Era un día tan normal donde a pocas luces andaba por la casa, fui a la cama y algo se veía muy extraño la luz era imposible de encenderse y una ligera brisa me erizaba la piel, me empecé a sentir un tanto nerviosa y recordé que ya había ido a la cama y dormido desde hace ya un rato, es decir, estaba dormida en eso empecé a tratar de despertar y lo hacía en el mismo lugar sin poder despertar realmente, en medio de mi desesperación y tanto tratar de despertar me pare de la cama y camine afuera del cuarto todo seguía oscuro aunque había más personas, además de unas escaleras y habitaciones extras que en mi verdadera casa no existen, en una de ella había una luz tenue y era lo que mi madre del sueño me dijo que era mi habitación, ahí había ropa, sillas y una cama, entré a vestirme porque me decían que debíamos salir a visitar unos familiares, a ninguno de ellos conocía realmente pero en el sueño uno era mi novio, la mujer que me llevó a la habitación que era mi madre y mi padre que estaba sentado en la mesa, y tenía una hermana que llegaría un poco más tarde del trabajo ella era el ejemplo a seguir y al parecer yo solo era una hija más que debía seguir los pasos de la hermana mayor, me decía mi madre " deberías ser más como tu hermana" básicamente tenía dos minutos de conocerla y debía ser como ella.
Cuando me vestí salimos con mi novio en el carro y llegamos a un lugar con una puerta algo así:
Sé que no es exactamente una puerta pero así es como se veía la entrada al lugar. Por dentro era blanco y había un par de mesas largas casi como un comedor real pero sin candelabros, ni cubiertos de oro, todos en el lugar vestían elegante y por alguna razón yo era importante para ese evento. Hice un brindis por la prosperidad y una mujer anunció que entre las parejas el hombre tenía la oportunidad de mandarle un labial a su amada a forma de obsequio por parte del evento, he ahí donde todo se tornó extraño la mujer anunciaba que cada color significaba algo diferente y la mujer era quien elegía el tono, lo cual iba a significar mucho con respecto a quién era realmente y lo que podría deparar el futuro para ella, por lo cual cuando me tocó elegir mi tono me puse muy nerviosa a tal grado de que me llevaron a una habitación donde todo estaba casi a oscuras porque ya solo faltaba yo para elegir mi tono, solo se veían unos focos que daban una luz muy tenue aún más tenue que el de las velas, eran casi imperceptible los colores. En eso note una mujer sentada en una cama arreglando los regalos, para hacer tiempo decidí ayudarla mientras seguía pensando en los colores que había, tome un color que me gusto aún con la indecisión lo envolví para mi ya que al final de la gala se entregarían los regalos, lo raro fue que cuando los regalos llegaron a nosotros los empaques iban maltratados y los labiales sobrantes estaban destruidos...