Despierto con un dolor en mi cabeza y estoy en una habitación blanca con tonos azules claro, un hospital. Veo a mi madre en un sillón junto a mi padre quienes aún no son conviene que eh despertado así que decidí hacerles saber que eh despertado.
-¿Qué me pasó?
Ambos levantan su mirada y veo tranquilidad en sus ojos aunque sin dejar de lado la angustia mi padre me da un beso en la cabeza y mi madre me agarra la mano mientras llora.
- Lo lamento hija, si no me hubiera preocupado por una tonta maleta no estarías en esta situación, lo siento hija soy una mala madre yo debería de haber estado a tu lado y no... justo en ese momento su voz se apago.
- ¿Tan mal estoy? Te recuerdo que si soy fea es por que así nací. - intente decir para que mi madre me regalará una sonrisa lo cual tuvo efecto.
- Te amo hija.
- Y yo a ti mamá, pero aun no me dicen como es que llegue aquí.
- Pues sucedió lo de el auto que te tiro y un chico llamó a una ambulancia y se quedó con tigo hasta que llegamos.
-¿Un chico?- pregunté con el corazón acelerado CLARO QUE TIENE QUE SER ÉL.
-Un joven muy simpático por cierto- dijo mi madre con una sonrisa muy marcada.
- Es feo y extraño, no necesitas volver a verle nunca de los jamases- dijo mi padre, siempre a sido un celoso de primera.
- Arturo deja de decirle esas cosas a la niña por eso a sus diecisiete años no nos a presentado a un novio.
- Mejor para mi.- dijo mi padre haciendo que ambas rieramos.
-¿Cómo era él? - sabía que era el pero tenia que confirmarlo.
- Quizá quieras hablar con él, no se a ido desde que llegaste y de eso ya una hora.
- Ccclaro- mi corazón empezó a latir más rápido que nunca, mis mejillas se pusieron coloradas y sentía que un elefante decidió bailar junto con sus amigos dentro de mi estomago, después de tantos años por fin escucharía si voz, ¿será como la había imaginado?
- Hola -No, no era como la esperaba, era aún mejor y producía cosas en mi que me daba pena decir en alto.
- Gracias... gracias por quedarte aquí.
- No es nada, aparte sentía que tenía que estar aquí hasta que despertaras. Llámame demente o algo por el estilo pero siento que te conozco de toda la vida, que debo estar a tu lado y... joder eso suena tan loco.
No, definitivamente no era él, él me recordaría.
- Demente.
No puedo llorar, no quiero llorar es estúpido llorar por eso.
-Este es mi número - dijo entregando me un papel- por si necesitas hablar con alguien o que alguien evite que te pongas frente a un auto.
- Yo... - no le digas que creías que era el chico de tus sueños,parecerás una loca Kim - no fue intencional, creí que eras alguien más.
- Oh, claro.
- A todo esto... ¿Cual es tu nombre?, el mio es Kim por cierto.
- Yo me llamo Lucca, con doble ce aunque claro tu no me lo estabas pidiendo y creo que ya es el haber estado mucho aquí bueno no es que me molestará ni nada de eso solo que no se debo irme espero que me llames ya sabes para hablar y eso.
-Un gusto Lucca.
-Adiós Kim.
Cierro lo ojos y espero despertar pero no, no sucede eso, solo ecucho la puesta deslizarse y escuchar a mis padres entrar aquí.
Por segunda vez en mi vida no vuelvo a soñar con él, no lo veo y su imagen se va borrando ligeramente de mi cabeza ¿¡Que demonios sucede!?