídos, miro con lágrimas hacía la loba ceniza en un grito desgarrador—¡YA BASTA! 

La miro temblando sin apartar la vista de la loba su mirada hostil que me provoca miedo, recuerdo cada que escucho mi nombre salir de sus labios el odio que me tiene, puede hacer lo que quiera conmigo pero no hacer llorar a María no a ella.

Madeleine me escruta con la mirada gruñendo con dolor, la observo desconcertada, Kyle se aparta de ella mientras que ella no para de chillar revolcándose contra el suelo.

—¿Qué le pasa...?—pregunta María con voz entrecortada.

—Es la Luna.—dijo una voz masculina y suave, giro a buscar entre todos los lobos hasta ver a uno que se encuentra solo en pantalones, me mira fijamente luego baja la cabeza como si temiera—Es su poder de Luna. 

—Es superior a la de un Alpha a la de cualquiera.—Dijo Hazel entrando al comedor fijando su vista en nosotros, me miró a mi fijamente—Kyle no pudo doblegarla, pero tú si.

—¿Eso es malo..?

—¿Dónde estabas?—reclamó preguntando María  enojada limpiandose las lágrimas.

Hazel se acercó hacia nosotras—Había salido por unas hierbas al bosque del norte, recuerden que tengo que cuidar de Lucía. 

Miro a Madeleine la loba se encuentra en el suelo soltando gemidos dolorosos, limpio mis lágrimas dejando de temblar, la loba me gruñe con odio.

—¡Callum!—gritó María.

—Se va a recuperar, las heridas por suerte no son tan profundas, no tocaron ningún órgano—calmó Hazel a María—Y no es Callum es su lobo Kyle.

Miro a todos los demás lobos heridos y la culpa comienza a carcomerme ellos intentaron protegerme y salieron lastimados una vez más el miedo casi se lleva la vida de terceros.